Los juegos de lucha son cada vez más diversos y diferentes entre sí, consiguiendo de esta manera un ecosistema rico en cuanto a mecánicas, controles y planteamiento de combates. Sin duda alguna la distinción más básica que podemos hacer en los juegos de pelea podría ser 2D-3D, a pesar de que cada una de estas variantes se ramifique en otras muchas posibilidades.
En este caso estamos frente a un juego de lucha en 3D que a pesar de ser un deleite visual carece de encanto innovador, ya que es bastante más que similar a su anterior entrega. My Hero One’s Justice 2 peca de ser una apuesta poco atrayente para los jugadores regulares, aunque el fanservice puede darse por satisfecho.
De nuevo desarrollado por Byking
Como hemos mencionado arriba, el apartado visual es sublime ya que vuelve a estar desarrollado por Byking, utilizando la tecnología de Unreal Engine que nos aporta una calidad indiscutible. Esta estética nos promete combates dignos que parecen sacados de las mejores manos de animación manga japonés, poesía en movimiento al más puro estilo desenfrenado, evocándonos recuerdos de los mejores juegos de Naruto, los antiguos Dragon Ball e incluso algunas partidas de Jump Force.
Me gustaría comparar este juego con otro que recientemente ha visto su lanzamiento, One Punch Man: A Hero Nobody Knows. Personalmente creo que ambos recaen en el mismo fallo, y es que a pesar de ser unos buenos juegos de lucha los dos tienen el problema de no aspirar al público en general, siendo unas entregas muy focalizadas para los seguidores de sus respectivos trabajos. Esto es una pena porque juegos como Saint Seiya: Soldiers’ Soul se puede disfrutar a pesar de no conocer el mundo que engloba la franquicia, y eso es un detalle que My Hero One’s Justice 2 no ha sabido manejar correctamente.
La primera entrega tampoco ahondaba mucho
Es bastante probable que únicamente conozcamos la existencia de My Hero Academia (Boku no Hero) pero no seamos unos expertos en su historia, al no denominarnos como seguidores de la franquicia. Con la primera entrega ya ocurrió que no se puede disfrutar igual si tus conocimientos son limitados, quedándose simplemente en otro juego más de lucha, degradando su puesto a uno más del montón.
Sus luchas se centran en un entorno en 3D de controles sencillos, sin una mezcla de botones compleja para conseguir combos (basado en mecánicas similares a los juegos anteriormente mencionados) por lo que no tendremos que explorar movimientos enrevesados más típicos de Tekken, King of Fighters o Street Fighter. Cada personaje tiene habilidades diferentes que lo hacen único y marcará la diferencia a la hora de jugar, ya que los perfiles son muy variados.
En la variedad está el gusto
El plantel al completo incluye 40 personajes jugables (uno de ellos requerirá desbloquearlo como personaje de pago mientras otros dos son desbloqueables jugando). Entre ellos podremos encontrar personajes rápidos, otros con ataques con más lentitud pero mayor contundencia, algunos que basan sus ataques en el cuerpo a cuerpo y otros que utilizan proyectiles para sorprender a nuestro adversario.
Bajo la barra de salud de nuestros personajes encontraremos la barra de medidor Plus Ultra, que iremos rellenando según encajemos combos y bloqueemos ataques enemigos. Esta barra tiene tres variantes diferentes para utilizar, cada una de ellas ocasionando un mayor daño en la salud de nuestro adversario, que puede llegar a arrebatarle casi el 70% de su vida. La estrategia de saber utilizarla en cada momento marcará la diferencia entre un combate que se daba por perdido y darle la vuelta a la situación.
Continuando con las mecánicas de combate, el empleo de los contraataques es algo que le brinda entretenimiento a los combates (sobre todo en modo multijugador), pero también hay que hacer un uso adecuado de los ataques que son imposibles de detener para desequilibrar a nuestro oponente. El buen uso de estas técnicas hará que podamos disfrutar de cada combate si somos jugadores técnicos, aunque si aporreamos los botones también conseguiremos echar un buen rato disfrutando de la sencillez de sus controles.
Diferentes modos de juego
Obviamente tenemos diferentes modos de juego para sacar algo más de partido a un juego de lucha. Hoy en día es difícil plantearse un juego de lucha moderno que no posea un modo historia, y en esta ocasión podemos disfrutar desde el punto de vista de los villanos y de los héroes. Este modo historia es un poco soso ya que lucharemos combates de una ronda, restando gran parte de la emoción que suele caracterizar este modo. Como apunte personal, la historia llega desde que Izuku toma el relevo de All Might hasta el final del arco de Shie Hassaikai, donde concluyen los problemas de Chisaki.
Si nos decidimos por jugar al modo misiones nos encontraremos con una serie de combates tras los que no recuperaremos la salud perdida en cada uno de ellos al más puro estilo supervivencia; en este modo logramos reclutar a más personajes así como ciertas recompensas que premian el esfuerzo por luchar.
El modo arcade es una sucesión de combates que variarán dependiendo del personaje que elijamos, activando así algunos diálogos especiales por el camino. En el modo batalla libre podemos personalizar el número de jugadores y reglas a escoger, pudiendo sacarle gran parte de su jugo. Obviamente tenemos modo práctica para perfeccionar y conocer ciertos movimientos y combos con la tranquilidad de un adversario fijo.
Conclusiones
Estamos ante un juego entretenido, quizás no el mejor juego de combates si no conocemos la franquicia de antemano pero seguro que podremos disfrutar, aunque no de manera profunda. Como todos estos juegos tiene sus partes fuertes y otras débiles que hacen que flaquee más de lo necesario: en la parte positiva, la inclusión de tantos personajes jugables así como su variedad de combate hace que sea sencillo de jugar, con un sistema de control bastante asequible que despierta interés al toparnos con entornos que podemos destruir y una mecánica de combos sencilla. Entre sus cosas negativas, a pesar de una calidad gráfica interesante en los personajes notamos que no se ha puesto tanto empeño en los escenarios pudiendo pasar tranquilamente por entornos de la pasada generación, a lo que le sumamos la difícil inmersión si no has tratado con la serie, y un modo historia que nos deja indiferentes debido a recortes técnicos que lo convierten en un juego de lucha bastante superficial, además de ser bastante similar a su anterior entrega. Se podría decir que estamos ante un DLC más que ante la secuela de este.