La Nave dedica su emisión a la profusa obra de este escritor y su último estreno, una novela repleta de acción y tensión política. En Fantasymundo ya os hemos reseñado novelas publicadas por Ediciones Minotauro de este autor, como fue el caso de Aurora. Hoy, nos quedamos algo más cerca, concretamente en nuestro satélite natural, la Luna. Al visionario Kim Stanley Robinson no se le escapa que China y la Luna están de moda. En especial, desde que los primeros ya han fotografiado la cara oculta y manifestado su intención de establecerse de manera permanente. Estad atentos, por tanto, a las pistas que os voy a dar para comprar un billete y descubrir cómo será dentro de treinta años nuestra querida Luna. La traducción ha corrido a cargo de Simón Saito Navarro.
Kim Stanley Robinson nació el 1952 y está considerado como uno de los más prolíficos y celebrados autores de ciencia ficción norteamericanos. Especialmente conocido por la trilogía de Marte, galardonada con los premios Nebula y Hugo, ha escrito obras como Tiempos de arroz y sal, 2312 o Aurora, que le han valido otras distinciones, entre ellas los premios Asimov, John W Campbell, Locus y World Fantasy.
El libro se compone de capítulos que intercalan la narración propiamente dicha con otros en primera persona centrados en transcripciones del personaje Ta Shu. Así mismo, como tercera línea paralela, descubriremos la historia de la IA Ojito y su analista. Se trata del Gran Cortafuegos, una red de programas de recopilación de datos y de análisis gestionada por el Ministerio de propaganda.
En pleno momento de eclosión de la literatura de ciencia ficción china, este libro viene a unirse a esa corriente. Este país es el protagonista absoluto del libro, ya que el título Luna Roja es precisamente por eso, por la presencia de la República Popular China.
Viaje a la Luna
La narración arranca definiendo la Luna como divertida. Eso es lo que concluían los pasajeros que llegaban y experimentaban las nuevas condiciones de gravedad, luz y orografía. Conoceremos a Fred J. Fredericks, un especialista técnico de la Swiss Quantum Works, que viaja a la Luna para entregar un peculiar teléfono, un terminal con una clave cuántica. Se trata de un dispositivo de comunicación ultraseguro que utiliza el entrelazamiento cuántico para la encriptación de sistemas de comunicación. Durante el viaje, conocerá al anciano chino, Ta Shu, poeta, romántico, experto en feng shui, productor y presentador de un popular programa de viajes en una de las plataformas en la red de CCTV. Sus destinos quedarán unidos durante el resto del libro.
Hard Fiction y Política
Como era de esperar, la novela es profusa en detalles, referencias y pasajes dedicados a la ciencia ficción espacial más pura. Quiero decir con esto que roza la hard fiction, aunque no se os atragantará. Esto hará las delicias del aficionado de género más asiduo, pero quizá sí supondrá un reto para que el que se acerque atraído por una trama envuelta en misterio y conspiraciones. Baste a modo de ejemplo, para ilustrar esto, cuando se nos explica lo que es la onda piloto y el experimento de las dos rendijas. Una manera de mezclar ciencia y especulación a propósito del futuro. CiFi que sirve para especular, sí, pero también para criticar claramente la censura y el tono dictatorial del Gobierno a través del politburó y demás herramientas propagandísticas.
Para el que es nuevo en textos vinculados a la Luna, aquí encontrará compendiadas las circunstancias que entraña viajar e instalarse en esta gran roca que tiene tantas limitaciones y es tan agresivo para el ser humano. No faltarán explicaciones detalladas a propósito de sus fuentes minerales, el diseño de las instalaciones subterráneas, las consecuencias del plano de inclinación, su posición y origen astronómico, la necesidad de instalar invernaderos, el uso de artilugios tan interesantes como el telégrafo de neutrinos o el alucinante complejo de transporte de mercancías interplanetario robotizado, clave para el rápido asentamiento en la Luna.
