Datos de la nave Cassini han revelado lo que parecen ser gigantescas tormentas de polvo en las regiones ecuatoriales de Titán, luna de Saturno. El descubrimiento, descrito en un artículo publicado ayer en Nature Geoscience, hace de esta luna el tercer lugar del sistema solar donde este tipo de tormentas han sido observadas.
Estas observaciones están ayudando a los científicos a comprender mejor el fascinante y dinámico medioambiente de la mayor luna de Saturno. «Titán es una luna muy activa”, comenta Sebastien Rodriguez, astrónomo en Université Paris Diderot, Francia, y primer autor del estudio. «Ya sabíamos sobre su geología y ciclo exótico de hidrocarburos. Ahora podemos añadir otra analogía con la Tierra y Marte: el ciclo activo de polvo, en el que el polvo orgánico puede elevarse desde grandes campos de dunas alrededor del ecuador de Titán”.
Titán es un mundo intrigante, en algunas cosas similar a la Tierra. De hecho, es la única luna del sistema solar con una atmósfera sustancial y el único cuerpo celeste -aparte de nuestro planeta- en el que se sabe que aún existen cuerpos estables de líquido de superficie.
Hay una gran diferencia, sin embargo: en la Tierra esos ríos, lagos y mares están llenos de gua, mientras que en Titán se trata sobre todo de metano y etano que fluye a través de esos depósitos de líquidos. En este ciclo único, las moléculas de hidrocarburos se evaporan, se condensan en nubes y lluvia que vuelve a la superficie de la luna.
El tiempo atmosférico en Titán varía de una estación a otra, justo como en la Tierra. En particular, alrededor del equinoccio, el momento en que el Sol cruza el ecuador de Titán, se pueden formar nubes masivas en las regiones tropicales y provocar poderosas tormentas de metano. Cassini observó tales tormentas durante varios de sus sobrevuelos.
Cuando Rodríguez y su equipo detectaron por primera vez tres brillos ecuatoriales inusuales en imágenes infrarrojas tomadas por Cassini alrededor del equinoccio norte de la luna en 2009, pensaron que podría tratarse de la misma clase de nubes de metano. Sin embargo, una investigación reveló que se trataba de algo totalmente diferente.
«Por lo que sabemos sobre la formación de nubes en Titán, podemos decir que tales nubes de metano en esta área y en esta época del año no son físicamente posibles«, comenta Rodríguez. «Las nubes de metano convectivas que pueden desarrollarse en esta área y durante este período de tiempo contendrían enormes gotas y deben estar a gran altura, mucho más altas que los 10 kilómetros, altura en la que el modelo nos dice que están ubicadas estas formaciones«.
Los investigadores también pudieron descartar que otras formaciones estuvieran actualmente en la suerficie de Titán en forma de metano congelado proveniente de lluvias o lava congelada. Tendrían otra firma química, y permanecerían visibles durante mucho más tiempo que los brillos registrados en este estudio, que sólo pudieron verse entre 11 horas y cinco semanas.
Además, el modelado mostró que estas características deben ser atmosféricas pero aún permanecer cerca de la superficie -más probablemente formando una capa muy final de pequeñas partículas orgánicas sólidas-. Desde que fueron localizadas, la única explicación posible es que se tratara de nubes de polvo provenientes de las dunas.
El polvo orgánico se forma cuando las moléculas orgánicas, creadas por la interacción de la luz solar con el metano, crecen lo suficiente como para precipitarse a la superficie. Rodríguez comenta que si bien esta esta es la primera observación de una tormenta de polvo en Titán, el hallazgo no es sorprendente.
«Creemos que la sonda Huygens, que aterrizó en la superficie de Titán en enero de 2005, levantó una pequeña cantidad de polvo orgánico a su llegada debido a su potente estela aerodinámica«, afirma Rodriguez. «Pero lo que vemos aquí con Cassini tiene una escala mucho mayor. Las velocidades de viento cercanas a la superficie requeridas para elevar tal cantidad de polvo como vemos en estas tormentas tendrían que ser muy fuertes, aproximadamente cinco veces más intenso que la velocidad media del viento estimada por las mediciones de Huygens cerca de la superficie y con modelos climáticos«.
La existencia de vientos tan fuertes que generan tormentas de polvo masivas implica que la arena subyacente también puede ponerse en movimiento y que las dunas gigantes que cubren las regiones ecuatoriales de Titán siguen activas y cambian continuamente. Los vientos podrían transportar el polvo levantado desde las dunas a través de grandes distancias, contribuyendo al ciclo global del polvo orgánico en Titán y causando efectos similares a los que se pueden observar en la Tierra y Marte.
Fuente: Nature Geoscience.