Plaza & Janés ha publicado la trigesimoquinta novela de la reina del suspense, Mary Higgins Clark. Esta popular escritora nació en 1927 en Nueva York y cursó estudios en la Universidad de Fordham. Su primer éxito le vino a la edad de 43 años y ya se han vendido más de 100 millones de copias de sus libros en todo el mundo. Está considerada una de las más destacadas autoras del género de intriga y sus obras alcanzan invariablemente los primeros puestos en las listas de best sellers internacionales. Sus últimos libros publicados en castellano son: «Mentiras de sangre», «Sé que volverás», «Los años perdidos», «Temor a la verdad», «Asesinato en directo», «El asesinato de Cenicienta», «Fraude al descubierto», «Legado mortal» y «Vestida de blanco».
La traducción de este «All By Myself, Alone» (2017) ha corrido a cargo de Nieves Nueno Cobas.
La lectura de hoy es un billete de Primera Clase para embarcarnos en el viaje inaugural del crucero Queen Charlotte. La ruta nos llevará durante seis días desde Nueva York hasta Southampton, jornadas en las que transcurrirá la historia que nos ocupa. Al mando de tan evocador barco está el Capitán Fairfax, experimentado marinero desde hace veinte años, que luce sus canas e impecable uniforme para orgullo de Gregory Morrison, el armador a quien le interesa que todo salga bien. Morrison ha creado una compañía naviera reconocida en todo el mundo. Ahora, en este barco ha invertido una ingente cantidad de dinero, el cual en vez de transportar a 3.000 pasajeros, lo hace sólo con 100 escogidos, muchos de ellos millonarios. No se ha escatimado en costes. Desde la propia construcción a los detalles de la decoración, gastronomía, servicio y espectáculos a bordo. Todo esto hace que la sombra del Titanic y su desgraciada travesía flote en el ambiente.
Desde el principio mismo, el hilo argumental es clásico donde los haya. Una relación de personajes de cuyas vidas recabamos información según avanzan los capítulos, ultracortos en ocasiones, favoreciendo un punto de vista muy cinematográfico y ágil. La lectura persigue, pues, un entretenimiento fácil y sin muchas complicaciones para los amantes del género.
Lady Emily Haywood (Lady Em) es una rica viuda que con 20 años supo casarse con un
poderoso industrial que la colmó de todo, alimentando especialmente su pasión por las joyas con piezas de incalculable valor. Entre ellas, un collar que se dice perteneció a Cleopatra y que no ve la luz en público desde hace más de cien años. Puede influir en ello que sobre el mismo recae una maldición, «Quien lo lleve al mar, morirá«. Pues, dicho y hecho, Lady Em aparecerá muerta y sin su collar de esmeraldas legendarias. ¿Viajaba sola Lady Em? No; le acompañaba a todas horas la fiel Brenda Martin, su asistente desde hace 20 años. Una sesentona que le ha entregado su vida. Junto a ellas, viaja Roger Pearson, albacea y gestor (como lo fueron antes su padre y su abuelo) de sus intereses económicos. Se une al grupo la mujer de este, Yvonne. Lo cierto es que en este matrimonio cada día está más alejado el uno del otro.
El profesor Henry Longworth pone el contrapunto erudito. Buen orador y experto en Shakespeare, es de origen humilde, pero gracias a su esfuerzo y tenaz estudio alcanzó un estatus mejor. Mezclado entre la tripulación, encontramos a Devon Michaelson, un agente de la Interpol que busca al hombre de las Mil Caras, un famoso ladrón que ha amenzado públicamente en las redes con afanar el collar antes mencionado. Anna DeMille, una divorciada de Kansas, destaca por su ridículo afán de conocer a gente. Ha ganado el viaje en un sorteo de su parroquia y a fe mía que quiere aprovechar la ocasión. Pero, es tan pesada que hace gracia.
Llegamos a la protagonista sobresaliente, Celia Kilbride, una gemóloga que a sus 28 años ha sufrido un tremendo desengaño. Su novio, Steven Thorne, ha sido detenido por el FBI en vísperas de su boda, acusado de estafa por haber arruinado a los inversores que le confiaron sus ahorros, muchos de ellos amigos de Celia. La sospecha se cierne ahora sobre ella para su desdicha. Trabaja en una importante joyería de Nueva york y es ahí donde ha conocido a Lady Em. Celia, que tiene estudios superiores en la materia, ha sido invitada al crucero para que imparta varias conferencias sobre lo que ella tanto domina, las joyas. Lo cierto es que son las que más viajeros congregarán.
La autora se nota que escribe este tipo de libros con los ojos cerrados. De hecho, ha sido una de mis lecturas recientes más rápidas. Sabe describir situaciones, no sólo de suspense, sino de escenas que den credibilidad y continuidad a la historia con estampas tales como los agobios del capitán porque todo salga bien, el drama personal de Celia, la despreocupada Yvonne que marcha con sus amigas pensando más en sus planes de futuro que en los agobios de su marido, las conferencias que versan sobre el universal dramaturgo inglés o las historias sobre eel origen de las gemas más populares.
En resumen, las historias personales de cada uno de los protagonistas van aflorando según avanza la historia, pasando rápidamente de una a otra en pos de la rapidez de la lectura y de mantener la atención del lector. Para algunos quizá sea muy visto o un patrón demasiado usado, siendo un texto sencillo con una trama plagada de clichés. Una novela pensada para los fans de la autora y para aquellos que disfrutan con estas puestas en escena muy a lo Agatha Christie. Un juego para el lector, obligado a indagar en los posibles motivos de cada personaje y adivinar finalmente quién es el asesino, lo cual yo buscaba y lo que sinceramente me ha entretenido.
A continuación tenéis la emisión de La Nave de LanarkMcKlaor donde podréis encontrar la videorreseña de esta novela. Bon voyage!
[amazon_link asins=’8401020425′ template=’ProductCarousel’ store=’fantasymundo-21′ marketplace=’ES’ link_id=’701cea0e-1b1b-11e8-aa14-9144108d45b6′]