Por fin, hace una semana, llegó la presentación de la nueva consola de Nintendo. Hay tantas cosas qué decir que es difícil saber por dónde empezar, así que vayamos por partes.
La consola
Nintendo Switch es un movimiento hacia la supervivencia de las consolas en un mundo donde cada vez hay menos espacio para ellas. Por un lado, en la batalla de potencia bruta el PC no tiene rival, mientras que en el mundo de la portabilidad, las consolas portátiles han ido perdiendo alcance ante la masificación de smartphones y tablets. Nintendo apuesta por un único sistema dedicado a jugar con el que puedas tener siempre tus juegos contigo, de la misma manera que haces con tus libros en Kindle o con tu música con diversos dispositivos. Pero también es mucho más que eso y es importante para los grandes juegos.
Todos hemos oído “Ya no tengo tiempo para jugar” y cosas similares que afectan muchísimo la experiencia de disfrutar de juegos largos e inmersivos, favorenciendo juegos más simplistas con los que pasar el rato en el tren mientras vas al trabajo. Quizá no nos demos cuenta todavía, pero, si las consolas quieren sobrevivir, éste es su lugar en el futuro. Y es tremendamente importante que lleguen a la gente pronto por el bien de todos, porque de otra manera, la experiencia de juegos AAA se resentirá y quedará recluida al salón, entre barrotes de Candy Crush de los que es imposible salir.
Y es que Nintendo Switch es un movimiento precisamente en contra de esa simplificación de juegos. En contra de que la conveniencia y portabilidad está reñida con los grandes juegos, como explicaré más en detalle en el siguiente apartado.
No sólo la idea es fantástica y llega en el momento justo, sino que, y esto es importantísimo, la ejecución también lo es. Muchos sistemas han fallado en el pasado por no ser viables o prácticos. Y la VR, por ejemplo, sigue enfrentándose a esto, a ser viable y práctica para poder despegar. Nintendo Switch está bien hecha, sin procesos engorrosos, equipada con tecnología avanzada y conectividad estándar. Ofrece al usuario algo práctico de manera sencilla y sin exigirle un aprendizaje intrincado.
Juegos
Los juegos que hay anunciados dicen muchísimo. Como Arlo apunta muy bien en su canal de YouTube, en los últimos años el énfasis había estado más en juegos sencillos y divertidos para toda la familia, que están muy bien, pero quizá se había descuidado un poco el atender a juegos más profundos. Ahora, incluso desde antes del lanzamiento, ya estamos hablando de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, de Skyrim, de Mario Oddyssey, de Xenoblade Chronicles 2, Dragon Quest X y XI… Aventuras enormes, con profundidad y horas que echarles. E, insisto: desde antes del lanzamiento y con papel protagonista. Sí, tenemos 1, 2, Switch y Arms –y eso está genial-, pero el juego principal que aparece en toda la promoción desde hace más de un año con protagonismo absoluto es Zelda, seguido de Skyrim.
¿Os dais cuenta de lo que están comunicando con ello? ¿De por dónde van? El mensaje es claro: juegos grandes y épicos a los que puedes jugar donde quieras. No están limitando los juegos para facilitar la portabilidad o la accesibilidad, están haciéndolos más grandes que nunca y más impresionantes que nunca.
Mensaje e Imagen
Y es que hasta en el mensaje, desde el primer momento en que se mostró la Switch, Nintendo ha evolucionado. Los vídeos consisten en adultos jóvenes haciendo su vida normal. Jugando a oscuras solos en el salón, viajando en avión o sacando a pasear al perro. El día a día de la vida de la mayoría de la gente, el mensaje de “Sabemos que no tienes tanto tiempo para jugar como antes, pero, mira, ahora hemos hecho tremendamente fácil que, si lo que quieres es jugar, puedas hacerlo donde y cuando quieras, aun con tus obligaciones de adulto, y sin tener que renunciar a los juegos grandes, a los juegos de verdad”. Es decir, en lugar de simplificar los juegos para adaptarlos a la vida ajetreada que llevamos, Nintendo apuesta por utilizar la tecnología para no tener que renunciar a una experiencia de juego completa, estemos donde estemos.
El contraste de este mensaje con el de la última década, con anuncios llenos de niños, familias y ancianos, es brutal. Y no significa que esta consola no pueda ser para ellos también; significa que los jugadores de siempre estamos, también, de enhorabuena. Éste es un sistema para enriquecer el mundo de los videojuegos y romper las barreras y el confinamiento al salón que sufren los grandes juegos.
