Didier Mathure (interpretado por Melvil Poupaud) es un brillante ingeniero aeroespacial de la agencia estatal francesa que, a finales de la década de 1970, está ante uno de los momentos culminantes de su carrera. Tras años de arduo trabajo, la nave aeroespacial Cristal se eleva por los cielos hasta que… estalla ante los ojos de todo el país. Didier se convierte en el chivo expiatorio de una explosión casual que no tiene motivo aparente y, como castigo, es relegado a una agencia enterrada en los sótanos de la burocracia gala, la GEPAN, encargada de estudiar los incidentes de objetos voladores no identificados (actualmente sigue existiendo bajo el nombre de GEIPAN).
Una vez en esta agencia, Didier pasará por distintas fases en su intento por adaptarse a su nuevo puesto, pero durante todas ellas lo hará con su espíritu científico intacto, intentando escudriñar una verdad que se muestra confusa, esquiva, ridícula, imposible, evidente… o con otras muchas caras. Todas ellas hacen de la verdad y/o de la realidad algo esquivo y difuso, pero que para quién busca los hechos y los indicios muestra todo el potencial de que la ciencia es capaz.
‘Ovnis’ es una serie irregular, con una trama principal bien llevada y sumamente interesante, que se ve lastrada sin embargo por su denodado esfuerzo de deslizar homenajes sin criterio
Así haciendo, la serie, bajo su forma de comedia surrealista y satírica, esconde un alegato en favor de la racionalidad, la ciencia, la verdad y los hechos objetivos que tiene su contrapartida en la política. Y es que Didier tiene que lidiar durante mucho tiempo con conspiraciones y con intenciones barriobajeras de politicastros oportunistas que quieren aprovecharse de él para trepar en su carrera; siempre ante la atenta y amenazadora presencia difusa del presidente francés Valéry Giscard d’Estaing (1974-1981).
Sobre esta tensión principal cabalgan otras subtramas, desafortunadamente, ni tan interesantes ni tan bien definidas como ésta. Es más, a partir de la mitad de los doce capítulos de media hora que conforman ‘Ovnis’ (Filmin), la narrativa se vuelve más caótica, farragosa y confusa. Intentando mezclar, no afortunadamente, las forzadísimas referencias a Steven Spielberg y sus obras extraterrestres (especialmente, ‘Encuentros en la tercera fase’ y ‘E.T.’), con el estilo visual y algún guiño en el guion claramente alusivos a ‘Halt and catch fire’, con otras líneas argumentales igualmente identificables con otras series o películas de los ’80 dedicados a este tema (Star Trek, Star Wars, War Games…)
Chistes a veces grotescos
Y, por supuesto, es irrenunciable ese tono de comedia soft tan típica de las comedias francesas que, justamente en ‘Ovnis’ y con este tema, chirria tanto que casi grita. De forma que los chistes tienen un alcance limitado, resultando a veces grotescos para un público no galo. Además, a las interpretaciones les sienta fatal el andar saltando sin cabeza de un lado para otro: de lo dramático a lo histriónico, de lo realista a lo esperanzador, de tramas materiales a otras surrealistas sobre encuentros con extraterrestres… Especialmente perjudicado por esto es el personaje de Vera Clouseau (Daphne Patakia), la mujer de Didier, una brillante científica que, depende de qué capítulo veamos, puede ser experta en física de partículas, en cálculo de trayectorias o una brillante xenobióloga.
Serie irregular
‘Ovnis’ (Filmin) es una serie irregular, con una trama principal bien llevada y sumamente interesante, que se ve lastrada sin embargo por su denodado esfuerzo de deslizar homenajes sin criterio y encajarlos, con tenazas, en subtramas difícilmente coherentes entre sí. Y si la incoherencia de las subtramas es notable, su final es ya el giro definitivo por forzar la máquina más allá de lo necesario.
Aun así, sus primeros capítulos sí ofrecen un divertimento digno y con un mensaje interesante y necesario. Pasado su ecuador, no obstante, ya es otra cosa. Y bien que lo siento.
