Tenemos entre manos una obra de esquemas puramente Shonen, siendo capaz de hacerte vibrar en el asiento a pesar de usar los clichés típicos del género. El argumento de la obra se centra en una sociedad donde lo normal es lo anormal. Desde hace años unos fenómenos evolutivos han provocado que las nuevas generaciones nazcan con dones, pudiendo tener desde un triste dedo extra hasta poseer la fuerza bruta propia de Superman.
Por desgracia, nuestro protagonista: Midoriya Izuku, un muchacho de lo más normal vive en desventaja en una sociedad donde la gente rara es la normal. ¡Pero esto es un Shonen! Así que nuestro protagonista no se echará atrás en ningún momento, sino que se dejará la piel por ello a lo que aspira. Así entra en escena nuestro mega héroe y mentor: All-Might, el símbolo de esperanza y valor, el héroe más poderoso de todo el planeta. La misión será poder llegar a ser un héroe profesional pero ¿Dónde se forma uno para ello? Pues en una escuela de héroes. Como no, los protagonistas se tendrán que enfrentar a duras y peligrosas pruebas de acceso para entrar a la educación secundaria.
Los valores también son algo que cualquier gran shonen que se precie tiene que incluir, y ‘My Hero academia’ hace un buen uso del recurso, destacando el poder de la constancia, las primeras amistades y sobre todo el esfuerzo por conseguir tus metas. Aunque juega con los valores clichés básicos de las obras populares, la introducción de estos argumentos y escenas suelen ser difíciles de acoplar sin que la calidad de las escenas se vea comprometida. Lo impresionante de solo en el primer volumen Horikoshi es capaz de representar de forma maravillosa los conceptos que quiere trasmitir a su lector a través de dibujo y texto.
El apartado artístico goza con de estilo propio y muy diferente a las marcas comerciales que estamos acostumbrados a ver en el género. Su mayor punto fuerte sin duda es la representación de emociones y expresiones faciales, muchas veces el texto sobra al lado de esas miradas fulminantes o las representaciones del miedo. El arte de los escenarios tiene un nivel aceptable que se mantiene a lo largo de los dos tomos, presentado diseños muy detallados hasta bocetos con lo justo para pasar la criba de calidad. Además, el protagonista tiende a balbucear como un nerd y por ello se le han dado unos bocadillos especiales para esa ocasión. Como punto negativo podemos poner el desnivel inicial entre los buenos y los malos, pero eso es otra cosa que se ha heredado del género shonen.
Planeta Cómic ha acertado en la distribución inicial de la obra con el lanzamiento conjunto de los primeros dos volúmenes recopilatorios. No solo por su facilidad de venta gracias a su barato precio inicial de 8,95€, sino por la capacidad que tiene la obra de sumergirte en el mundo que abre a través de los tomos. El primero sirve como introducción a las bases del mundo, la explicación de los conflictos, deberes y flaquezas que tienen los héroes y la así como la presentación de los numerosos personajes principales. Mientras que, en el segundo volumen, se nos narran las primeras aventuras que tendrán Midoriya y compañía en su preparada escuela. Pero, ¡un momento!, que nada más empezar se nos echa en cara lo que podríamos llamar un jefe final típico de un videojuego. Así hace su verdadera aparición el bando de los malos: Los Villanos. Aunque no sabemos mucho de ellos podemos dar por sentado que lo que quieren es simplemente ver el mundo arder.
El trío principal en el elenco de los villanos promete, siendo bastante atípicos, primando la inteligencia antes que la fuerza para su liderazgo. Villanos con carisma, grandes héroes que levantan pasiones y trepidantes alumnos que aspiran a ellas. Esto es ‘My Hero Academia’ y viene para quedarse.