El año pasado se publicó en nuestro país la primera parte de la trilogía Luna: “Luna: Luna nueva”, de Ian McDonald. Esta novela prometía una buena dosis de secretos familiares, traiciones, guerras entre familias, sexo, ciencia ficción e intrigas. La primera parte cubrió estas expectativas, pero esta segunda parte no ha llegado a ese nivel.
Pero ya sabéis, si aún no habéis leído la primera novela, no continuéis leyendo esta reseña pues estará repleta de spoilers de la primera parte. Si queréis saber más sobre “Luna: Luna nueva”, aquí tenéis su reseña.
“Luna: Luna de lobos” (publicada en el sello Nova de Ediciones B), se sitúa tiempo después del final de la primera novela. Con todos los Corta repartidos por la Luna y el resto de familias, como los Mackenzie y los Sun, pensando en conquistar lo que tenían los Corta, la historia tiene como eje central, la venganza.
Poco a poco iremos descubriendo que ha sido de los distintos miembros de la familia Corta Helio. Algunos tendrán más protagonismos que otros, como Lucas Corta. Recordemos que este personaje consiguió salvarse al final del primer libro y ahora está preparando una venganza contra aquellos que atacaron a su familia. Pero para lograr esa venganza tendrá que viajar a la Tierra y para alguien que ha nacido en la Luna eso puede significar la muerte.
También conoceremos que ha sido de Marina y Ariel Corta y como es su vida ahora que viven en la pobreza y soportándose la una a la otra. Por otro lado, también seguiremos los pasos de los más pequeños de la familia Corta y seremos observadores de la vida que llevan ahora y de sus destinos con sus nuevas familias.
“Luna: Luna de lobos” tiene los mismos ingredientes que la primera parte, pero algo desgastados. Las descripciones largas y enrevesadas (esas cuatro páginas hablando de tartas aún no se me han olvidado) hacen la lectura más pesada y provocan que la trama no avance con la agilidad que se espera.
Casi todos los personajes son los mismos que conocimos en la anterior novela, aunque hay alguno nuevo que traerá la mejor parte de la narración. Además, conoceremos más sobre el universo del libro. Es verdad que la mayor parte de la historia ocurre en la Luna, pero en este caso también echaremos un vistazo a lo que pasa en algunas partes de la Tierra. Esto último unido a las explicaciones de los métodos y formas de viajar del planeta al satélite y viceversa, es lo mejor del libro.
La segunda mitad del libro es donde se encuentra la acción, las intrigas y los secretos que empiezan a salir a la luz. Lo que rebaja está posible apoteosis son las ya comentadas excesivas descripciones y giros argumentales nada sorprendentes que rebajan lo trepidante que podría llegar a ser la novela.
“Luna: Luna de lobos” no llega al nivel de calidad de “Luna: Luna nueva” y no engancha tanto, pero es su continuación y una lectura obligatoria si quieres saber lo que ocurre tras el apoteósico final de la primera parte. No es que la novela sea una mala lectura, simplemente no tenía el enganche y la acción que me esperaba para una historia como esta. Pero bueno, ya sabemos cómo son las trilogías, ahora hay que esperar a la 3ª parte a ver si resarce de estos errores y termina convirtiendo a Luna en una trilogía imprescindible en el género de la ciencia ficción.
Ian McDonald es un escritor inglés nacido en Manchester. Es uno de los autores de ciencia ficción más reconocidos del mundo. A lo largo de su carrera ha recibido el premio Locus, el British Science Fiction Association Award (BSFA), el John Campbell Memorial y el Hugo a mejor relato corto.
La traducción de la novela ha sido realizada por José Heisenberg.
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