Uno de los grandes inventos que se unió a la ya de por si novedad que fue la consola Wii fueron los Mii, unos graciosos avatares que tenían como fin el representarnos ante nuestros visitantes amigos y en el juego online. Nada más lanzarse la consola comenzaron a aparecer caracterizaciones de todo tipo entre las que se incluían a Reggie, Miyamoto o el protagonista del cuadro de Edvard Munch (El Grito). ¿Os acordáis, verdad?

Nintendo a día de hoy continúa ofreciendo apoyo a su creación tanto en Nintendo 3DS como en la híbrida Switch. Lo último fue protagonizar en la portátil estereoscópica un videojuego llamado Tomodachi Life, que no era más que una suerte de simulador social en el que utilizábamos las susodichas representaciones para interactuar con otra gente del entorno o amigos. Eso sin contar que el pasado año se lanzó en dispositivos móviles Miitomo, una app social que —con menos características que Tomodachi Life— nos invitaba a preguntar curiosidades a nuestros contactos, vestir a nuestros Mii y jugar con ellos.

Miitopia

La última novedad de la empresa sita en Kyoto se trata de un videojuego de rol protagonizada por los Mii en el mundo que da el título al cartucho, Miitopia. Con ellos como protagonistas y el buen hacer de Nintendo ya comprenderéis que en el título nos vamos a reír y mucho y eso es lo que han querido conseguir con Miitopia, un juego de rol divertido con mecánicas novedosas que aportan frescura al género.

El reino de Miitopia vivía tranquilo hasta que un misterioso ente se propone robar las caras de sus habitantes para introducirlas en poderosos enemigos. Nuestro avatar, totalmente personalizable con nuestro careto, el de nuestros amigos o creado de cero, debe combatir este mal con la ayuda de compañeros que se unen a la aventura en un sistema de combate basado en turnos y que se apoya en las ya famosas profesiones. Hasta aquí puede parecer un RPG convencional, pero lo cierto es que Nintendo ha bendecido el cartucho con características poco comunes en títulos de esta índole de las que bien pueden tomar nota las compañías externas a la hora de desarrollar aventuras de este género.

Miitopia

Para empezar las profesiones son tan extrañas como graciosas. Cocinero, Gato, Cantante o Vampiro son algunas de las clases que podemos escoger durante la aventura hasta un total de 12, muchas de ellas también convencionales. Cada una cuenta con habilidades muy adheridas a su rol y la mayoría son graciosas hasta decir basta. Por ejemplo, el Cocinero puede pegar sartenazos normales o flambeados —con los que quema al enemigo— mientras que la Cantante puede entonar una melodía que hace daño a los oídos de los combatientes, pero también a nuestros compañeros. A todo esto hay que sumarle un sistema de afinidad introducido en Miitopia que es un buen ejemplo de cómo un videojuego de rol puede dar mucho más de sí.

Conforme avancemos en la aventura conoceremos a nuevos integrantes que nos ayudarán en nuestra lucha contra el Archimago. Depende de cómo nos llevemos con ellos subirá o no la afinidad entre el grupo. Esto sucede en plena batalla o en las tabernas repartidas a lo largo y ancho de Miitopia. En las tabernas podemos descansar en cualquiera de las habitaciones disponibles para grupos de dos personas o en solitario y resulta imprescindible que cada uno de nuestros amigos tenga un compañero de cama pues se contarán rumores, secretos, se harán regalos y la afinidad será cada vez mayor entre ambos. Esto hará que la confianza entre la pareja se eleve y de lugar a habilidades pasivas que se harán efectivas en plena batalla como un contraataque, avisar al compañero de que va a ser atacado o darle ánimos para que golpee más fuerte al enemigo.

Hay tres opciones más en las tabernas; darles de comer, irse de compras o jugar a minijuegos. Gracias a la aniquilación de adversarios conseguiremos comida que podremos comer en la taberna y que, depende de los gustos de nuestros amigos, podrán saborear para aumentar sus estadísticas base. La obtención de nuevo equipamiento también es posible, pero no de la forma a la que estamos acostumbrados en otros títulos, sino que en Miitopia será el propio personaje el que decida qué quiere comprar y nos pedirá dinero para irse de compras. Sin embargo, no siempre vuelve con lo que inicialmente le apetecía y el caprichoso Mii puede aparecer con otra cosa totalmente distinta y devolviendo el dinero restante al jugador. Por último, los minijuegos podrán jugarse si conseguimos tickets a lo largo de la aventura o realizando encuestas diarias nada más iniciar el cartucho. Piedra, papel o tijera y una ruleta de la suerte nos harán ganar dinero o experiencia, equipamiento y objetos de un solo uso respectivamente.

