Todos sabemos que los juegos de sigilo son un tema muy difícil de controlar y, además de que no hay muchas elecciones desde hace bastante tiempo, los pocos que consiguen salir a veces son más decepcionantes de lo que prometían en primer momento. Klei nos sorprendió en 2012 con esta entrega que ahora ve una remasterización digna de los grandes avances de la época además de la tecnología multiplataforma, pues se ha adaptado a todas las opciones disponibles (si bien su debut fue en XBOX 360 y PC un mes después).

Es difícil no haber oído de este título en alguna ocasión, sobre todo si eres fan de Tenchu o te lo pasaste bien escondiéndote en Dishonored. Esta entrega además de las mejoras técnicas incluye el DLC lanzado un año después de la aventura original, que incluía un nivel de precuela extra con un atuendo y armas especiales, así como los comentarios de los desarrolladores de ese nivel. Y aquí viene el plato fuerte: si tienes el juego base en XBOX o en PC puedes actualizar a esta versión por 3,99 €, pero si ya tenías el juego y el DLC, la nueva versión te sale gratis. Un detalle digno de admiración, pues fue un juego independiente que causó mucho revuelo y personalmente me dio bastantes horas de diversión (18 concretamente).

En esta remasterización vemos cómo el tiempo ha tratado bien un aspecto llamativo y tan fluido gráficamente que quizás se hubiera visto muy desmejorado si habláramos de unos gráficos tridimensionales, así que de nuevo son una apuesta segura para este tipo de proyectos. El audio también ha sufrido una remasterización completa, llegando a soportar Dolby 5.1 para nuestro deleite. Los gráficos llegan a 4K en las versiones Pro de las consolas y en PC, quedándose en 1080 para las versiones normales de consolas y Switch, por tanto la adaptación es un trabajo muy cuidadoso y mimado. Aparte, las escenas no jugables siguen siendo una delicia visual y el trabajo de voces es muy interesante.

En cuanto a la jugabilidad, va tan suave y es tan detallista como la primera vez que juegas, con objetivos principalmente sencillos y mil maneras de abordar las situaciones para llegar a nuestro objetivo, Mark of the Ninja se sitúa entre acabar con todos los enemigos a nuestro paso o abrirnos camino sin que ni siquiera nos huelan utilizando distracciones u ocultando los cadáveres de los enemigos que no nos quede más remedio que eliminar. El juego está pensado para ir sin prisas, dedicarle su tiempo a cada pantalla y estar dispuesto a investigar diferentes rutas para avanzar (que siempre las hay), así que si no tienes mucho tiempo para jugarlo o piensas ir directamente corriendo entre los enemigos y acabando con ellos no vas a disfrutarlo demasiado, además de que los enemigos van altamente equipados y tu personaje evidentemente no tiene capacidad de recibir demasiado daño.

Entrando un poco en el juego, tenemos 13 fases para jugar (contando con la extra del DLC) y conforme avancemos iremos desbloqueando mejoras tanto de sigilo como de ataque, así como nuevas vestimentas que nos otorgarán ciertos bonus privándonos de otras cosas, como por ejemplo matar de forma sigilosa sin QTEs pero privándonos de armas. La fase extra debe jugarse después de la historia normal, tanto por dificultad y larga duración como por desvelar ciertas partes de la historia que podrían verse un poco arruinadas; en esta misión no contaremos con armas, sino con un golpeo que deja inconsciente a los enemigos pudiendo ser reanimados por sus compañeros, dándole una vuelta de tuerca más al enfoque sigiloso que nos brinda Klei desde el primer momento. Según tu técnica sigilosa podrá durarte unas siete horas, totalmente rejugables porque hay niveles que te piden requisitos especiales que se desbloquean más adelante, además de que es bastante probable que te saltes pergaminos o no hagas los puntos suficientes a la primera pasada.

Mientras los enemigos no nos vean todo irá según lo planeado, y para ello podremos usar las alturas o ir por los conductos de ventilación, romper luces para movernos en la oscuridad, distraer a los guardias con ruidos o asustarlos con los cadáveres de sus compañeros, dependiendo de la manera de jugar que elijamos. Hay una buena variedad de enemigos pasando por francotiradores, guardias extra resistentes, perros e incluso cyborgs difícilmente abatibles, pero todos tienen su punto débil. Correr atraerá su atención y podremos ver el alcance del ruido de nuestras pisadas, pudiendo llegar a utilizarlo a nuestro favor para atraerlos hacia una zona en concreto. Además de nuestras armas, contamos con el entorno para jugar a nuestro favor, pues lámparas o trampas en el suelo nos servirán de ayuda para eliminar a los soldados.

Por el camino podremos encontrarnos con coleccionables que nos servirán para mejorar nuestras habilidades ninja, además de contar con una serie de desafíos que pondrán a prueba nuestro ingenio. Aparte de eso, la puntuación que consigamos en cada nivel nos dará monedas que podremos intercambiar para esas mejoras, premiándonos con más puntos si no nos descubren o si engañamos/asustamos a los guardias. Por último, en cada pantalla tenemos tres tareas extras que nos otorgarán otro máximo de tres monedas, que van desde asustar a un enemigo en concreto, que no nos vean o alguna tarea específica que va cambiando según la fase en la que estemos. En total podemos sacar nueve monedas por nivel, tres monedas por cada especialidad (puntos, coleccionables y tareas).

Personalmente este es un juego que me atrajo desde el primer momento, esa técnica visual que te atrapa y la sencillez en los movimientos de los personajes, la fluidez con la que huyes mientras todos se preguntan qué ha pasado y reina el caos, la posibilidad de elegir si entrar a por todas o escabullirte, los retos y puzles que a pesar de no ser demasiados siempre te hacen pensar, una historia intrigante aunque sin mucho peso argumental (tampoco lo necesita), la variedad de las animaciones a la hora de acabar con los enemigos… y la falta de juegos de sigilo como he comentado antes, hacen de este juego una apuesta segura para quienes aún no lo probaron, y para quienes lo disfrutamos en su momento no hay nada más reconfortante que volver a jugarlo sin tener que pagar por él.

Gild
Mi primera Atari daba calambres cuando intentabas cambiar el juego; así es como juegas mejor. Devoro libros en transportes públicos o en mi cama de noche, y siempre estoy escuchando música.

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