My Life is Murder

De esta serie solo sorprende una cosa: encontrarse a Lucy Lawless en un papel que no es el de Xena “la princesa guerrera”. Todo lo demás se ha visto ya demasiadas veces, en demasiadas otras series, con distintas composiciones, pero siempre con la misma fórmula: mujer intrépida compagina su vida privada con la resolución de crímenes que, a la postre, ni son tan oscuros ni tan difíciles de desentrañar como, inicialmente, la serie parece apuntar.

Este inicio presuntamente oscuro tiene como intención, bastante obvia ya por las veces que nos han soltado este mismo anzuelo desde otras cañas, la de enrudecer al personaje femenino principal, en este caso el de la detective Alexa Crowe (Lawless).

‘My Life is Murder’ entretenimiento rápido digno, sin estridencias y que le gustará al público nicho que tiene estos esquemas entre sus gustos

Sin embargo, el tener una vida cotidiana con la que lidiar exige desdramatrizar la propuesta. Es por esto que irremediablemente, y más bien pronto que tarde, tiene que acabar entrando la luz para que el personaje suavice sus aristas, redondee su personalidad y, de paso, permita entrar a unos secundarios más cotidianos, capaces de conectar con la audiencia. Dicho y hecho.

Si a esto le añadimos un toque ligero de picardía, ciertas dosis de humor y unos personajes y espacios que pudieran resultar exóticos al espectador -la serie es australiana-, el plato ya está a punto y listo para servirse.

Un esquema visto demasiadas veces

El problema fundamental es que ya hemos visto esto demasiadas veces. Desde Francia y Alemania nos han llegado series así, en los últimos años, a montones; también algunas notables desde Canadá o Bélgica o los países nórdicos. Y casi todas estas series adolecen, ‘My Life is Murder’ (Calle 13) no es una excepción, de los mismos problemas: los guiones criminales son un chiste, los secundarios son planos y repetitivos, el principal pierde fuerza demasiado rápido, y al final los personajes principales acaban siendo repetitivos y esquemáticos en exceso.

Por esto es por lo que, llegados ya al ecuador de esta serie de diez capítulos en su primera temporada, tenemos claro que estamos ante lo de siempre: entretenimiento rápido digno, sin estridencias y que le gustará al público nicho que tiene estos esquemas entre sus gustos. Si sois de estos, no os defraudará.

Nota: 5/10

Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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