Le preocupa la seguridad de su familia empezando por su padre, el rey Gavilar, que ha decidido dejar de llevar su armadura esquirlada y encima está empeñado en conseguir un acuerdo con los parshendi, sus eternos enemigos. Y nadie sabe la desgracia que está a punto de caer sobre el reino entero.
Seis años después, Jasnah y su joven aprendiz Shallan van en un barco rumbo a casa, cuando Jasnah le cuenta sus planes de casarla con Adolin, para que se ayuden mutuamente: Shallan ayudaría a mejorar la difícil situación de su familia, y Adolin… Bueno, y ayudaría a que Adolin madurara un poquito.
Mientras tanto, en el campamento de Dalinar Kholin -hermano del rey Gavilar-, Kaladin se prepara para proteger a Dalinar junto a sus hombres tras la traición de Sadeas, en quien confiaban ciegamente, hasta el punto de perder a demasiados hombres en una emboscada más que planeada.
Aquí hay que dejar una cosa bien clara. Los “ojos claros” son los que mandan, son los que ostentan los altos cargos, son los comandantes de los mejores ejércitos, e incluso de los más pequeños, pero siempre tienen la voz cantante en cualquier asunto. Pero en esta ocasión, después de salvar a Dalinar de una muerte segura, éste nombra a Kaladin (ojos oscuro, esclavo y considerado un hombre muy peligroso) como capitán de sus tropas. Eso hace que su alrededor cambie por completo. El puente 4, o lo que queda de él, asciende en la escala militar hasta límites insospechados, y eso es algo que no pasa todos los días. Y claro, eso no le parece bien a todo el campamento.
Shallan sigue viendo sombras por todas partes desde que usó ese poder que sigue sin comprender y sin saber manejar. Mientras las intenta dibuja lo mejor que puede, Jasnah la apremia para que centre toda su energía en esas sombras, para desvelar su origen, y eso es precisamente lo que la lleva a un hallazgo sorprendente: hubo una vez en la que las mujeres también fueron portadoras de armaduras y espadas esquirladas. Eso no era solo de hombres, lo que puede dar luz al tema de porqué quedan tan pocos, y a la duda existencial de si es posible que vuelvan a crecer en número algún día.
Por su parte, Kaladin sólo ha compartido su nueva “habilidad” con sus hombres más cercanos, porque no sabe cómo reaccionará el resto del personal cuando lo vean absorber energía directamente de las esferas que les proporcionan luz, y él se llena de poder. Un poder que no sabe controlar pero que intentará usar para hacer el bien, dentro de lo posible, si eso hace que sus hombres sobrevivan a los ojos claros.
En esta segunda parte de El Archivo de las Tormentas, "Palabras radiantes" (Ediciones B), los personajes principales crecen a pasos agigantados teniendo en cuenta los acontecimientos que suceden a su alrededor, por lo que nosotros crecemos con ellos y, por supuesto, sufrimos con ellos.
Los portadores de esquirladas van tomando forma a lo largo de los capítulos, Brandon Sanderson nos va dando más detalles sobre los dioses, sobre el principio de los tiempos, y sobre las oscuras historias que encierran entre sus libros más antiguos, esos que solo están al alcance de unos pocos afortunados.
Si la primera parte de esta historia, “El camino de los reyes” nos tuvo en vilo capítulo tras capítulo, en esta ocasión nos hace mantener la respiración desde el primer párrafo, porque al no tener que presentarnos a los protagonistas, todo va muy rápido.
Los saltos en el tiempo en el que nos explican el pasado de Jasnah, de Shallan e incluso de Kaladin nos ayuda a entender los pensamientos de dichos personajes, cosa que a lo mejor durante el primer libro nos pudo generar más de una duda.
A lo largo de sus páginas aparecen otros personajes que ponen todo patas arriba, lo que nos obliga a estar muy pendientes de cada palabra, párrafo o punto y aparte. Es un libro en el que puede explotar todo en cualquier momento, por lo que –parece mentira- pero esas 1.200 páginas pueden llegar a dar la impresión de quedarse cortas.
Personalmente me ha gustado mucho, es cierto que algunos capítulos se hacen menos llevaderos porque quizás tengan más descripción que diálogos, pero eso quiere decir que el siguiente capítulo lo podremos devorar en tiempo récord. Es algo que me ha llamado la atención: tan pronto se leen cinco capítulos de una sentada, como que podemos atascarnos en uno y pasar un buen rato intentando avanzar.
El caso es que lo recomiendo a todo aquel amante de las aventuras, de la magia, de la riqueza a la hora de crear personajes, de quien disfrute con el desarrollo de los acontecimientos que pueden ser muy oscuros, o muy alegres. No hay medias tintas en este libro. O lo consiguen todo, o se hunden en las profundidades.
Sólo me queda decir que espero con muchas ganas su tercera parte. ¿Vosotros también?
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