Decía el arquitecto Mies van der Rohe que menos es más. Y esta premisa aunque no siempre se cumple, ha servido para hacer realidad infinidad de creaciones que de no ser por ella no se habrían realizado jamás. Tenemos el ejemplo del pixel art, que gracias a la escasa capacidad informática que se tenía antaño, se generó la necesidad de crear imágenes e iconos utilizando el mínimo de resolución. De no ser por esta falta de recursos, probablemente nunca se habría realizado. Limitarse con lo mínimo para crear, el llamado diseño de sustracción, es la premisa que rodea a Minit. Un juego tan minimalista que la vida de nuestro protagonista solo dura un minuto.

Todo empieza cuando nuestro personaje, 一que recuerda bastante a un tamagochi一 despierta en su casa cerca de la playa. Los primeros pasos nos servirán de tutorial, moviéndonos de forma muy similar a los primeros The Legend of Zelda, saga que por cierto es una clara referencia para Minit. Nos toparemos con ciertas zonas bloqueadas con arbustos… Pero mira por donde, ¡hay una bonita espada en la orilla del mar!  Lo que nuestro pequeño protagonista no sabe, es que la espada que sirve para poder comenzar su aventura es, a la vez, la maldición que limitará su vida a partir de ahora a sesenta segundos.

Nuestro objetivo en el juego será, por supuesto, averiguar cómo romper el maleficio. Y al igual que en los clásicos Zeldas, a lo largo de esta pixelada aventura nos toparemos con un puñado de personajes con peticiones de lo más variopintas, recorreremos diferentes lugares, resolveremos puzles… Todo ello a contrarreloj, ya que cuando el tiempo se acaba moriremos, y despertaremos en la última casa que hayamos visitado, que funcionan a modo de checkpoint.

Tareas simples como conseguir un item concreto o buscar un personaje se hacen complicadas por el límite de tiempo, y nuestra forma de jugar cambia con ello. Al llegar a una zona ya no vamos a matar a los enemigos, si no que pasamos de ellos y nos dirigimos directos a nuestro objetivo, al más puro estilo speedrun. Hay que ir a lo imprescindible, por lo que es más que recomendable pensar antes de actuar, planificar la ruta antes de hacer las cosas a lo loco… Aunque a veces es así como se descubren los secretos de Minit, que no son pocos.

Dejarse llevar y explorar su mundo es también muy divertido, lo cual nos puede llevar a encontrar atajos entre zonas, o descubrir alguno de sus ítems ocultos, muchos de ellos indispensables para avanzar en la aventura, y otros más enfocados al coleccionismo. Conforme avanzamos en la aventura, encontraremos nuevos hogares que nos sirvan de punto de partida, con los que podremos llegar a zonas que antes eran imposibles de alcanzar. Incluso si somos lo suficientemente hábiles encontraremos un lugar secreto con el que podremos teletransportarnos a las distintas casas del juego, muy útil para tener todas las áreas del juego al alcance.

¿Hemos comentado que Minit solo tiene dos botones? Con uno utilizamos el objeto equipado, mientras que con el otro moriremos. Parece que no, pero la muerte voluntaria puede ser muy útil, reiniciando el contador de tiempo y haciendo que volvamos automáticamente al checkpoint, si por ejemplo hemos tomado una ruta errónea y perdido tiempo con ello, o simplemente queremos volver al hogar.

El humor es otro elemento constante en el juego, que se suele utilizar de forma inteligente para dar pistas de secretos ocultos. Por ejemplo, cerca de la casa donde comenzamos la aventura hay un anciano que nos dará la chapa hablando muy lentamente. Y cuando digo lentamente es que su charla prácticamente dura los sesenta segundos de vida que tenemos, por lo que tenemos que llegar cuanto antes para poder escuchar su monólogo entero. Solo de esta manera podremos descubrir la localización de un tesoro. Respecto a la duración, Minit puede completarse en unas tres horas al 100%. Sí, es una cifra que puede sorprender, pero no olvidemos que es un juego sencillo, y que además tiene un fuerte componente de speedrun, es decir, está diseñado con la idea de ser rejugado a modo contrarreloj, por lo que los fans de esta forma de juego se van a divertir mucho con ello.

Como comentábamos al principio, Minit es minimalismo en estado puro, y eso se deja ver a primera vista con sus animaciones y su paleta de colores bicromática, donde basta con el blanco y el negro para caracterizar un buen puñado de personajes, escenarios e items. Es cierto que a veces su pixel art es un poco tosco y no se entienden ciertos elementos, pero al final te acostumbras y deja un estilo resultón al conjunto. Para muchos puede que peque de sencillo, pero es que esa es la intención, un estilo gráfico lo más simple posible pero a la vez fácil de entender, y creemos que Minit lo ha conseguido. Respecto a la banda sonora, no es tan minimalista como el resto del juego, pero si bastante pegadiza, con un tema principal muy reconocible.

Minit está localizado a nuestro idioma completamente, y de forma más que correcta. No os olvidéis de cambiar el idioma en opciones.

Con todo lo dicho, Minit es una aventura clásica sencilla pero muy interesante, donde el tiempo lo es todo y por ello nos cambia la forma de jugar. Muy recomendado si buscas algo diferente a lo de siempre con un toque desenfadado y mucha exploración.

 

Chami Collado
Redactor jefe de la sección de videojuegos de Fantasy, artista 3D y amante de los jueguicos™ desde que de pequeño me encontré una Nintendo con el Super Mario por mi casa.

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