Arqueólogos de Lund University en Suecia han encontrado granos germinados carbonizados que sugieren que la malta se producía para la elaboración de cerveza ya en la temprana Edad del Hierro en las regiones nórdicas. Recordemos que la Edad del Hierro en el norte de Europa se mantuvo hasta la Alta Edad Media. Los hallazgos hechos en Uppåkra, en el sur de Suecia, indican una producción a gran escala de cerveza, posiblemente para festejar y comerciar.
«Encontramos malta carbonizada [la forma en que habitualmente se preserva el material vegetal] en un área de hornos de baja temperatura, localizados en una zona separada del asentamiento. Los hallazgos son de los años 400 a 600 de nuestra era, lo que los convierte en una de las primeras evidencias de consumo de cerveza en Suecia”, asegura Mikael Larsson, investigador especializado en arqueobotánica, la arqueología de las interacciones entre plantas y humanos.
Los arqueólogos saben desde hace mucho tiempo que la cerveza fue un importante producto en las sociedades antiguas, en muchos lugares del mundo. Se han encontrado evidencias en documentos legales e imágenes de que, por ejemplo, la cerveza ya era producida en Mesopotamia al menos 4.000 años antes de nuestra era. Sin embargo, como no hay fuentes escritas en la región nórdica antes de la Edad Media (más concretamente del año 1.200 de nuestra era), el conocimiento en estos lugares sobre la producción de cerveza depende de las evidencias botánicas.
«Encontramos de forma habitual granos de cereal en yacimientos arqueológicos, pero muy raramente en contextos que testimonien detalles de su procesamiento. Estos granos germinados encontrados en un horno de baja temperatura indican que fueron utilizados para producir malta para la elaboración de cerveza”, asegura Mikael Larsson.
La cerveza se elabora en dos partes. Primero está el proceso de malteado, seguido de la elaboración real de cerveza. El proceso de malteado comienza humedeciendo el grano con agua, para facilitar su germinación. Durante este proceso, las enzimas comienzan a convertir las proteínas y los almidones del grano en azúcares fermentables. Una vez que se forma suficiente azúcar, el grano germinado se seca en un horno con aire caliente, lo que detiene la germinación. Esto es lo que sucedió en el horno en Uppåkra.
«El horno investigado y el grano carbonizado estaban situados en un área del asentamiento con muchos hornos similares, pero sin un cuarto vivo, lo que indica que probablemente era un lugar de producción a gran escala, y para ello acondicionaron un lugar específico del asentamiento, probablemente para festejar o comerciar”, añade Larsson.
Los primeros rastros de la conexión de la malta con la elaboración de cerveza habían sido descubiertos sólo en otros dos lugares de la región nórdica. Una en Dinamarca, datado hacia el 100 de nuestra era, y otro en Eketorp (Öland), datado hacia el año 500.
«En otros yacimientos arqueológicos de la región nórdica se encontraron trazas de mirto, lo que indica elaboración de cerveza. En aquel entonces, el mirto (o arrayán) se utilizaba para conservar y dar sabor a la cerveza. No fue hasta la Edad Media que el lúpulo lo sustituyó”, concluye Mikael Larsson.
Uppåkra está entre los asentamientos más grandes de la Edad de Hierro en el sur de Escandinavia y sirvió como centro de poder político y religioso densamente poblado durante más de 1.000 años, desde los años 100 antes de nuestra era hasta los 1000 de nuestra era. Los numerosos hallazgos en forma de artículos de lujo importados, como joyas y cuencos de cristal, y de una producción refinada de artesanías, indican que el asentamiento era rico y un centro comercial importante.
Fuente: Lund University.