Byrne es un autor diferente, iconoclasta y ególatra que nunca ha dudado en variar su carrera profesional según le indicara su propio saber hacer y conciencia, polémico, alabado y criticado lo que está claro es que a nadie dejó indiferente. Este tomo es muy especial pues representa el culmen de la genialidad de Byrne en cuanto al desarrollo de un personaje. Para quien no conozca a la amazona esmeralda, Hulka es un personaje nacido del miedo y la conveniencia, en los años 70, la serie de televisión de Hulk de Bill Bixby y Lou Ferrigno gozaba de una gran popularidad y se temía por parte de la editorial que la competencia intentara utilizar conceptos de esta serie en uso propio, entre ellos hacer una versión femenina del Goliath Esmeralda. Por ello Stan Lee junto a John Buscema crea “La Salvaje Hulka” en 1980, una colección que duró 25 entregas y en la que se nos cuenta que la prima de Bruce Banner, la abogada Jennifer Walters tras ser atacada por la mafia recibe una transfusión de sangre de su primo que la convierte en la salvaje Hulka, una versión menos fuerte de Hulk pero que a cambio puede transformarse a voluntad.
Es en este punto en el que empieza este tomo, en el año 1985, en el que Byrne realiza una novela gráfica dedicada a Hulka donde ya le cambia el termino de Salvaje a Sensacional. Y sensacional es su trabajo en esta obra. Vemos a una Hulka muy segura de si misma, encantada de ir enseñando sus carnes verdes y provocar infartos con su look de cabaretera mientras no duda en expresar verbal y físicamente su atracción por el bueno de Wyatt que aquí cumple con el rol de damiselo en apuros. Byrne hace una feroz critica a la sexualización y objetivación de la mujer gracias al desagradable comportamiento del agente de S.H.I.E.L.D., Dooley, pues no duda en enviar un equipo de armaduras de combate a fastidiar la fiesta de nuestra parejita y someter luego a constantes humillaciones a Hulka.
Por lo demás un número soberbio, con unas páginas alucinantes de Byrne en sus planos de dentro y fuera del helitrasnporte y en su tratamiento dinámico de la acción y el movimiento. Un cómic polémico en su época, pues se censuró la explicita escena de cama del final, con la que Byrne quería ratificar el nuevo status de Hulka y es que tras enfrentarse a un ser enjambre de cucarachas y al asqueroso y poseído machista de Dooley, tuvo que frenar una explosión nuclear y con ello quedo atrapada dentro de su forma de Hulka para siempre.
Byrne vuelve a la Casa de las Ideas después de haber reinventando al Hombre de Acero de la distinguida competencia, de nuevo un cambio motivado por discusiones irreconciliables con el editor de turno. Byrne más experimental que nunca y muy influenciado por la desternillante Liga de la Justicia Internacional de Giffen y DeMatteis, decide que como autor completo de Hulka va a crear una suerte de parodia al medio en sí mismo, con roturas constantes de la cuarta pared como innovara Grant Morrison en su Animal Man, y dando voz a todos los villanos más cutres y secundarios de cuantos poblaran el Universo Marvel. Para ello tenemos una historia de presentación obra del propio Byrne en Marvel Comics Present 18, donde la propia Hulka recibirá los primeros ejemplares de su nueva colección y donde Jenny empieza ya sus monólogos con nosotros los lectores, creando la complicidad mágica que ha hecho leyenda en esta obra, a la par que parece tener divertidos enfrentamientos con villanos de la talla del Doctor Muerte. Tenemos a una soltera Jennifer, que vive en el piso que le ha cedido la Avispa y que empieza a trabajar para el fiscal del distrito, Blake Tower.
Hulka habla constantemente con Byrne, viaja entre viñetas usando el borde de las mismas, o el colmo cuando para hacer escapr a un grupo de rehenes pasan a través de las páginas de cómics atrasados donde Byrne dedica unas cuantas "alabanzas" a sus compañeros. Una de las cosas que más me gusta es que sólo los personajes femeninos parecen darse cuenta de que son personajes de cómic y lo usan narrativamente, en serio las conversaciones entre Mason y Jennifer son de los mejores diálogos que he leído nunca.
Pasó el tiempo y llegó una nueva editora Renée Witterstatter, empeñada a recuperar a Byrne, tal fue su convicción que Byrne no dudó en volver a la serie dos años después, en el número 31, aunque Jennifer ya no será tan metatextual, la serie sigue con un evidente tono paródico, hace bromas con que los otros números de la colección no han sido si no un mal sueño de Hulka y se retoma desde el número 8. Seguimos recuperando villanos de cuarta fila como a Spargg la Montaña Viviente, tendremos una imposible proposición de matrimonio del Hombre Topo a la buena de Jenny.
A partir de aquí comienza la decadencia de la colección y del propio Byrne, su dibujo cada vez es más descuidado y simplista, dejando casi todo el peso a su ayudante Keith Williams, las trams no van a ningún sitio y se ahonda demasiado en parodiar a la nueva Marvel de Jim Lee o Rob Liedfield (atentos a como parodia la “narrativa” de Liedfield en el número 43. Vuelven las páginas en blanco, las ausencias de fondos y todo lo que ya es critica sabida del trabajo de Byrne. Pese a todo en esta etapa contamos con números muy sonados como el 40, en el que Byrne llena todas las páginas del cómic con desternillantes diálogos de una Hulka desnuda saltando a la comba para aumentar la falta de ventas. La sensualidad y sexualidad cada vez es un tema más recurrente en una etapa en la que Jennifer pasa más tiempo casi en bikini que con ropa.
Pero sin duda el aguantar el decaimiento de Byrne tiene su premio en poder disfrutar de esa joya que es el número 50 de esta serie, en este inmenso número homenaje, Byrne se parodia así mismo y Hulka tiene la suerte de contar con las atenciones de que se le perdonen las últimas tres grapas, contar además con autores de la talla de Frank Miller, Walter Simonson, Howard Chaykin, Howard Mackie, Adam Hughes, Terry Austin o Dave Gibbons, donde podremos ver desde a una Hulka asgardiana, a Jennifer paseando en gabardina bajo la lluvia al más puro estilo Sin City y mucho más.
Además este imprescindible tomo Marvel Héroes de Panini incluye jugosas entrevistas de la época a Byrne, portadas e ilustraciones. Sin duda un tomo diferente e imprescindible para todos los amantes del humor y el noveno arte, Byrne en estado puro, sin duda sensacional.