Miitopia

Aunque por ahora la cosa pinta bastante bien, se tuerce cuando hablamos de jugabilidad y es que Miitopia es un juego de rol on rail que poco o nada deja disfrutar al jugador salvo en las batallas. Las ciudades, pueblos o destacamentos son pequeños y lineales, sin apenas bifurcaciones ni nada que explorar y una vez superados en tan solo unos minutos debemos elegir el próximo destino. En pleno viaje los protagonistas se mueven solos por el mapa —esta acción por suerte se puede acelerar pulsando un botón— mientras cuchichean o exponen sus dudas hasta que un combate aparece. Estos no son aleatorios y están previamente localizados por lo que pasar sucesivas veces por el mismo camino se vuelve monótono a más no poder. Las batallas son las clásicas por turno de toda la vida y la mecánica de afinidad y trabajos da lugar a combates bastante estratégicos duros al principio, pero fáciles cuando subimos el nivel de los protagonistas. Sin embargo, nunca son aburridos por lo previamente dicho, la afinidad. Es bastante divertido ver cómo nuestro personaje se vuelve perezoso para atacar, le da pena el enemigo o se envalentona si su compañera le lanza un beso. Todo esto, cómo no, de forma aleatoria.

La personalidad es otro punto destacado de Miitopia. A la hora de crear un personaje o cuando otro se une al grupo, debemos de seleccionar la personalidad del mismo entre apacible, guay, amable o frío entre otras opciones. Esto marcará la forma en la que nuestro avatar atacará al enemigo o realizará acciones conjuntas con sus amigos. Por ejemplo, la personalidad guay esquivará ataques con mayor facilidad, característica que se asociará genialmente con la clase Ladrón. Lo mejor de todo es que la personalidad puede cambiarse en cualquier punto de la partida, por lo que investigar cuál funciona mejor con la clase escogida será esencial para superar con solvencia nuestra labor en la historia.

Miitopia

Miitopia no es quizás el mejor juego de rol por muchos aspectos, pero sí un gran tutorial para aquellos que quieran entrar en el género sin perder el humor y pasando un buen rato. A nivel de personalización se queda bastante corto, la profundidad histórica es bastante nula —y este hecho afecta también a los protagonistas—, jugablemente salvo los combates es monótono y aburrido y la exploración se limita a seleccionar bifurcaciones para ver si con suerte encontramos un cofre del tesoro. Esto no significa que los jugadores más experimentados en el RPG no vayan a disfrutar del título de Nintendo, pero sí queremos avisar de que no es un juego de rol al uso, aun con sus estupendas características nunca antes vistas.

A nivel gráfico es lo que se puede esperar de un cartucho protagonizado por los simpáticos Mii de Nintendo. No están a la altura de la potencia de la consola, pero en conjunto luce bastante bien. Personajes poligonales con fondos en dos dimensiones, un buen uso de la visión estereoscópica y escenarios acordes al diseño de los Miis y con poco detalle. Podría decirse que el público que intenta conseguir la gran N con Miitopia es claramente el de corta edad, pero aun así mezcla elementos que también atrae visualmente a los mayores. Las melodías que nos encontraremos son bastante simples, no hay ninguna que destaque más allá de las que escuchamos en las batallas, pero al menos son disfrutables y van acorde a lo que vemos en pantalla.

Miitopia

Conclusión

Miitopia es un buen juego de rol lleno de añadidos novedosos en el género. Tanto la afinidad como las personalidades de cada Mii son novedades que a poco que intenten explotarlas otras compañías en sus títulos, pueden dar mucho jugo. Hay videojuegos que se codean con una de las dos características mencionadas, pero nunca han profundizado tanto como Miitopia. Más allá de estas novedades, el videojuego es bastante soso para casi cualquier persona que recuerde la década de los 90, pero un gran inicio para aquellos de corta edad o que nunca hayan tocado un juego del género. Si queréis probar algo nuevo no está de más echarle un vistazo, sobre todo si buscáis la risa fácil con los divertidos avatares de Nintendo, pero si buscáis profundidad no es vuestro juego.

Lo mejor sin duda del software es la interacción con nuestros amigos o conocidos, las charlas que suceden entre ellos, el odio, los celos o los romances que pueden suceder en el juego. Es bastante interesante y divertido introducir las caras de tu familia, amigos o enemigos y ver cómo se llevan en el juego o comprobar cómo tu esposa siente celos porque su marido —yo en este caso— se va a dormir con una amiga a la habitación de al lado. ¡No tiene desperdicio!

Ricardo Fernández
Comencé con Asteroids en recreativa y todavía sigo jugando. Juntaletras del sector de los videojuegos desde hace más de una década.

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