Nioh fue uno de esos títulos que siguieron la larga sombra de Dark Souls en lo que se refiere a jugabilidad y mecánicas, y aunque han sido muchos los que han intentado imitar a la creación de Miyazaki, Nioh fue sin duda uno de los títulos que mejor lo hizo, tomando la base de los Souls pero añadiendo su propio espíritu, con mecánicas de su cosecha y una ambientación del japón feudal (que posteriormente veríamos en Sekiro). Ahora recibimos Nioh 2, que recoge todo lo visto en la primera y lo mejora sustancialmente, con nuevos contenidos y mecánicas, asentándose en el género como un imprescindible.
Un Japón feudal lleno de magia
La trama nos lleva esta vez 45 años antes de lo ocurrido en la primera entrega, durante la era Sengoku, y en lugar de controlar a un personaje predefinido como era William, esta vez podremos hacer uso de un profundísimo editor para crear nuestro héroe o heroína de turno. Hay que destacar que nos ha sorprendido bastante las capacidades de personalización de este editor, permitiendo elegir cada pequeño aspecto de nuestro protagonista, con un sinfín de variables que poder manejar. En esta nueva entrega, nuestro héroe cuenta con capacidades especiales al ser medio yokai, es decir, mitad humano mitad espíritu, por lo que podremos no solo convertirnos en poderosos yokais, si no también adquirir habilidades de los enemigos al vencerlos, algo que nos ha recordado a la saga Castlevania.
Como decíamos, la trama se basa en la era Sengoku japonesa, allá por 1555, y centrándose sobre todo en la famosa figura del daimyo Oda Nobunaga, mostrando muchos de los eventos más conocidos de aquella época, pero aderezados con toques de fantasía como son los yokai. Obviamente, la mayoría de los jugadores occidentales no sabrán apreciar estos momentos importantes ya que toda la época feudal japonesa no es que sea muy conocida en nuestras tierras, pero eso no evita que sea medianamente interesante gracias a sus resultonas cinemáticas. Sea como sea, la trama nos sirve como conducto para ir haciendo misiones principales y secundarias, y en definitiva, ponernos objetivos, que es lo que interesa.
Un sistema de combate heredado del original
Para los que no disfrutaron la primera parte, comentar que estamos ante un juego de estilo Souls, pero algo más rápido. Cuenta con diferentes tipos de armas (Katana, Kusarigama, Katanas dobles, Lanza, Odachi, y las nuevas incorporaciones, Hachuelas, Tonfa y Guja Alterada) cada una totalmente distinta a la otra y con diferentes posibilidades. A ello se le suma el uso de tres posturas para cada arma (alta, media y baja) que cambiarán la forma en la que nos movemos, el daño que hacemos y el Ki (estamina) que consumimos con cada ataque. Además, cada arma cuenta con un enorme árbol de habilidades que podremos ir desbloqueando conforme consigamos experiencia usando dicha arma, por lo que el combate de Nioh 2 es sin duda muy profundo y personalizable, permitiendo que cada jugador lo configure a su gusto.
Además, como novedad en esta entrega, nos convertimos en yokai, lo que significa que podremos transformarnos en tres tipos de bestias divinas distintas: Bárbaro, Fiera o Fantasma. Esto nos permitirá, por su puesto,realizar mucho más daño, ser más ágiles, y desbloquear nuevos ataques súper poderosos temporalmente, perfecto para desatar el caos contra los enemigos más duros. El Ki vuelve a ser tremendamente importante, ya que si lo consumimos por completo, nuestro protagonista quedará fatigado durante unos segundos, dejándonos totalmente vendidos en pleno combate. Si pulsamos el botón de cambio de postura en el momento preciso, podremos recuperar algo de Ki en mitad de los ataques, permitiendo así que sigamos atacando sin fatigarnos, o podamos esquivar. Por otro lado, los enemigos también cuentan con su propia barra de Ki, de modo que podemos “jugar” con ellos para que la consuman y aprovechar para asestarles un buen golpe. Esto será vital en las luchas más duras, así que más nos vale aprender rápido esta mecánica si no queremos morir una y otra vez.
El combate se siente ágil, pero al mismo tiempo, exigente. Tendremos que andar con cuidado en todo momento, ya que un par de malos golpes o que se nos junten unos cuantos enemigos pueden suponer la muerte instantánea. Nioh 2 es duro, sobretodo si no hemos jugado nunca a la saga. En mi caso, pese a ser bastante fan de los Souls me costó pillarle el truco, muriendo más de una decena de veces contra el primer jefe del juego. Pero como siempre me gusta aconsejar, no hay que fijarse en las veces que hemos sido derrotados, si no en lo cerca que estamos de salir victoriosos y lo que hemos aprendido en el proceso. ¡Mente positiva si no queremos tirar el mando por la ventana!
Mitad humano, Mitad Yokai
La forma yokai añade también una nueva mecánica, que viene siendo un parry o contragolpe que nos permite bloquear los ataques poderosos de los enemigos (marcados con una estera roja) con la que, si lo realizamos a tiempo, dejaremos agotado al enemigo de turno, lo cual se convertirá en un momento perfecto para atacar sin piedad. Lo más curioso de esto es que dependiendo de qué yokai tengamos equipado, el contraataque será distinto: El Bárbaro realizará un ataque, Fiera se lanza hacia delante, mientras que el Fantasma es el más tradicional, manteniendo la posición. Esto nos permite elegir que tipo de yokai se adapta mejor a nuestros gustos.
