Morbid: The Lords of Ire es un juego que nos vuelve a sumergir en el género souls, pero en esta ocasión de una manera más pura. Esta secuela difiere mucho de su entrega anterior, fechada en 2020 bajo el nombre de The Seven Acolytes, donde el pixel-art hacía las delicias de los jugadores. En esta ocasión nos topamos con un juego más puramente souls al abrazar su vertiente 3D, que puede atraer a los jugadores más experimentados pero también alejar a quienes acogieron su entrega anterior por su estilo.
Un cambio drásticamente opuesto
A pesar de que su entrega anterior tuviese un apartado artístico totalmente diferente, su lanzamiento fue bien acogido. Su dificultad y su tratamiento gráfico consiguieron que los jugadores disfrutaran de esta aventura. El cambio al entorno 3D puede que afecte a los que amaron la primera entrega, pero también servirá para captar a los jugadores más genéricos de esta vertiente.
La finalidad de nuestro viaje esta vez es la de acabar con cinco acólitos corruptos por la maldad que se haya en ellos. Esto significa que tendremos que explorar cinco zonas diferenciadas entre sí para hacerles frente. Puede que suene un tanto simple, pero en este género conocemos los enrevesados caminos que nos llevan al final de nuestra aventura.
Aunque podemos englobarlo dentro del género souls, Morbid: The Lords of Ire deja margen para el error, y nos permite equivocarnos en nuestras decisiones. No es que debamos hacerlo demasiado, pero no se penaliza tanto al jugador como en otros videojuegos del estilo.
La curva de aprendizaje de Morbid: The Lords of Ire es justa
Como se menciona en el párrafo anterior, no estamos ante un juego fácil, pero nuestros fallos no nos penalizan drásticamente. La curva de aprendizaje es bastante asequible, ofreciéndonos libertad para hacernos con los controles y patrones de los enemigos. Nuestros movimientos son genéricos: en la forma de atacar podemos hacerlo directamente hacia su vida o hacia su postura. También tenemos disponible una acción para bloquear, de la que podemos sacar partido para realizar contraataques. Finalmente, la habilidad de atacar a distancia con un arma de fuego nos dará ventaja desde la lejanía.
Volvemos a tener la barra de cordura, vital para hacernos con las mecánicas de combate. Esta barra nos proporcionará ventajas si la tenemos plena, consiguiendo que invirtamos menos stamina o consigamos más experiencia. Por el contrario, si la descuidamos y llega a vaciarse, obtendremos más daño por parte de los enemigos, además de ser perseguidos por los fantasmas de los enemigos vencidos.
Como consejo vital, merece la pena mantenerla por encima de la media si no queremos complicarnos la partida. Es cierto que si la mantenemos por debajo de la media podemos llegar a conseguir hacer más daño a los enemigos, pero debemos sopesar si nos interesa correr riesgos extra.
Los combates son satisfactorios
Dentro del género souls, si hay un aspecto en el que no se puede flaquear, es en el de las criaturas a las que nos enfrentamos. En Morbid: The Lords of Ire tenemos una buena variedad de enemigos, que por lo general no son muy descabellados en su inteligencia. Sus patrones son seguros y podemos aprender sus mecánicas de ataque.
El diseño de los entornos también está bien medido, llegando a tener un planteamiento importante dentro del juego. Los caminos son bastante lineales, pero podremos explorar para descubrir zonas extra con algún que otro jefe opcional. La majestuosidad del entorno nos hace querer ver, explorar y descubrir qué hay más allá, nos atrapa su estilo artístico y sus diferentes zonas impiden que nos aburramos explorando. Sin embargo, puede chocarnos un poco que existan cambios tan bruscos entre ellos, pudiendo llegar a parecer que estamos ante juegos diferentes.
No puedes pasar
Uno de los aspectos que no se siente demasiado acertado en Morbid: The Lords of Ire es el del bloqueo de caminos. En algunas zonas, una neblina roja nos impedirá continuar nuestro camino, ya sea avanzando o escapando de hordas enemigas. Esta neblina no nos dejará continuar hasta que acabemos con la tropa enemiga que nos impide continuar. La decisión de incluir una mecánica tipo Devil May Cry a un juego del género souls no es la más acertada, ni de lejos. En este aspecto, Morbid: The Lords of Ire falla estrepitosamente, ya que nos obliga a hacer frente a grupos enemigos que quizás estábamos evitando por alguna razón más que evidente.
Mejoras que no lo son tanto
A lo largo de nuestro viaje nos encontraremos con estatuas que hacen la vez de las hogueras de Dark Souls. Podremos viajar a otros emplazamientos así como visitar el templo para «mejorar» nuestro equipamiento. El entrecomillado viene porque, a raíz de mejorar un aspecto concreto, tendremos que empeorar algún otro. Los aspectos a tratar son: daño, velocidad, agilidad e impacto. También podremos mejorar a nuestro personaje con bendiciones, las cuales conseguimos mediante la experiencia que conseguimos derrotando a enemigos al subir de nivel.
No importa el peso que podamos cargar
Otro de los factores en los que se diferencia Morbid: The Lords of Ire es que no tenemos límite de peso para llevar con nosotros. Es cierto que solo podremos equiparnos dos armas simultáneas, pero no tendremos que escoger qué llevarnos y qué no, ya que no existe límite de peso. Continuando con las diferencias del género, si morimos no perderemos objetos, simplemente reapareceremos en la última estatua donde interactuamos.
Si bien es cierto que los enemigos «de a pie» no nos resultarán demasiado complejos, siempre podremos caer en una emboscada de jefazos que nos pongan las cosas un poco más ajustadas. Esta decisión de no penalizar tanto al jugador en su caída consigue evitar la frustración del jugador y fomenta que vuelva a intentar tomar el mismo camino nuevamente.
Conclusiones del análisis de Morbid: The Lords of Ire
Morbid: The Lords of Ire es, dentro del género souls, una apuesta interesante. Es asequible para los más novatos, tiene un diseño atrayente y su curva de dificultad es justa. Con una toma de decisiones cuestionables como la mejora de equipamiento o el «encapsulado» en ciertos combates, sigue siendo una opción interesante como juego del género. Sin ser necesario jugar a su antecesor, el cambio de apartado gráfico puede llegar a captar a nuevos jugadores, así como perder a los que eligieron la aventura anterior precisamente por su estilo pixel-art.
✔️ PROS:
– Tiene una buena curva de dificultad.
– No es tan penalizador ante los errores y las muertes.
– Se encuentra traducido al español.
❌ CONTRAS:
– No se puede decir que sea un souls exigente.
– Los escenarios son tan diferentes que no parecen hechos para el mismo juego
🎮 PLATAFORMAS: PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series, Switch y PC.