Odio el tipo de películas dónde un/a protagonista, supuestamente inteligente, comienza a comportarse de la forma más estúpida posible, incluso en contra de su propio ser. De repente, personas brillantes, sagaces, intuitivas, se convierten en idiotas de remate. A partir de aquí, cualquier posible pacto ficcional queda completamente destruido y, con él, la capacidad de empatizar con la película. Pues bien, esto mismo pasa con ‘Oxígeno’ (Netflix, 2021). La estupidez de este desarrollo de personaje hace que la película resulte en este punto, simplemente, intragable.
Eso sí, si eres capaz de dejar de lado esta tara fundamental, el thriller tiene una mecánica básica de confinamiento que disfrutarás; incluso por encima de otras como ‘Buried’. Lo hace porque, más allá de aquí, ‘Oxígeno’ sí tiene un argumento, construido desde la ciencia ficción y representado por MILO -la cápsula que enclaustra y aprisiona a la protagonista-, capaz de aportar profundidad y credibilidad a la tensión de base de la película. De hecho, lo consigue tan bien que esta tensión va in crescendo de forma bastante sólida hasta casi la mitad del metraje.
‘Oxígeno’ consigue ser resultona, disfrutable por momentos a pesar de sus errores de concepto y de guion
A partir aquí, serán los giros de guion los que comiencen a hacer de las suyas. Si te los crees, podrás seguir hasta casi el final dentro de un entretenimiento bastante decente, con elementos de originalidad que gustarán a los amantes del género. Pero, si caes en alguno de sus agujeros de guion (los tiene y no son pequeños, precisamente), el final podrá hacérsete insoportablemente lento hasta el punto de desear que llegue cuanto antes; que es lo que me pasó a mí.
Esta sensación se acrecienta, quizás, porque estos giros de guion tardan demasiado tiempo en llegar y en desarrollarse. Se ve mucha estupidez humana, demasiada, en un personaje como el que es la protagonista, interpretada por Mélanie Laurent, para empatizar con ella. La fotografía, luminosa y blanca, tampoco ayuda a sostener la angustia demasiado tiempo que digamos. La paciencia acaba por recompensarte, es cierto, pero quizás tarda demasiado en llegar, te exige demasiado cuando, supuestamente, el entretenimiento se le presupone (algo de metraje le sobra, a pesar de que su duración ya no es muy larga: 101 minutos).
En todo caso, ‘Oxígeno’ consigue ser resultona, disfrutable por momentos a pesar de sus errores de concepto y de guion, y cuenta con una buena interpretación de Mélanie Laurent. Eso sí, su ritmo, sus agujeros argumentales y su desarrollo errático (no se le ve a Alexandre Aja muy cómodo fuera del terror, a pesar de las pretendidas y artificiosas conexiones de esta película con aquel género) nos deja, al final, una película irregular digna, en todo caso, de disfrutarse una tarde tonta de esas en las que no te apetece moverte del sillón.