Los mandos
Los Joy-Con son, como apunta Xataka, una auténtica virguería tecnológica. Empezando por su comodidad y posibilidades y pasando por todo lo que incluyen hasta llegar a la vibración de alta definición, que es una verdadera delicia. Un servidor, que temía la desaparición de los giroscopios y acelerómetros y de la separación del mando en dos mitades, de manera que las manos puedan ser independientes, no podría estar más contento. Y ojo, que seré el primero en jugar a Zelda con el pro controller, pero poder jugar tirado en la cama o sentado en el sofá con las manos separadas es una maravilla y es bueno no perder la opción.
El tamaño y peso de la consola en modo portátil es ideal, muy natural para jugar y fácil de transportar. El pro controller, por su parte, es seguramente el mando más cómodo que he sostenido nunca. Tiene un acabado muy agradable al tacto y es tremendamente ergonómico.
Quizá el modo de control que menos me gusta es el de los Joy-Con unidos en el Joy-Con grip, pero, afortunadamente, se pueden usar de manera independiente, unidos a la consola o simplemente sustituirlos por el pro controller.
Nintendo clásica y Nintendo nueva, lo mejor de dos mundos
Nintendo sigue, de muchas maneras, fiel a sus mejores características de siempre: explorar nuevas posibilidades y nuevos elementos de control, los cuales tradicionalmente se han convertido muchas veces en estándar; por ejemplo, la vibración o el joystick analógico, introducidos ambos con Nintendo 64, son ahora elementos imprescindibles en cualquier sistema, de la misma manera que los gatillos, introducidos con Super Nintendo, o el targeting the enemigos, presentado en Ocarina of Time.
También sigue fiel en algo muy importante: sus juegos y la calidad de los mismos. En una época en la que tenemos juegos que se lanzan sin terminar, innumerables parches para solventar bugs y corregir contenido, etc., Nintendo sigue sacando sus juegos con una calidad impecable desde el primer día. Jamás he tenido que esperar semanas o meses para jugar a un juego de Nintendo porque se quedaba colgado o los bugs impedían disfrutar de la experiencia, cosas que son terriblemente habituales últimamente, incluso en juegos de la talla de Skyrim o Assassins Creed.
Y, aun así, a la vez que mantiene todo eso, éste puede ser un gran paso hacia una nueva Nintendo en muchos aspectos en los que fallaba y sobre los cuales mucha gente ha estado insistiendo durante años. Sin ir más lejos, el online o la conectividad. Nintendo está apostando por tecnología avanzada y extendida. Podrían haber utilizado una pantalla resistiva, más barata, pero han ido a por una pantalla multitáctil capacitiva de magnífica calidad visual. Podrían haber diseñado unos Joy-Con simplones, pero los han cargado de funciones y posibilidades. Podrían haber intentado colarnos cables propietarios o tarjetas de memoria propias, pero han optado por el estándar del futuro inmediato, el USB-C y las tarjetas SD de hasta 2 TB.
Online
Al fin parece que Nintendo apuesta por un online estable y actual. Todavía no lo hemos visto, así que habrá que comprobar si lo consigue, pero es un gran paso que, tras tantos años de estar por detrás en este sentido, hayan prestado atención a las críticas y se hayan puesto las pilas. Que sea de pago es la norma, y no es ningún problema siempre que el precio sea razonable y el servicio de calidad.
Además, desde el vídeo del primer vistazo a la consola, se puede ver cómo Nintendo está apostando por un sistema de futuro, con especial atención a los e-sports y la conectividad multijugador, eliminando por el camino los códigos de amigo y facilitando el jugar en cualquier parte con cualquiera. Además, la consola es region free.
Otro punto fascinante, que llega tarde pero llega, es el de que, al fin, las compras virtuales estarán asociadas a nuestra cuenta de Nintendo, y no a la consola en particular. Ahora sí podremos comprar juegos clásicos, una vez, y tenerlos para siempre.
Tecnología
Es impresionante tener entre las manos un sistema tan compacto, delgado y ligero que sea capaz de mover juegos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild. El cambio de la pantalla a la consola y viceversa es instantáneo y no podría ser más sencillo. Es práctico. No necesitas hacer nada más que coger o dejar la consola; sin cables, sin sincronizaciones, sin nada engorroso para lo que mucha gente no tiene tiempo o paciencia hoy en día. Me pareció curioso que durante la presentación, a la hora de cambiar al modo portátil, algunas personas me miraban como esperando a que les enseñara a hacerlo, por si había que pulsar algún botón o desconectar algún cable; no hay que hacer nada, simplemente deja el mando y coge la consola. Ya está. Lo más natural y sencillo del mundo.
