Un equipo de investigadores de Regenerative Bioscience Center, de University of Georgia, y de ArunA Biomedical, una empresa startup de la universidad, han desarrollado un nuevo tratamiento contra los accidentes cardiovasculares que reduce el daño cerebral y acelera el proceso natural de curación en modelos animales. Los resultados han sido publicados en la revista Translational Stroke Research.
La investigación, liderada por el profesor de la UGA Steven Stice y por Nasrul Hoda, de Augusta University, tuvo como resultado la creación de un tratamiento llamado AB126, que utiliza vesículas extracelulares (EV, en inglés), estructuras rellenas de fluido conocidos como exosomas, que son generadas a partir de células madre neurales humanas.
Capaces de ocultarse dentro del torrente sanguíneo, este tipo de terapia regenerativa parece ser la mejor promesa para superar las limitaciones de muchas terapias basadas en células, por la habilidad de los exosomas para llevar y liberar múltiples dosis, así como para almacenar y administrar el tratamiento. De pequeño tamaño, su forma tubular permite traspasar barreras que las células no pueden superar.
«Esta es realmente una evidencia emocionante, porque los exosomas tienen una característica de ocultación básica, invisible incluso para las defensas del propio cuerpo”, afirma Stice. «Cuando se unen a productos terapéuticos, pueden cambiar la progresión celular y mejorar la función de recuperación”.
Tras la administración de AB126, los investigadores utilizaron escaners de resonancia magnética para medir las tasas de atrofia cerebral en modelos preclínicos de apoplejía según edad. La prueba mostró una disminución del 35% en el tamaño del daño, y un 50% menos de pérdida de tejido cerebral. Ésto no había sido observado antes en anteriores estudios con exosomas.
Al margen de los roedores, estos resultados fueron replicados por el profesor asociado Franklin West, utilizando un modelo de derrame cerebral porcino, el único de este tipo de los EEUU.
Basándose en estos resultados preclínicos, ArunA Biomedical planea comenzar los estudios con humanos en 2019, según asegura Stice, también oficial científico jefe de la empresa participada por la universidad.
«Sólo días después del accidente cerebrovascular” -confirma Stice- “vimos una mejor movilidad, un equilibrio mejorado y beneficios mensurables en el comportamiento de los modelos animales”.
En la fotografía superior, los exosomas, que se muestran como pequeños grupos punteados rojos, son absorbidos por las neuronas, que aparecen como extensiones de células verdes que rodean núcleos azules.
Fuente: University of Georgia.