Iniciado en 1989 en la revista Monthly Animal House, Berserk es el referente por antonomasia de la fantasía oscura medieval japonesa hasta el punto de que aún hoy, 39 tomos después, continúa su exitoso camino dentro y fuera de las fronteras de Japón.
En nuestro país, tras algunas vicisitudes a lo largo de su amplia trayectoria, ha encontrado finalmente cobijo en Panini Cómics. La editorial sita en Barcelona, además de seguir la publicación de las nuevas entregas, ha apostado por hacer llegar otra vez al lector las andanzas del guerrero negro en una reedición que agrupa dos tomos originales en un volumen de mayor tamaño y responde al nombre de Maximum Berserk. Una excelente oportunidad para que todos aquellos que no han podido disfrutarlo se enganchen a la saga y posteriormente, o mientras tanto, sigan las aventuras de Guts en la actualidad, también publicadas por Panini Cómics.
Pero… ¿de qué va todo esto y por qué es tan importante Berserk cuando hablamos de manga y de fantasía medieval?
La historia creada por Kentarō Miura (Chiba, Japón, 1966) está protagonizada por Guts, un guerrero marcado por el Estigma del Condenado que vive luchando constantemente contra diversos demonios y demás fuerzas oscuras en un mundo claramente inspirado en la Europa medieval.
La relevancia de Berserk, además de por el estupendo entretenimiento que de por sí brindan sus desdichas, viene dada por la profundidad de los temas que trata y el extraordinario impacto que causa su forma de enfocarlos.
Nada más empezar la odisea de Guts comprendemos que estamos ante un seinen duro, tanto en imágenes como en texto, que retrata la época en la cual transcurre con la crudeza que la caracterizó.
Entre tanto, la recreación del medievo y de sus conflictos surge como un personaje más, sin olvidar, claro está, el marco general con el que la fantasía envuelve la obra. Así, el poder de los señores feudales, el total abandono sufrido por quienes no pueden lo mismo que los demás y —no podía faltar— el papel del clero, representado en este Maximum Berserk 1 por la Inquisición; son tema y también desencadenante de las luchas de Guts consigo mismo. Porque en Berserk, el guerrero negro no es ni bueno ni malo, es humano.
De las luchas externas, responsables de las espectaculares escenas de acción que jalonan el manga, se encargarán los demonios que se cruzan en su camino en busca de los cinco Mano de Dios: monstruos diabólicos de otra dimensión que se sirven para el cumplimiento de sus fines de los Apóstoles, personas que tras obtener un Beherit (llave con forma de huevo y rasgos faciales incrustados) sellaron un pacto con la Mano de Dios para conseguir una forma y poder demoníacos a cambio de sacrificar algo que amaban.
“El guerrero negro” abre con una escena de sexo que pronto vira en una lucha a muerte frente a una Apóstol resuelta por nuestro protagonista con un cañonazo de su brazo mecánico.
Después de semejante apertura, la ruta de venganza de Guts se detiene en la ciudad de Koca, lugar gobernado por un barón sanguinario que exige sacrificios humanos. Nada más llegar encontrará en una taberna a Puck, el elfo que se convertirá en “compañero” inseparable del cazador de demonios y que está siendo utilizado como diana por unos bandidos al servicio del Castillo de la ciudad.
Resueltas sus discrepancias con el Barón Serpiente —entenderéis el porqué del nombre cuando lo veáis— Guts retoma la marcha con destino, en esta ocasión, a la ciudad de el Conde: un preboste estricto pero apreciado por su comunidad que ha comenzado una caza de herejes tan bestia que incluso el representante de la Inquisición en la ciudad está horrorizado.
Al enfrentamiento de Guts con el Conde están dedicados los tres capítulos siguientes bajo el título común de “Guardianes de la codicia”, en los que además de ver al guerrero condenado acobardar a la guardia de la ciudad con su manejo de la “masa de hierro” que tiene por espada, conoceremos la historia del Conde y ahondaremos en los misterios del mundo de fantasía, horror y épica creado por Kentarō Miura.
Para conocer el final de la batalla habrá que esperar al segundo volumen de Maximum Berserk en que se recogen los restantes capítulos que llevan por título “Guardianes de la codicia”.
En cuanto al dibujo, en los primeros pasos de la obra Miura demuestra ser un artista concienzudo, con atención por el detalle y gran talento para las viñetas de lucha y las escenas impactantes. Mención especial merece la expresividad que consigue dar a los distintos personajes, quienes sean humanos o criaturas y sin importar lo deformes o monstruosas que resulten, siempre consiguen trasladar al lector la ira, el pánico o la satisfacción que sienten.
Berserk lleva casi tres décadas construyendo un universo de fantasía tan brutal como significativo, en el que Guts, pelea a pelea y demonio tras demonio, afronta situaciones de una complejidad difícil de encontrar en otras obras del ramo y menos, con tal grado de entretenimiento y éxito. Veintiocho años no es nada…y que cumpla muchos más.
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