Otro gran acierto ha sido el de utilizar estándars, como decía antes. Con el USB-C, la consola mira al futuro y ofrece la posibilidad de cargarla en casi cualquier parte (aeropuertos, trenes, cafeterías, baterías portátiles…). Lo mismo con las tarjetas SD de 2 TB, que hacen que su escaso almacenamiento interno no sea un problema. El hecho de que sea capaz de mover Unreal Engine 4, en su versión completa, no en la portátil, es otro avance inmenso para Nintendo, que facilita el apoyo de las third parties y los juegos multiplataforma, y apoya la filosofía y el mensaje de “Puedes jugar a los mejores juegos en cualquier parte y en cualquier momento”.
Precio
Por la tecnología que incluye y la cantidad de investigación y desarrollo implicada, creo que Nintendo ha conseguido ajustar mucho el precio. ¿Preferiríais pagar 50 € menos y tener una consola más orientada al pasado que al futuro? Yo, desde luego, no. Nintendo ha escuchado, se ha puesto al día y aun así ha conseguido mantener un precio decente.
The Legend of Zelda: Breath of the Wild
Tras haber jugado a este juego y haber acompañado a muchas personas jugándolo durante decenas de horas, sólo puedo expresar mi fascinación con este juego. El sentimiento de aventura y maravilla es abrumador. Un mundo verdaderamente abierto, donde todo es accesible, sin muros invisibles, y la interacción entre los elementos, vivos e inertes, es impresionante. Se puede ir a cualquier parte, todos los muros, árboles, rocas se pueden escalar, los enemigos interactúan con los animales aunque el jugador no esté presente, el sigilo y la inteligencia artificial aportan una inmersión genial y las sorpresas ocultas añaden emoción y mantienen el afán por explorar.
La interacción con los elementos también es impresionante. Desde talar un árbol y utilizar el tronco para cruzar al otro lado o avanzar sobre una masa de agua, hasta prenderle fuego a una rama que te has encontrado, sujetarla bajo una manzana colgando de un árbol y ver cómo se asa y obtienes una manzana asada, que te cura más vida que la normal.
Quiero resultar, además de la fluidez del juego, tanto en la pantalla como en modo portátil, y de los gráficos y el precioso estilo artístico, un detalle que me llamó la atención. Cuando uno está en combate cuerpo a cuerpo, utilizando el targetting, y el plano se cierra mucho, se ha implementado un desenfoque del fondo y los elementos en segundo plano, similar al de las cámaras profesionales cuando uno hace zoom, que produce un efecto cinemático en tiempo real alucinante.
Conclusión
Como exponía al principio, Nintendo Switch tiene un mensaje claro: el de que hay sitio, en el mercado y en nuestras vidas, para dispositivos dedicados únicamente a jugar y que no tienes por qué dejar tu biblioteca de grandes juegos en casa y conformarte con juegos menores cuando estás fuera, que puedes llevártela a cualquier parte y seguir disfrutando de una experiencia AAA, de los mejores juegos, sin importar dónde estés. La idea, el planteamiento y la ejecución con magníficos, y el éxito que tenga alterará el futuro de los videojuegos, abriendo la puerta –de casa, literalmente- a poder jugar a los grandes juegos en cualquier lugar o cerrándola para que más y más minijuegos de “paga para seguir adelante” campen a sus anchas en mentes que podrían, en vez de eso, estar vibrando con aventuras únicas. Que Nintendo Switch sea un éxito sería un de las mejores cosas que le podrían pasar al mundo de los videojuegos ahora mismo, sobre todo desde el punto de vista de los jugadores más dedicados.
Ya tengo mi Nintendo Switch reservada, con The Legend of Zelda: Breath of the Wild y el pro controller. Creo que nunca en mi vida he esperado un juego con tantas ganas y expectación. Quiero sentarme tranquilamente y disfrutar explorando Hyrule y viviendo una aventura como las que he soñado desde mi infancia. Explorar y descubrir un mundo abierto de heroicidad en el que las ramas del suelo también pueden ser armas y subir a aquella colina en la que hay oculto un tesoro. Ver cómo se vuelve real y sentir cómo el poder de la imaginación nos ha llevado a combinar nuestros sueños y emociones en una fantasía artística y tecnológica nacida de nuestros anhelos más profundos.