El otro añadido referente a la forma yokai que ya adelantamos es la capacidad de nuestro protagonista de adquirir ataques de ciertos enemigos yokai, las Destrezas Yokai, que conseguiremos de forma aleatoria al vencer enemigos poderosos en forma de núcleos. Estos núcleos podremos equiparlos a nuestro protagonista, con un máximo de dos ataques distintos, los cuales suelen ser bastante poderosos. Eso sí, consumen parte de la barra de magia, por lo que tendremos que saber usarlos sabiamente.
El juego cuenta con cierto componente de looteo, ya que al vencer enemigos conseguiremos equipamiento al estilo Diablo, es decir, divididos en categorías como común, raro, epico, etc., que nos darán diferentes atributos. Para subir de nivel lo haremos de forma idéntica a los Souls, consiguiendo experiencia al derrotar enemigos para luego invertirla en mejorar punto por punto los atributos que nos interesen.
Los escenarios son esta vez más amplios y con más caminos y recovecos, lo que invita a la exploración enormemente. Suelen contar con varias alturas, como tejados donde nos esperarán arqueros deseosos de incordiar. Aunque esta característica no llega a la profundidad que consigue Sekiro, no evita que sea un factor a tener muy en cuenta mientras exploramos, haciendo más que recomendable que investiguemos las zonas altas para acabar con los enemigos eficientemente. En ocasiones entraremos en zonas corruptas, denominadas “Reino de los Otros” representadas en blanco y negro, donde nuestro Ki se recupera más lento, lo cual nos dejará agotados con pocos movimientos. Para purificar la zona tendremos que buscar y acabar con los yokais que generan tal corrupción, mientras tenemos el impedimento de recuperar la resistencia a una velocidad normal.
Los enemigos que encontraremos en Nioh 2 podemos dividirlos en dos tipos, humanos y yokai: Mientras que los yokai suelen ser más duros que los humanos, al avanzar la aventura nos toparemos con humanos que se convierten en yokai al igual que el protagonista, haciendo mucho más complicado vencerlos. Por su puesto, al final de cada fase nos enfrentaremos a poderosos jefes cuyos patrones y ataques serán difíciles de adivinar, y que nos llevarán a la zona corrupta más de una vez durante el enfrentamiento para ponerlo más difícil. Por suerte, podremos invocar a NPCs de jugadores, que encontraremos repartidos por las fases, para que nos ayuden. Por otro lado, también podremos invocar a NPCs enemigos, los cuales a parte de ponernos la vida un poquito más difícil, nos obsequiaran con jugosos premios al vencerlos. Si queremos descanasar de la historia principal, y de paso conseguir algo de equipamineto extra (o subir algunos niveles si no paran de darnos hasta en el carnet de identidad) las misiones secundarias son la mejor opción. Éstas nos invitarán a resolver diferentes objetivos, muchas veces volviendo a zonas que ya hemos visitado anteriormente.
Por otro lado, el multijugador se mantiene idéntico a la primera entrega: Nos permite, por un lado realizar misiones cooperativas junto con otros jugadores en las que las vidas son limitadas. Por otro lado, tenemos la posibilidad de invocar jugadores en el modo principal para que nos ayuden, perfecto para cuando no podemos superar un jefe. Eso sí, la vida de los enemigos aumenta, así que invocar jugadores no significa que el juego se vaya a convertir en un paseo.
La duración total ronda unas 50 horas, pero si tras completar el juego y conseguir todos sus secretos, Kodamas, y hacernos un montón de builds distintas queremos más desafíos, no hay problema, porque al completar la aventura desbloquearemos “El sueño del fuerte” cuyas misiones son solo aptas para los más experimentados.
Gráficos al gusto del consumidor
Sí podemos afirmar que se nota una mejora en todos los componentes jugables, en el apartado gráfico también podemos ver esa mejora, con un apartado artístico de mayor calidad que nos deja escenarios, diseños de personajes y equipamiento excelentes, mostrándonos una mágica japón feudal. El juego nos permite tres tipos de configuración gráficas: Una pensada en la fluidez, con una tasa de frames de 60 FPS sacrificando resolución, otra inclinada hacia una resolución alta pero a 30 FPS, y una a medio caballo entre estas dos últimas con framerate variable.
Recibimos Nioh 2 con voces en japonés y textos en castellano, lo cual es de agradecer ya que unas voces en inglés o castellano no se fundirían tan bien como lo hacen las voces japonesas con una temática de sumarais. Respecto a la música, contamos con una gran banda sonora de corte oriental que convertirá nuestros enfrentamientos en épicos combates.
Conclusiones:
La saga Nioh se convierte con esta segunda entrega en una de las mejores dentro de su género, mirando de tú a tú a los Souls con Nioh 2. Tomando la buena base de su primera entrega añade pequeñas mejoras por aquí y allá, escenarios más amplios y un buen componente multijugador que lo llevan a lo más alto. Como punto negativo hay que admitir que toma demasiados elementos de su primera parte, como enemigos, escenarios e incluso jefes, de modo que si habéis jugado a su primera entrega os resultará casi como una gran expansión. Aún teniendo esto en mente, no mancilla la enorme calidad que desprende y lo divertido que puede resultar. En definitiva, un título que ningún fan de los Soulslike debe perderse.