Mi novia preferida fue un bulldog francés, de Legna Rodríguez Iglesias: estridencia y transgresiónLegna Rodríguez Iglesias es un animal literario. Nació en Camagüey en 1984 y ya desde 2001 comenzó a ganar premios de diversa índole, entre los que se encuentran: Premio Poesía de Primavera, Premio La ciudad de Camagüey en dos ocasiones, Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas, Premio Calendario de Poesía (poesía) o Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, Premio Alcorta, Premio Eliseo Diego, Premio Emilio Ballagas. Entre sus libros más conocidos están “Arroz con Mango”, “Zapatos para no volver”, “Tregua fecunda”, “Mayonesa bien brillante” y “Chupar la piedra”.

Mi novia preferida fue un bulldog francés” (Alfaguara) es una obra hilada a través de pinceladas de la vida de personas tanto en Cuba como fuera, que nos aportan, por medio de instantes más o menos largos de sus vidas, una radiografía en clave intelectual de lo que sucede en la isla caribeña.

Así, tenemos historias que nos llevan a tiempos de la Revolución, hilándola con las vidas actuales; los problemas para conseguir un permiso y viajar al exterior; la distancia entre las familias que están separadas con miembros a un lado y otro del charco; la violencia de género, las Misiones cubanas y los que se quedan, las enfermedades venéreas y sus consecuencias sociales, los tatuajes y las elecciones en la vida, androides, poesía, perros…

Es muy complicado hacer un análisis profano de esta obra, puesto que, aunque todos estos temas están contenidos en el discurso de Rodríguez Iglesias, el virtuosismo que esconde tras su pluma, envuelve esos conceptos y situaciones y los transporta más allá de las simples historias, consiguiendo un aura poética que acompaña hasta una enfermedad venérea como la gonorrea.

El libro comienza con una historia actual entremezclada con la Revolución, algo que está muy presente en todo el libro, puesto que el hecho histórico y el sistema de gobierno cubano, son la base de cualquiera de los elementos que posteriormente se narran, están presentes en el imaginario de todas las personas, como una atmósfera, en algunos planos opresiva, en otros liberadora, que se convierte en un hilo conductor subyacente a todos los relatos.

Ya sea hablando de la transgresión que puede ser un tatuaje o un piercing como alguien que ruega a dios y éste se lo toma muy al pie de la letra, todos los relatos contenidos en este libro y las pequeñas píldoras poéticas colocadas al principio de cada nueva historia, la capacidad expresiva de Rodríguez Iglesias va más allá, alambicando las palabras y retorciéndolas en un ejercicio de virtuosismo que exige al lector máxima concentración, un exudado de barroquismo caribeño que incluye el intempestivo devenir del paisaje político y social cubano, de donde brota la historia y las palabras de la autora, que acaban por envolver al lector en una playa, una selva, de sensaciones y sentimientos encontrados sobre los más diversos temas que sin embargo se imbrican a la perfección a lo largo del relato de la autora.

Mi novia preferida fue un bulldog francés, de Legna Rodríguez Iglesias: estridencia y transgresión

No se trata de una lectura fácil, aunque puede disfrutarse como mero espectáculo visual y compositivo; si uno va más allá, se implica en las realidades y el discurso subyacente de la autora, disfrutará aún más esta pequeña joya de la literatura cubana actual. Y por muchos años.

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Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista. Trabajo en la organización de la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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