De entre los seis Vengadores originales, ¿cuál pensáis que es el más popular? ¿Es Iron Man, quien inició el Universo Cinematográfico de Marvel? ¿O es el Capitán América, con su icónico escudo? Hulk solía ser el más famoso, ¿y quién no conoce a Thor? Incluso la Viuda Negra, tantas veces relegada, es fácilmente reconocible. Pelo rojo, nombre con gancho… y la única mujer del equipo en 2012. Destaca, para bien o para mal.
Pero ya os digo yo quién no es el más popular: Ojo de Halcón. Clint Barton. Ese que se pasó más de la mitad de la primera película grupal controlado por Loki, sin posibilidad de mostrar su personalidad y que, cuando pudo hacerlo en la secuela, casi nos hizo desear que volvieran a hipnotizarlo. Las películas de acción están llenas de personajes así: el clásico tipo duro, serio, plano como una tabla. Ponlo en una de superhéroes y se perderá entre la multitud, porque, para colmo, no tiene ningún superpoder vistoso. Bueno, tiene arco y flechas, pero eso solo sirve para poder hacer chistes a costa de lo inútil que es, ¿verdad Joss Whedon? Y nada hace más especial a un héroe de acción que darle mujer e hijos, claro. Un elemento rompedor, lo nunca visto.
¡Qué desperdicio! ¡Qué poca imaginación! Había perdido toda esperanza de que pudiera interesarme lo más mínimo… hasta que los primeros detalles de su serie salieron a la luz.
Hasta ahora Ojo de Halcón había sido demasiado… discreto, pero su serie, imbuida de espíritu festivo y el lado más cotidiano y terrenal de Marvel, va camino de cambiarlo o, al menos, de hacernos pasar un rato divertido.
En “Ojo de Halcón” nos reencontramos con Clint en Nueva York y conocemos a su fan número 1, con quien no tendrá más remedio que formar equipo: la arquera de 22 años Kate Bishop (Hailee Steinfeld), para descubrir que ¡sorpresa! el arco y las flechas pueden ser mucho más que un chiste. Solo hace falta el contexto adecuado.
Matt Fraction dio con la tecla en 2012, con la publicación de una serie que redefinió a su protagonista y en la que se inspira la propuesta de Disney+, no solo en cuanto a argumento y personajes. La deuda visual con el trabajo del dibujante David Aja es tan clara como pocas veces he visto en la adaptación de un comic. Su estilo está por todas partes, desde el logo, el material promocional y los tonos morados, al apartamento de Kate, pasando por los créditos iniciales. La estética única y marcada de Aja aporta identidad y definición al personaje más necesitado de ella de todo el UCM.
Otro elemento que ayuda a que “Ojo de Halcón” destaque es la ambientación navideña, que forma parte de la misma trama. La misión de Barton es simple: volver a casa con su familia a tiempo para las fiestas, pero la aparición de cierta ninja enmascarada le complicará las cosas…
Ronin ha vuelto, aunque no sea Clint quien lleve el traje, y con el alter-ego vuelven también antiguos enemigos ganados a pulso durante los cinco años que transcurrieron entre el chasquido de Thanos y la victoria final en “Vengadores: Endgame” (2019). Así conocemos a nuestros primeros antagonistas: aquí no hay brujas, ni dioses nórdicos. No hay amenazas multiversales o conspiraciones a escala global. No hacen falta. Aquí tenemos… a la Mafia del Chándal. Les adoro. Ironía 0. Son entrañablemente patéticos, amenaza y alivio cómico al mismo tiempo. 10/10, bro.
Encajan perfectamente con el tono desenfadado de la serie, lejos de las hazañas cósmicas a vida o muerte. La escala es similar a la de series como “Daredevil” y “Jessica Jones”, centrándose en el submundo criminal de Nueva York y en aventuras a pie de calle, que pueden ser tan entretenidas como las estelares y, de hecho, lo son. Además, mientras que las series de Netflix tenían la desventaja de no poder interactuar de verdad con el universo del que supuestamente formaban parte, “Ojo de Halcón” es todo lo contrario. Clint incluso lleva a sus hijos a ver “Rogers: El Musical”, porque sí, eso existe.
Todo ello da a Jeremy Renner la oportunidad de mostrar por primera vez un lado diferente del personaje que lleva interpretando desde 2011. ¿Puede Clint Barton ser interesante? ¿Algo más que un estoico y sacrificado padre de familia? Veremos. De momento, el rol de mentor proporciona una buena oportunidad para ello. Su dinámica con Kate es uno de los puntos más interesantes de la serie, puesto que la joven arquera proporciona el contrapunto ideal. Ambos tienen mucho que aprender del otro. Él tiene la experiencia; ella, ilusión y frescura.
No es de extrañar que las primeras escenas del primer capítulo sean para el personaje de Hailee Steinfeld. La serie busca que nos encariñemos con ella… y lo consigue. Kate Bishop cae bien de inmediato, con su actitud resuelta, su encanto natural en el que el cinismo aún no ha hecho mella. Es hábil, lista, con recursos, llena de energía y buenas intenciones. Una niña rica con un lado rebelde, que tiene poco que ver con lo que podríamos esperar de esa descripción. Gran acierto con el casting, una vez más.
Hasta ahora Ojo de Halcón había sido un superhéroe demasiado… discreto, que diría Kate. Y efectivamente, eso no vende. Pero su serie, imbuida de espíritu festivo y el lado más cotidiano y terrenal del Universo Marvel, va camino de cambiarlo o, al menos, de hacernos pasar un rato divertido.
Pecados del pasado que siempre vuelven, un asesinato por resolver, una banda con intenciones no muy claras, un padrastro que no es trigo limpio… y un perro precioso al que le encanta la pizza. ¿Qué puedo decir? Conmigo han dado en la diana.