Todo esto, a mi juicio, es su punto fuerte: trasladarnos vívidamente, de una manera puntillosamente detallada, a treinta años vista. No falta, de hecho, una declaración puesta en la boca del personaje de Ta Shu en la página 219 a propósito de las llamadas siete razones. En ellas se esgrimen las razones de la nación china para acometer la conquista de la Luna. Si ya teníamos las tres leyes de la robótica de Asimov, podríamos decir que tenemos las siete buenas razones de Kim Stanley Robinson para acometer la conquista del sistema solar.
Todo está listo para volver a la Luna
La chispa de volver a mirar al disco plateado en esta ficción la prenderán expediciones privadas financiadas por los cuatro cadetes espaciales y otras personas interesadas en el espacio. A estos esfuerzos se suma China, a raíz de la decisión que el Partido Comunista Chino y su gran líder el presidente Xi Jinping tomarán en el año 2022, durante la vigésima Asamblea Popular Nacional, en la que se fija a la Luna como escenario de desarrollo del país y el sueño chino. 25 años después, estos han cosechado suficientes logros como para mirar de frente a sus competidores.
Me ha parecido interesantes, al hilo de lo anterior, dos interesantes conceptos. En primer lugar, el del sueño chino, como un proyecto creado a principios del siglo XXI para salir del periodo de crisis de diversas indoles. En segundo lugar, el del Gran Ojo, una manera de ejercer el control de la población (no nueva como concepto, pero sí en cuanto a sus herramientas) por parte del partido, reforzando así su hegemonía y omnisciencia para moldear la mentalidad china y, por tanto, su futuro.
El visionario Kim Stanley Robinson
Tremendamente descriptivo, para algunos esto pueda resultar una barrera y lastre en la historia. Sin embargo, insisto en que es ahí donde encontramos la verdadera fortaleza del autor y su estilo propio. Fotogramas del futuro, no solo de acontecimientos, sino de lugares tales como Pekín o Hong Kong, cuyas calles serán escenarios de la persecución a nuestra pareja protagonista.
La trama política, eje central de la novela, es tratada como el autor ya lo ha hecho en textos anteriores; distintas facciones enfrentadas entre sí y la amenaza de una posible guerra civil en China. Me ha parecido curiosa la reflexión a propósito de dónde proceden las ideas correctas, exclusivamente de la práctica social.
«En una sociedad sin clases, la lucha entre lo nuevo y lo viejo y entre la verdad y la mentira se perpetuará. En los ámbitos de la lucha por la producción y experimentación científica, la humanidad progresa sin pausa y sufre constantes cambios, nunca se mantienen en el mismo nivel. Por lo tanto, las personas deben seguir descubriendo, investigando, creando y progresando. Las ideas de estancamiento, pesimismo y complacencia son inadmisibles. Y lo son porque contradicen la realidad histórica del progreso social y la realidad que conocemos en la naturaleza, como revela la historia de los cuerpos celestes, la Tierra, la vida y los fenómenos naturales».
Mirad el horizonte. La Tierra azul asoma plena de belleza
Luna roja nos propone un denso y detallado viaje al futuro de las próximas tres décadas. La bandera china ondea orgullosa en la Luna y eso implicará importantes complicaciones para la pareja protagonista. Considerados muy peligrosos para quienes manejan las piezas del ajedrez internacional, Kim Stanley Robinson construye para nosotros una persecución de película como excusa para mostrarnos su personal visión del futuro, tremendamente tecnificado y politizado. Los avances de la empresa privada del presente, serán relevados por el interés de los gobiernos en no perder su hegemonía y control, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Ciencia Ficción clásica para viajar y sentarnos a beber vino tranquilamente mientras contemplamos la salida de la Tierra desde el borde de un cráter en la Luna.
Podéis leer un fragmento de Luna roja aquí.
Hola.
Buen Trabajo!
Cuando sale la 2da. parte de Luna Roja? Se corta en plena acción o me prestaron un epub sin el final? Gracias y Saludos!!!
Hola DUCAR! Lo cierto es que ya varios apuntáis a cómo se cierra el libro. Yo he querido verlo como el típico final abierto. Lo hemos encontrado en la literatura y en el cine en varias ocasiones. Conociendo a K. S. Robinson no es descartable una segunda parte. De momento, no vemos anuncio oficial. Me alegro que os guste la reseña. Saludos!