Hay algo que va más allá del mero ejercicio físico en el batir rítmico de las brazadas en un mar sin apenas olas, mirando el fondo de arena clara al espirar y al cielo azul al inspirar. Prácticamente liberado de su peso por el empuje del agua salada, el cuerpo dedica el esfuerzo de los músculos sólo a avanzar, mientras la mente se libera a su vez de pensamientos y se llena de sensaciones percibidas por los sentidos: el movimiento, la luz, la temperatura, el sabor a sal.
Es precisamente en estas fechas cuando eso se aprecia más, por el contraste entre estas vivencias plenas al aire libre con las que se pueden sentir en las piscinas climatizadas bajo techo que impone el clima otoñal: los sentidos de la vista y el oído embotados por las gafas y el gorro, el calor del agua y el vapor del aire, las calles perfectamente delimitadas, la iluminación artificial.
Aprovechando esas y muchas otras sensaciones, Tessa Wardley plantea en «Nadar en aguas abiertas. Una forma de meditación» la manera de aprovecharlas para alcanzar con facilidad un estado mental de meditación, que se eleva al nadar al aire libre a un nivel más intenso del que se alcanza cuando esa meditación se lleva a cabo en la quietud de lugares cerrados.
Nadando en la naturaleza se pueden obtener así efectos beneficiosos no sólo para el cuerpo, sino también para la mente y el espíritu. El descubrimiento de uno mismo y la realización personal a través del movimiento del cuerpo en el agua sin necesidad de pensamiento consciente.
La conciencia plena (también conocida en nuestro país por el término inglés “mindfulness”) ha de ser entendida como una práctica, una habilidad que se ha de aprender. Su propósito esencial es alcanzar un estado en el que nos encontremos metidos de lleno en el presente. Esta obra es una guía para hacerlo a través de esa forma de natación y, al tiempo, una lectura sumamente amena e interesante para cualquiera que, simplemente, quiera ensanchar sus miras y explorar con más profundidad sus emociones y sensaciones en el agua.
Dividida en seis capítulos (Dar el paso y lanzarse · Nadar en soledad · Con los amigos · Aventuras a nado · Reflexiones desde la orilla · Lo que el agua nos enseña) y ágilmente estructurada en epígrafes, recuadros destacados, citas, páginas especiales… reúne de una manera clara y muy amena de leer una gran cantidad de información útil.
Llenan sus páginas un sinnúmero de vivencias y recuerdos personales de la autora, ejercicios de atención plena, consejos técnicos de natación, recomendaciones de seguridad, citas de pensadores, claves para apreciar y cuidar la naturaleza… que hacen que resulte una buena compañía tanto dentro de una mochila, listo para ser leído en un paisaje natural, como sobre un sillón de lectura, listo para ser disfrutado durante una tarde hogareña.
Tessa Wardley se crio en Norfolk, Inglaterra, donde creció en contacto con la naturaleza, disfrutando de sus costas y ríos y de la navegación desde niña.
Como autora de divulgación en temas de naturaleza ha publicado, además de «Nadar en aguas abiertas. Una forma de meditación», la trilogía formada por «The Countryside Book», «The Woodland Book» y «The River Book».
Si Ediciones Siruela siempre es sinónimo de edición impecable, su colección ‘Tiempo de Mirar’ lo es ya de excelencia. Es éste un libro muy bello, pequeño en formato pero grande en detalles y calidad, que evoca épocas doradas de la edición. La precisa traducción del inglés ha corrido a cargo de Julio Hermoso, siendo el título original de la edición inglesa «The Mindful Art of Wild Swimming. Reflections for Zen Seekers».
El diseño gráfico de cubierta y maqueta son los de la edición original de The Ivy Press.
Este pequeño libro es, en realidad, un gran contenedor de placeres: el placer intelectual de su lectura; el placer vital del ejercicio y las sensaciones descritas, que tan bien mueve a experimentar por uno mismo; el placer de tener en las manos un objeto tan bien hecho.
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