Violencia que en esta ocasión llega de la mano de Barracuda, una nueva némesis para el Castigador. Barracuda irrumpe de lleno en esta categoría del archienemigo por su actitud chulesca y egoísta, por su salvajismo, por su físico de negro grandote, y sobre todo por ese punto de fuerza de la naturaleza imparable, que cual Jason de "Viernes 13" se levanta siempre que haga falta, nunca permanece cadáver. Que por el camino vaya perdiendo partes de su cuerpo no parece ser un impedimento para seguir adelante.
El dibujo corre a cargo de Goran Parlov, croata con una interesante trayectoria en "Tex", quien resulta un buen narrador, y presenta un estilo simple y claro en el trazo de sus líneas. Las portadas siguen siendo una marca distintiva de la serie, a manos de Tim Bradstreet y su tendencia al realismo fotográfico.
Otro impulso humano que Ennis tiende a exagerar hasta abrazar lo ridículo es precisamente el sexual. Y quizás en este volumen alcance sus mayores niveles de patetismo en la relación entre Dermot y Alice, quienes tienen una escena de conversación sexual al teléfono en la que resulta inevitable no soltar una carcajada final. Violencia y sexo elevados hasta resultar grotescos y deshumanizantes, ¿qué pensaría Freud de Ennis?
El cierre de la aventura es un festival de sangre que recuerda a películas como "Tiburón" y en el que Ennis se desenvuelve a la perfección. Sin duda uno de los mejores tomos de la colección.
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