El mundo ha sido pasto de las bombas nucleares y la extinción de la humanidad está cerca. Un último reducto de humanos se defienden de los Ghouls y monstruos que ha creado la radiación en la última fortaleza que queda: «El Arca». Con tal cantidad de radiación, los humanos no pueden sobrevivir fuera de esta fortaleza y deberán confiar en los Merodeadores para que les hagan llegar los recursos. ¿Y quiénes son los merodeadores? Animales que han mutado hasta tener inteligencia y conciencia, capaces de desarrollar una estrategia de combate y llevar a cabo misiones para «el Anciano», el líder de este reducto de humanos. ¿Curioso? La humanidad pende de un hilo y solo estos animales pueden salvarnos.

Esta idea, extraída del juego de rol de mesa, ha sido desarrollada por Bearded Laides y editada por Funcom, compañía desarrolladora no muy conocida, pero que se presentan con un título que aporta un paso más a los juegos de estrategia táctica de combate por turnos. Como todos los videojuegos de este estilo, se centra, sobre todo, en el combate por turnos y esta será, también, la tarea principal para este Mutant Year Zero: Road to Eden en el que tendremos que estrujarnos las neuronas para superar los niveles que nos proponen. El precio en Steam de este título es de 34,99 €.

En general, encontramos un título diferente a las modas que estamos acostumbrados, con una historia que engancha y con unos gráficos y contenido óptimos para el precio que nos ofrecen.

Jugabilidad

La jugabilidad se centra, como se ha comentado, en los combates de estrategia por turnos, lo que implica casillas por turnos, calcular distancias de movimiento y distancias de disparo, además de tener en cuenta muchas variantes diferentes, como habilidades especiales, atributos y diversas mutaciones. Al inicio del juego, y como aspecto interesante, son las diferentes posibilidades en cuanto a dificultades ofrecidas. Se puede escoger entre normal, difícil o extremo. Esto influye en el daño que hacen los enemigos, la vida que regeneras después de un combate y la recarga de las habilidades después del combate (o no). Además, todos los niveles incluyen la opción de «Mutante de Hierro», que hace que solo tengas una vida y si mueres tienes que continuar desde el último autoguardado.

La verdad es que jugando al nivel intermedio (difícil), el juego supone un punto medio entre tener que esforzarse para encontrar soluciones a niveles en los que hay muchos enemigos o muy duros, la posibilidad de encontrar alternativas y soluciones, las recompensas y no llegar a frustrarnos.

El tutorial ocupa los primeros 20 minutos del juego, pero a la vez te sirve para introducirnos en la historia. Entre historia y tutorial forman un tándem perfecto para poder enseñarte las mecánicas básicas y a la vez la historia.

En este juego tenemos un mapa muy amplio que estará formado por pequeños sub-mapas al estilo «dungeon» y que iremos descubriendo transitando por los anteriores y que nos llevarán a otros. En cada inicio de mapa, podemos pasearnos libremente y explorar todos los rincones, teniendo la posibilidad de escoger e ir intercambiando entre nuestros personajes (cambiando solo con tabulación) según el que nos interese más para iniciar el combate o visualizarlo. En todo momento se puede acceder al modo combate y esto da la posibilidad de cambiar entre una cámara y movimiento libre a un modo combate en el que podemos medir distancias y, si somos lo suficientemente sigiloso, intentar iniciar el combate desde la posición que más nos interese según nuestros objetos y habilidades. Este es uno de los aspectos más innovadores y que más posibilidades dan al modo de los juegos de estrategia táctica de combate por turnos. Y es que en este punto podemos, por un lado, ir con cámara libre para recoger tesoros, monedas, partes de armas y además explorar los diferentes mapas. Y por otro lado, podemos intentar evadir un combate o eliminar un batallón de exploradores a medida que se separan del grupo, después salir del modo combate e intentar entrar por otro flanco o simplemente entrar en combate por el lugar que más interese y si no gusta, salir del modo combate y volver a la base para mejorar nuestras armas o mutaciones.

Una vez pasados estos primeros 20 minutos de «tutorial» llegamos a la base de los últimos humanos, «el Arca», donde podremos mejorar las armas, comprar objetos, hablar con el Anciano (líder) y entregar los artefactos que encontraremos por el mapa y que mejorarán nuestra capacidad de combate de una u otra manera dependiendo lo que nos interese (mejorar las granadas, el movimiento, la distancia de armas, etc).

Otro aspecto interesante de la jugabilidad es que no se utiliza la «iniciativa», sino que primero el jugador (o el enemigo si es descubierto antes), y después el enemigo, van moviendo a sus personajes sin un orden obligatorio. Esto da posibilidades, otra vez, a que podamos calcular mucho más las batallas. Como muchos otros juegos de este estilo, también tiene un componente RPG, en el que los personajes van subiendo nivel según las batallas a las que han asistido y según el nivel (además de poder mejorar armas y armaduras y contar con equipamiento como granadas) consiguen mutaciones, que dan o potencias o habilidades según el personaje. Bormin, por ejemplo, el jabalí mutante, puede conseguir habilidades de cuerpo a cuerpo y de resistencia o taunt (provocación), mientras que Dux, el Pato mutante, se centra en conseguir habilidades para mejorar su distancia de disparo y sigilo. De esta manera van apareciendo personajes que se nos unirán con diferentes capacidades y progresiones y podremos acabar de crear un pelotón de tres personajes que nos guste.


