Dilatando Mentes Editorial nos propone Oscura deriva, de Carlos J. Sánchez (Juan Carlos Sánchez Martínez). Una dark space opera de entretenimiento del personal para consumir, a ser posible, en un rincón oscuro y tranquilo.
El Prólo…, mejor dicho, el interrogatorio al autor (ya que replica algo que veremos en el interior) ha corrido a cargo de Antonio Torrubia. Las correcciones las firma Natalia Q. García, la portada es obra de Raúl Ruíz y el postfacio de Juan Antonio Oliva Ostos.
Carlos J Sánchez nació azul y casi muerto
Cuando una bio empieza así, lo que viene a continuación no te extraña. No fue al nacer cuando decidió Juan Carlos que quería escribir terror, sino que tardó unos cuantos años en darse cuenta. Empaparse desde una edad temprana en todo tipo de narrativa y formato le impidió centrarse en la novela hasta la universidad. Estudió antropología social y cultural, y sus preguntas sobre la humanidad se acabaron convirtiendo en historias de odio y de muerte, de monstruos con rostro de hombre y de ideas con garras y dientes. Ojo a este dato, es vital para entender hacia donde apunta la brújula de este navegante de las letras.
Elegid: La nave sin nombre o la Devoraestrellas
La tripulación de la primera nave surca el espacio para dar caza al pirata Roger Black. Les mueve el afán de venganza; la pérdida de un ser querido o cercano alimenta su rabia y les da alas para pagar el precio de lanzarse a la oscura deriva del espacio. Esta tripulación, humana y androide, es liderada por Thomas Shrike. Y esto es lo que hay. Argumento sencillo, ¿verdad? Pues, que prenda la pólvora, fantasys.
Cuando visitéis la estación Icaro sabréis con mayor detalle qué es esta oscura deriva, pero os la resumo en dos palabras: atajo sideral. Vamos, como colarte en la materia oscura o el caos de W40K para plantarte en otro punto del espacio en el menor tiempo posible. Pero, visitar esa frontera desconocida con tintes de inframundo provoca navegar en la más absoluta oscuridad en medio de la nada. Cuando digo nada, es nada; y eso acoj…
Jaime, no te pases. Hoy en día es muy difícil provocar miedo. Ya, eso pensaba yo cuando me saturé de ver/leer terror efectista y me alimenté de terror psicológico. A ti, mejor que no te encierren en una habitación oscura y te priven de casi todos los sentidos. Es ahí cuando el cerebro te la empieza a jugar. No hace falta tener tres años para pensar que un monstruo está debajo de la cama. O… ¿quizá es que sí hay algo en esa oscuridad?
¿Qué he encontrado en Oscura Deriva?
Lo primero, una novela de aventuras espacial. Planetas, personajes de distintos lugares y con múltiples experiencias, rencor, sueños rotos, naves,… un coctel estupendo para el aficionado, pero con tintes oscuros.
Lo segundo, un duelo perseguidor-perseguido. Iremos sabiendo de ellos al ritmo que ha dictaminado el autor. Pero, también la tripulación cuenta y habrá que ver si supera la prueba y los retos.
Y, por último, los monstruos que oculta la oscuridad. Tanto la exterior, como el pozo sin fondo de nuestra mente.
Ademanes originales para el tono narrativo
Esta novela está escrita en segunda persona. Ha resultado para mí agotador y me ha descolocado. Soy lector de costumbres, y esto me ha sacado de mi zona de confort. Solo por eso, probadlo. Pero, es que además, le permite al escritor jugar con la historia al ser narrada así. Ahí lo dejo, que entro en la deriva del spoiler.
El Bio Interrogatorio del que os hablaba al principio es un recurso recurrente durante la novela con los personajes. Observamos que los capítulos son intercalados por lo que podrían ser las entrevistas de captación de la tripulación. Es una manera de obtener información del currículum de todos personajes, sin necesidad de contarlo o insertarlo en la historia, de manera que abreviamos muy bien.
¿Qué me ha impactado más? Bueno, que efectivamente es la historia de una venganza que enfrenta a la oscuridad cuasidemoniaca frente a la debilidad del que da su vida por devolver el golpe. Se ha recurrido a la analogía de que esta novela tiene aires del Moby Dick de Herman Melville publicada en 1851. Un animal encarnando la quintaesencia del mal. Pues, sí, por eso y algo más, la comparación es acertada.
Otra cosa que me ha llamado mucho la atención ha sido la técnica de vuelo espacial empleada. Lo de oscura deriva es literal. Las naves, una vez que saltan a lo que podríamos denominar hiperespacio, quedan a la deriva y todo se paraliza, dado que los artilugios más avanzados no funcionan. Hay que echarle narices a esta manera de viajar, que hace que sea todo más duro y menos idílico que en otras historias del espacio.
Las entrevistas antes mencionadas ayudan a articular la historia. Los personajes son retratados junto a los pasajes donde ellos más destacan. Hacía semanas que no leía un libro que diera más peso a los personajes, que pusiera el foco en ellos, aunque sean ginoides/androides. Unid esto a que se compaginan géneros tales como la aventura y el terror gótico en un libro donde no sobran páginas. Bueno, alguna quizá. Esos párrafos con ecos épicos, barrocamente profundos, le dan un tono sobreactuado; pero, si sois cómplices, os ayudará a que la historia os cale como pretende el autor.
¿Una space opera más?
Pues, estaba anotando que sí, cuando alcancé un punto de inflexión en el ecuador de la novela. Ahí, la segunda persona en la que se nos narra la historia dejó de rechinarme y empezó a cobrar un sentido especial.
No faltarán, sin embargo, elementos típicos de las space opera tales como una tripulación elegida a dedo; que se incluya un androide, que nos lleguen los ecos de un imperio glorioso. Pero, añadid el miedo a la oscuridad de la deriva y cómo hay que navegar en esas condiciones y ya tenéis un mézclum apetecible.
La locura y los motines entre una tripulación que no parece fiel a sus promesas de embarque será el picante adicional a este western espacial. E, insisto, lo de las entrevistas es un puntazo para entender, ampliar y unir la historia con un plus. Más, teniendo en cuenta que se añadieron después, como ha declarado el autor.
El odio es una pasión que trastoca la visión de la realidad
En conclusión, una novela que solo puede concluir en frenesí. El resultado de un viaje y sus peajes a través de páginas que destilan épica y odio visceral. Aventuras viajando a través de rutas tejidas por el Imperio antaño luminoso, con personajes variopintos e historias personales guardadas en la mochila. Habrá lugar para sacar de nuestro interior ese miedo irracional a la oscuridad que es capaz de crear criaturas siniestras ante nuestros sentidos. Y, cómo no, una tripulación cuya fidelidad será puesta a prueba. Novela de fácil consumo e igual digestión para alimentar nuestro imaginario y apuntar en nuestra libreta el apellido de un autor que promete escalar nuevas etapas en el género.
Antes de irme… Oscura Deriva tiene Banda Sonora
Cada vez es más habitual encontrarnos con book trailers, ¿verdad? Pues, tomad nota de la Banda Sonora que nos propone el autor mientras leemos. Fragmentos de títulos tanto de cine como de videojuegos que habréis desempolvado con esta lectura o que bien os ha ayudado a hacerlo el posfacio. Conectad vuestros auriculares al enlace que os dejo aquí.
Feliz lectura y feliz venganza. Aunque, ojo, las cosas no son siempre como parecen…