¿Alguna vez has pensado en lo divertido que sería ponerte en la piel de una bestia descomunal? ¿En hacer huir a los humanos mientras controlas a una bestia cuyo poder de destrucción es casi ilimitado? Pues Maneater es la respuesta a esas preguntas.
Desde su presentación en el E3 de 2018, Tripwire ha mantenido casi en la sombra el desarrollo de Maneater hasta su reciente lanzamiento hace solo unos días y, lo cierto, es que ahora que hemos podido completarlo al 100%, creemos que el juego merece la atención de los jugadores de PC, Xbox One y PlayStation 4.
Maneater nos lleva a ponernos en la piel de un tiburón hembra que, tras el asesinato de su madre a manos de un cazador, comienza una misión de venganza basada en aterrorizar y matar a todo humano que se cruce en su camino.
Una aventura clásica
Una vez que empecemos a jugar, comprobaremos que Maneater sigue una estructura de misiones muy clásica y conservadora típica de los sandbox de hace una década. Esto se traduce en un mundo de tamaño medio dividido en varias zonas repletas de coleccionables y misiones que tendremos que ir completando para ir avanzando en la trama del juego.
Cada una de las zonas en las que se divide el mundo de Maneater cuenta con una ambientación distinta y nos llevará a nadar en unos pantanos, cerca de una zona residencial de lujo, en una zona industrial e, incluso, en mitad del océano. Cada una de estas zonas cuenta con una gran cantidad de coleccionables que, en la práctica, se convierten en el principal aliciente para explorar a fondo todos los rincones del mapa.
Como decimos, cada una de estas zonas cuenta con sus propios peligros, como peces y criaturas únicas a las que tendremos que comernos para conseguir recursos con los que seguir creciendo y evolucionando a nuestro tiburón. Para ello, al llegar a una nueva zona activaremos una serie de misiones en las que los habitantes de esa zona serán los protagonistas y que casi siempre estarán basadas en la premisa de “Matar a 10 humanos”, “Comer 10 tortugas”, “Comer 10 peces loro” y similares. Esto, que en un primer momento puede parecer divertido, después de varias horas de juego termina siendo tremendamente repetitivo. Creemos que Maneater cuenta con capacidad suficiente como para ofrecer un sistema de misiones mucho más variado de lo que hemos visto en el juego final, algo que termina lastrando, en parte, la experiencia de juego durante el último tramo de la aventura.
Tiburón mutante vs Cazadores borrachos
Por suerte, la monotonía y repetitividad de las misiones se compensa con un sistema de evolución y mejora de nuestro tiburón que pasará de una simple cría pequeña y desvalida a una autentica arma de destrucción masiva mutante que causará el caos allá donde vayamos. Para mejorar a nuestro tiburón tendremos que recoger recursos que obtendremos al comernos peces y humanos y, con esos recursos, desbloquearemos y mejoraremos habilidades como la capacidad de recuperar más vida al comer peces o mejorar un sonar que nos permite detectar objetivos a distancia. También podremos equiparnos con mejoras para nuestras aletas, la cola y mucho más. Estas mejoras, lejos de quedarse en aportarnos algo más de vida o defensa, nos permiten convertirnos en un tiburón mutante capaz de electrocutar a nuestros rivales o envenenarlos solo con tocarlos.
El camino que nos lleva a pasar de ser una cría de tiburón a una máquina de guerra está acompañado por los combates contra los cazadores. Maneater cuenta con un sistema de «Infamia» que viene a representar las clásicas estrellas de GTA. Cuando nos comamos a dos o tres bañistas en las playas de la zona, acudirán barcos de cazadores para acabar con nosotros y, por supuesto, tendremos la opción de enfrentarnos a ellos. El medidor de ‘Infamia’ podrá pasar desde el nivel 1 al 10 y, una vez que suba un nivel, no volverá a bajar jamás, por lo que cada vez que llamemos la atención de los cazadores su respuesta y violencia será mayor.
En los primeros niveles de ‘Infamia’, los cazadores acudirán a darnos caza con arpones y pequeñas lanchas, pero en los niveles superiores tendremos que enfrentarnos a auténticas barcazas repletas de hombres con rifles de asalto que lanzan dinamita al agua. Estos combates son, sin duda, lo más divertido de todo el título por el nivel de caos y destrucción que seremos capaces de organizar en pocos minutos.
En lo que respecta al sistema de combate, Maneater basa toda la acción en tres habilidades muy concretas: morder, esquivar y pegar con la cola. Aunque desbloquearemos algún movimiento más, lo cierto es que en los combates nos limitaremos a morder y atacar la mayor parte del tiempo y, aunque no resulta aburrido en ningún momento, si parece algo escaso tras varias horas de juego.
Detalles en el fondo del mar
A nivel técnico, Maneater sorprende positivamente debido al buen uso que hace de la iluminación y los colores brillantes cuando salimos a la superficie o cuando entramos en las zonas más recónditas del océano. El trabajo que hace con la iluminación le permite esconder sus defectos como las texturas borrosas de muchos objetos o el mediocre modelado de los humanos para resaltar sus virtudes con acierto. Además, el juego se mueve con fluidez en todo momento, incluso en los momentos de mayor carga gráfica no sentiremos ralentizaciones de ningún tipo.
Si hay que destacar un solo aspecto positivo de Maneater ese es, sin duda, su magnífico doblaje al castellano. Durante todo el juego estaremos acompañados del clásico narrador de documental que va poniendo voz a las acciones que realicemos en el juego y, al menos en el doblaje al castellano, le aporta un toque cómico muy ácido que le sienta realmente bien. Muchas veces no podremos reprimir la sonrisa cuando el narrador suelte un nuevo dato absurdo que acompañe a la matanza que estemos provocando en ese momento.
Conclusiones sobre Maneater
Estamos seguros de que Maneater no es un juego para todo el mundo. Su estructura de misiones clásica y algo arcaica, unido a un sistema de combate algo repetitivo puede provocar el rechazo de los jugadores que buscan experiencias más orgánicas y profundas. Sin embargo, Tripware ha conseguido dar forma a un juego que, pese a sus defectos, resultará tremendamente divertido a todos aquellos jugadores que busquen una aventura sencilla y sin complicaciones en las que la única premisa sea pasarlo bien causando la muerte y el terror a su alrededor.