El inuit Knud Rasmussen
El inuit Knud Rasmussen.

En 1933 murió Knud Rasmussen. Inuit de origen, e integrado en la sociedad danesa, protagonizó alguna de sus principales gestas exploradoras durante finales del s. XIX y comienzos del s. XX y, especialmente, trabajó durante décadas en la recogida, edición, selección, comentario y popularización de las leyendas de su pueblo. Su intención fue la de abrir a los inuit al mundo y viceversa, convirtiéndolos a partir de su trabajo en una comunidad de generalmente conocida, superando su aislamiento geográfico y climático. De ahí que, durante su funeral, todo un país se vistiese de luto, riendo homenaje “a su último gran héroe.”

Con todo, el legado de Rasmussen aún necesita de mucho trabajo para consolidarse definitivamente. Parte de ese trabajo está en su denominación. Generalmente conocidos como esquimales, nos sumamos a la editora de este volumen, Blanca Ortiz Ostalé, en su voluntad de substituir este término, que supuestamente significa “los que comen carne cruda”, por el de inuit, “las personas”, bastante más exacto y justo.

Otra forma de conocer a un pueblo es a través de sus mitos y leyendas. En “Mitos y leyendas Inuit” (Siruela, 2020) se realiza una selección de todo el inmenso trabajo de Rasmussen. Y la primera pista sobre cuáles son los temas que les caracterizan y definen colectivamente están en el índice. Aquí encontramos textos sobre “la visión inuit del mundo”, “fábulas de animales”, “leyendas épicas”, “historias de muerte y venganza”, “encuentros con otros pueblos”, “cuentos curiosos” y un brevísimo “glosario” con los principales términos que caracterizan los campos semánticos clave de la cultura general inuit: la caza, la familia y la comida, fundamentalmente.

A partir de aquí, leyendo las historias del libro y tirando del hilo de los temas, podemos conocer mejor a un pueblo plenamente masculinizado, cazador, disperso en numerosas pequeñas comunidades, donde las relaciones con los demás pueblos se vive como un fenómeno extraordinario, para el que la caza es una forma de vida que lo condiciona todo, las relaciones con los animales (osos, zorros, focas, piojos y larvas…) estructuran su actividad y la familia es el núcleo fundamental de los hogares.

Portada de Mitos y leyendas inuit, de Knud RasmussenEstos textos son una recolección de primera o segunda mano. De primera, copiados directamente por el propio Rasmussen, y de segunda, que Rasmussen escuchó y que anota al final de cada texto el nombre de su fuente. Además, son textos orales, lo que quiere decir que son breves, con estructuras gramaticales simples, con un argumento directo y poco desarrollado, dónde muchas cosas se dan por supuesto por lo familiar del contexto dentro del cual se ha llevado la recogida de información. Y, por supuesto, los temas reflejan el ser de una comunidad antigua, aislada de las demás comunidades, lo que implica unos valores muy tradicionales que deben ser observados dentro en su contexto.

Esto nos lleva a la principal advertencia que tenemos que dar: la persona lectora no puede caer en el error de observar con ojos contemporáneos muchas de leyendas y mitos que aquí se contienen. Estamos ante una comunidad cazadora, el rol de la mujer es manifiestamente sumiso. Estamos en un espacio amplio de notable inclemencia climática, por lo que los bebés y los infantes son seres extremadamente frágiles. La principal actividad que da sentido de comunidad y garantiza la supervivencia es la caza, por lo que la muerte y la violencia están generalizadas y son comúnmente aceptadas. Todo tiene un contexto. Y leer estas historias sin prejuicios nos ayudará a empaparnos mejor de la mitología y la cultura inuit.

En ella veremos muchos aspectos que caracterizan y diferencian a esta comunidad frente a otras. Por ejemplo, aquí se humanizan a los animales, hasta el punto de que se incorporan en las relaciones sociales casándose con ellos (“La mujer que se casó con una gamba”), también se hará referencia en distintas ocasiones a los principales problemas de convivencia en esta comunidad (“Piojos”), o leeremos sobre lo problemáticas e intrincadas que pueden llegar a ser las relaciones familiares en sus múltiples formas (“Anngiak, el niño traído al mundo en secreto” o “Los dos amigos que quisieron ver el mundo” son algunos de tantos), dejando espacio también a algunas de las formas de vida más indeseables y sus terribles consecuencias (“Igimarasugssugssuaq” o “Paatusoorsuaq, el que asesinó a su tío”).

Por supuesto, también hay espacio para la magia en forma de hechizos más bien domésticos (“Igimarasugssugssuaq”, otra vez), seres mitológicos increíbles (“El perro gigante” o “El gigante), seres aparentemente fantasmagóricos pero que podrían ocultar tras de sí realidades espantosas (“Los espíritus del trueno” y, con especial intensidad, “El espíritu del estiércol”), antiguas edades de la Tierra donde lo celeste y lo terrenal se fundían en una única realidad (“Sol y Luna” o “Venus”)… entre otros muchos aspectos de notable interés.

Pero si algo sorprende es que el Cielo y la Tierra son aquí el Cielo y el Mar: el averno se oculta bajo el agua, el infierno no es fuego ardiente sino hielo por todas partes… Se mantienen los conceptos generales pero su materialización bebe mucho del contexto en que se desarrolla la cultura inuit. Y esta es, precisamente, la principal fuerza de ‘Mitos y leyendas Inuit’ (Siruela, 2020) recogidos por Knud Rasmussen y editados fantásticamente por Blanca Ortiz Ostalé quién, a través de su organización y traducción, nos abre una fantástica puerta a una de las culturas más reconocibles, pero, a la vez, menos conocidas del globo.

Ahora tenemos una oportunidad estupenda para hacerlo. No deberíamos dejarla escapar.

Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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