Un páncreas artificial desarrollado originalmente en el Centro de Tecnología de la Diabetes de la Universidad de Virginia (EE.UU.) maneja de manera segura y eficaz los niveles de azúcar en la sangre en niños de 6 a 13 años con diabetes tipo 1, según encontró un ensayo clínico nacional. Los datos de este y otros estudios han llevado a la Administración de Medicamentos y Alimentos de este país a aprobar el dispositivo para su uso por niños de 6 años en adelante.
El sistema Control-IQ, fabricado por Tandem Diabetes Care, es un dispositivo de control de la diabetes «todo en uno» que monitorea y regula automáticamente la glucosa en sangre. El sistema de páncreas artificial tiene una bomba de insulina que está programada con algoritmos de control avanzados basados en un modelo matemático que utiliza la información de monitoreo de glucosa de la persona para ajustar automáticamente la dosis de insulina según sea necesario.
«Después del rotundo éxito del sistema en adolescentes y adultos en un estudio anterior, es muy gratificante ver que los participantes más jóvenes en este estudio también se benefician, y en la misma medida«, comenta el doctor en Medicina Marc D. Breton, investigador de la Facultad de Medicina de la UVA, investigador principal del ensayo. «Estamos entusiasmados de ver el resultado de 15 años de investigación que condujo a estos resultados reconocidos en el New England Journal of Medicine«.
Un estudio de páncreas artificial en el mundo real
El ensayo clínico aleatorio inscribió a 101 niños de 6 a 13 años en cuatro lugares de EE.UU. (UVA, Stanford, Yale y la Universidad de Colorado) y los asignó al grupo experimental, que utilizó el sistema de páncreas artificial, o al grupo de control, que utilizó un monitor continuo de glucosa estándar y una bomba de insulina externa. Los registros y la recopilación de datos se realizaron cada dos semanas durante cuatro meses. Para proporcionar la mejor prueba posible del páncreas artificial en la vida real, se indicó a los participantes del estudio que continuaran con sus rutinas diarias típicas.
El estudio encontró que el páncreas artificial realizó un mejor trabajo al mantener la glucosa en sangre de los niños en el rango objetivo: el porcentaje promedio de tiempo en el rango objetivo durante el día fue 7 puntos porcentuales más alto usando el páncreas artificial, mientras que el control nocturno fue 26 puntos porcentuales mayor. El control nocturno es particularmente importante, ya que la hipoglucemia grave y no controlada (niveles muy bajos de glucosa en sangre) puede provocar convulsiones, coma o incluso la muerte.
La cantidad promedio de tiempo en general donde los niveles de glucosa en sangre de los participantes estuvieron dentro del rango objetivo fue 11 puntos porcentuales más alto que en el grupo de control, lo que equivale a 2,6 horas más por día en rango óptimo. No se produjeron casos de hipoglucemia grave o cetoacidosis diabética (una complicación causada por niveles muy altos de glucosa en sangre) durante el estudio.
«Estamos encantados con los beneficios observados en este estudio en niños en edad escolar con diabetes tipo 1, una población que a menudo lucha con el control de la diabetes por una variedad de razones«, afirma el doctor en Medicina R. Paul Wadwa, presidente de protocolo de este ensayo, y profesor asociado de pediatría en el Centro Barbara Davis para la Diabetes, en el Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado. «La tecnología Control-IQ demostró ser muy fácil de usar para los niños y sus padres y condujo a un mejor control de la glucosa durante el día y la noche«.
«Esperamos continuar permitiendo el acceso a esta tecnología a niños aún más pequeños con diabetes tipo 1 y desarrollar sistemas aún más avanzados«, concluye Breton.
Los padres interesados en el páncreas artificial deben discutir con sus pediatras si es apropiado para sus hijos.
Fuente: New England Journal of Medicine.