Investigadores japoneses han revelado un mecanismo previamente desconocido para el control del dolor, que involucra a un grupo recientemente identificado de células en la médula espinal, ofreciendo un objetivo potencial para mejorar el efecto terapéutico de los medicamentos para el dolor crónico: los astrocitos de la médula espinal.
Si bien las neuronas pueden ser las células más conocidas del sistema nervioso central, una variedad de células no neuronales descubiertas por primera vez a mediados del siglo XIX también desempeñan una amplia variedad de funciones importantes. Originalmente nombradas por la palabra griega para “pegamento”, ahora se sabe que estas células gliales son mucho más que eso y, de hecho, son elementos críticos para regular el desarrollo y la función neuronal en el sistema nervioso central.
Entre los diferentes tipos de células gliales, los astrocitos son los más abundantes en el sistema nervioso central, pero, a diferencia de las neuronas en diferentes regiones del cerebro, los investigadores aún tienen que desarrollar una comprensión detallada de las agrupaciones de astrocitos con distintas propiedades.
La estimulación de las neuronas noradrenérgicas activa los astrocitos y desencadena hipersensibilidad al dolor
Ahora, los investigadores dirigidos por Makoto Tsuda, profesor de la Escuela de Graduados de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Kyushu, han descubierto una población única de astrocitos de la médula espinal con un papel en la producción de hipersensibilidad al dolor. Se encuentran en las dos capas externas de materia gris cerca de la parte posterior de la médula espinal, una ubicación conocida como las láminas superficiales del asta dorsal espinal. Los astrocitos se encuentran en una región conocida por transportar información sensorial general, como presión, dolor y calor de todo el cuerpo al cerebro.
Usando ratones, los investigadores demostraron que la estimulación de las neuronas noradrenérgicas (NAérgicas), llamadas así por su uso de noradrenalina como neurotransmisor, que transportan señales desde el locus coeruleus (LC) en el cerebro hasta el asta dorsal espinal, activa los astrocitos y que la activación de astrocitos da como resultado hipersensibilidad al dolor. Estas observaciones anulan la opinión predominante de que las neuronas LC-NAérgicas descendentes suprimen la transmisión del dolor en el asta dorsal espinal.
«El descubrimiento de esta nueva población de astrocitos revela un nuevo papel de las neuronas LC-NAérgicas descendentes para facilitar la transmisión del dolor espinal«, explica Tsuda.
Teniendo en cuenta estos hallazgos, la supresión de la señalización de estos astrocitos por la noradrenalina puede mejorar el efecto de los fármacos para el dolor crónico. Para probar esto inicialmente, los investigadores modificaron genéticamente ratones en los que la respuesta de los astrocitos a la noradrenalina se inhibía selectivamente y les administraron duloxetina, un fármaco analgésico que se cree que aumenta los niveles de noradrenalina en la médula espinal al prevenir la captación por parte de las neuronas LC-NAérgicas descendentes.
De hecho, los ratones modificados mostraron un alivio mejorado del dolor crónico por la duloxetina, lo que respalda aún más el papel propuesto por los investigadores de los astrocitos. «Aunque todavía necesitamos más estudios con diferentes fármacos, esta población de astrocitos parece ser un objetivo muy prometedor para mejorar el potencial terapéutico de los fármacos para el dolor crónico«, concluye Tsuda.
Fuente: Nature Neuroscience.