El último aspecto a destacar es la importancia que tiene durante todas las batallas y mapas el sigilo. Cuando paseamos por el mapa libremente, podemos ir con una linterna para ver mejor o movernos más rápido o elegir agacharnos, que hará que apaguemos la linterna y caminemos más despacio, a cambio los enemigos tendrán un rango de detección mucho más reducido. Deberemos esperar pacientemente a que un enemigo pase, después de ver la ruta que hace, para poder deshacernos de ellos uno a uno, porque se hace imposible (por mi experiencia) entrar en un mapa y liarse a pegar tiros, porque los enemigos acabarán con nosotros rápidamente. De esta manera, si no sois jugadores de los modos sigilo, de esperar a que se separe el grupo, de atacar de manera silenciosa y por la espalda, me atrevería a decir que no será vuestro videojuego.

Historia:

En Mutant Year Zero: Road to Eden, lo principal no es la historia, sino el combate, a pesar de esto, y asumiendo el segundo plano que tiene este punto, el desarrollo de la historia tiene un objetivo principal: hay rumores de que hay un sitio en el que los humanos viven libremente, en paz y apartados de los mutantes y monstruos que pueblan «la Zona», el lugar donde se encuentra “el Arca” y los jugadores tendrán que llegar a él.

La historia se introduce al principio con una mini misión donde los jugadores, a través del tutorial, deben volver a la base de operaciones, donde reciben su nueva misión: encontrar al mecánico, que además de ser necesario para la supervivencia del «Arca», se han oído rumores de que ha ido en busca del «Edén», el lugar de ensueño.

A lo largo del juego, el objetivo se complica y se va matizando la trama, teniendo que explorar y buscar pistas sobre la desaparición del mecánico y después intentar llegar al Edén antes de que los Ghouls, los enemigos, les encuentren. A través de cada mapa y cada sub-misión se van encontrando pistas, pequeños trozos de historia, que para los que nos gusta la acción, hará mucho más llevadera lo que en otros juegos se convierte en una «chapa» de un personaje hablando 10 minutos sobre un lore en el que no queremos profundizar. Por ello, cada vez que vuelves por la base, encuentras un objeto o te pasas por la tienda, los NPC’s te cuentan un poco más de información clave y esto es marcado como objetivo en el mapa.

Gráficos:

Los gráficos de este título tienen una inspiración realista, a pesar de que la ambientación es de un mundo post apocalíptico nuclear (en el que han pasado unos 30 años desde la explosión nuclear) y hay animales mutantes y Ghouls, la verdad es que han conseguido el objetivo que se proponen: introducirte al máximo en el juego. La mayoría de escenario y mapas son bosques con edificios a medio derruir, maquinaria de construcción, coches abandonados o carreteras llenas de hierba por haber sido abandonadas y como hemos dicho, se hace imposible no utilizar la linterna para dar luz a un mundo que siempre parece estar en penumbra. El movimiento de los árboles, los insectos o aves que rondan el mapa y que con nuestro paso espantamos, hace que tengamos que estar en tensión para ver quién nos está observando o quién se esconde detrás del próximo giro del camino.

Además, la interfaz en cuanto a menú, mapa, inventario e imágenes de personajes tienen un estilo visual inspirado en el cómic, que da como resultado una combinación nos recuerda inevitablemente al mundo de The Walking Dead y la comparación tampoco le hace mal.


Es un juego que a pesar de que está correctamente optimizado, no está pulido del todo. Al cargar partidas (que tardan), da tirones durante los cinco primeros segundos. En ocasiones encontramos algunos bugs que bloquean el movimiento del personaje o incongruencias con el modo sigilo, donde nuestros compañeros sí que pueden pasar por delante de los enemigos sin ser vistos, mientras que nosotros somos atrapados a la mínima si entramos en su campo de visión. Estos bugs al menos no son significativos y en ningún caso dificultan la experiencia de juego o el avance de la partida.

En general, la capacidad para introducirnos en el juego y llevarnos a lo largo de la historia parece inmejorable. Otro aspecto que ayuda a esto es sin duda la banda sonora, que en todo momento transmite una sensación de tensión que empuja a seguir explorando.

Conclusión:

En general, Mutant Year Zero: Road to Eden es un juego que responde perfectamente a su objetivo de ser un ejemplo de juego de estrategia táctica de combate por turnos. Por el precio que tiene propone un recorrido, historia y jugabilidad que enganchan y están bien hechos y desarrollados, que en los tiempos que corren es mucho más de lo que ofrecen los early access incompletos y de desarrollo eterno.

Este es un juego empezado y acabado, con calidad y que para los amantes del género puede suponer un paso más. A pesar de algunas pantallas de carga algo largas y pequeños bugs sin importancia, ofrece una historia original, unos personajes bien desarrollados y una jugabilidad que va más allá de lo estándar de este tipo de juegos.

Victor Ayora
Aficionado a los videojuegos desde hace demasiado tiempo como para seguir siendo solo "aficionado".

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