Nuestros colegas de Fandogamia Editorial nos traen un nuevo título para aumentar nuestras bibliotecas de manga. Y como es usual en las obras que podemos encontrar en su catálogo, viene cargadita de humor.
Monster×Monster, de Nikiichi Tobita, nos sumerge en un mundo que, hasta hace no mucho, vivía bajo el yugo de las bestias; monstruos de diversos tamaños, formas y colores, pero todos igualmente feroces y peligrosos. Los más valientes de los humanos se decidieron a plantar cara y darles caza, y ahora, siglos después, la Era de las Bestias ha terminado para dar paso a la Era de la Gran Caza.
El mundo ha avanzado mucho desde entonces gracias a los suministros que suponen las bestias cazadas: desde armas y armaduras mejoradas, hasta aparatos electrónicos (entre ellos, videoconsolas con un gran catálogo de juegos de citas). Casi todos los trabajos funcionan ahora en torno a las bestias. Y de todos esos trabajos, hay uno que destaca, tanto por su riesgo como por la gloria que aporta, es el trabajo de los captores, especializados en cazar las bestias que determina el imperio.
En este mundo de fantasía y peligros, Nikiichi Tobita decide centrarse en la historia de… un nini. Un tipo que ni estudia, ni trabaja, ni tiene intención de intentarlo. Y es por este matiz, por este contraste, que la serie pasa de un corte épico (que, con el dibujo que tiene, podría serlo fácilmente) a uno agradablemente cómico.
La fórmula de los primeros capítulos es sencilla. La madre del protagonista lo manda a buscar trabajo, y él acaba escaqueándose de alguna ingeniosa manera, que suele acabar saliéndole mal. Por el camino, iremos profundizamos de forma sutil en el mundo, sus bestias y cómo estas han contribuido a la evolución de la sociedad. Además, estos primeros capítulos nos servirán para ir presentando un curioso grupo de personajes secundarios que contrastan enormemente con el protagonista y su estilo de vida. Al final de cada capítulo, estos le enseñarán una moraleja, que él… en fin, eso mejor, leedlo vosotros mismos.
Sin embargo, según nos acercamos a los últimos capítulos del tomo, nos percatamos de que ha comenzado a crearse una verdadera trama, y que esta puede llegar a tomar un cariz épico, a convertir esta en una verdadera historia de aventuras y acción… si el protagonista llega a cambiar, cosa que parece resistírsele, para regocijo de los que prefieran el toque cómico. Como avanzará la obra en sus dos restantes volúmenes, tendremos que esperar para leerlo, pero el giro final puede darnos un par de pistas.
El dibujo de Tobita es impresionante. Sencillamente. Detallado, limpio, fino y dotado de mucha personalidad. La enorme variedad de rostros que el autor es capaz de dibujarle al protagonista es una de las mejores armas que tiene el humor de Tobita, pero igual te planta a un nini hurgándose la nariz o a una tabernera pechugona, que dibuja una bestia imponente, digna de la última entrega de Monster Hunter. Protagonista cómico, chicas hermosas y monstruos impresionantes. No está mal, ¿no?
Hasta ahí lo que tengo que decir sobre Tobita y lo que dibujó en su país. Él ya se ha llevado su parte. Ahora, toca hablar sobre el trabajo de Fandogamia Editorial.
La edición es, sin duda, una de las mejores que he visto en este formato de manga. 176 páginas con sobrecubiertas, hasta ahí nada fuera de lo común. Pero eso cambia cuando abres el tomo y tocas el papel, un suave papel mate de gran calidad que se agradece muchísimo y que permite plasmar el dibujo en toda su calidad.
Otra cosa que merece la pena comentar es el trabajo de traducción al cargo de Luís Alís, que se ha encargado de adaptar muchos términos al castellano más mundano, de una forma sutil y que casa totalmente con el ambiente de la obra, y que traducidos de manera más literal sonarían artificiales.
La serie tiene un total de 3 volúmenes, y el PVP es de 7,5€. Si con lo aquí mencionado, aún tenéis dudas sobre si arriesgaros o no con la serie, en la web de Fandogamia está disponible, para leer online, un adelanto del primer capítulo.
