Paria 3: Esa pequeña luzBienvenidos de nuevo al paseo por los horrores demoniacos que es el Paria de Robert Kirkman y Paul Azaceta. En este nuevo volumen de Planeta Cómic, se nos incluyen los números 13 a 18 de la colección americana y continúan donde lo dejó el dramático final del tomo anterior. Antes de empezar la reseña en sí quiero a hacer referencia al que para mí es el mayor error que ha tenido Kirkman  en la gestación y publicación de esta serie. Y es que lanzar una serie de televisión con un ritmo tan rápido como la de Paria que adelanta tan rápido al cómic, hace que aquellos que ya la hayan visto se tomen la mayoría de este tomo como algo ya sabido, tened en cuenta que con los acontecimientos de este tomo llegamos aproximadamente a la mitad de la primera temporada y dado la parecido salvo cambios puntuales de ambas historias y los distintos ritmos de ambas, los lectores ya sabemos todo lo que va a pasar en este tomo meses antes de su publicación.
 
Megan
, la hermana de Kyle ha sido poseída y ahora él y el padre Anderson van a tener que volver a pasar por otro infernal, violento y desagradable exorcismo. Kyle va a descubrir con este duro enfrentamiento muchos de los qués y los porqués de los exorcismos y de cómo afecta su presencia a los poseídos. El problema es que ni Kyle ni Anderson son omnipresentes así que mientras intentan acabar con la oscuridad de Megan, por otro lado el artero de Sydney siembra el mal en los más jóvenes de la familia. La brutalidad orgánica es uno de los sellos de esta serie por eso una de las escenas más impactantes de este tomo es cuando Anderson harto de seguir fingiendo que desconoce la verdadera naturaleza de Sydney se enzarza en una brutal paliza al mismo, lo que le lleva a dar con sus huesos en la cárcel.

Paria 3: Esa pequeña luzLos diálogos y el desarrollo de personajes siguen siendo el gran fuerte de Kirkman, por ello otra de las magistrales escenas que nos va a brindar este tomo es el reencuentro de Kyle con su ex-mujer y cómo al fin ante ella se le revelará una verdad imposible sobre la tragedia que golpeó su matrimonio con Kyle. También confirmaremos que Kyle no es el único Paria de la familia.

Algo en lo que Kirkman es sobresaliente es en mostrar las consecuencias en la vida cotidiana y costumbrista que ha podido tener algo sobrenatural, ésa es la clave del éxito tanto en esta serie como en “Los Muertos Vivientes”, pues bien el incidente que ocurre con Mark y cómo lo afronta él y el resto de personajes será otro de los ejes de este tomo, que además nos mostrará que el mal no tiene que provenir necesariamente sólo de los demonios. Suspicacias pueblerinas, investigaciones policiales, e intentos de normalidad con timbas de poker.

El bueno de Kyle se está convirtiendo en una gran molestia para los de abajo, ya es capaz de realizar exorcismo casi solo y los ha desvirtuado de todo el misticismo cristiano, lo que sin duda para mí le da un gran nuevo enfoque a la serie y le da una gran coherencia multicultural.

Otro punto a destacar del tomo son las escenas que se le dedican a Sydney y a los poseídos como comunidad, como grupo que muestra sus quejas y preocupaciones ante el teórico gran plan que no llega, no son villanos bidimensionales si no complejos arquetipos y soldados en una guerra que no les gusta.

Paria 3: Esa pequeña luzUna guerra de luz contra oscuridad. Y la luz titilante de Kyle Barnes está en graves problemas porque como no podía ser de otra manera, Kirkman cierra el tomo con un gran cliffhanger que nos deja temerosos de la oscuridad y anhelantes del siguiente tomo.

Pese a lo pausado y lento de la narración de esta obra no puede si no clasificarse de genio a Kirkman porque al saberse rodear de los autores perfectos para sus obras, hace que historias no muy espectaculares se conviertan en grandes éxitos y sin duda aquí Azaceta y el gran color frío de Elisabeth Breitweiser (sin duda la pieza clave en este oscuro puzzle y que hace que la serie encuentre su tono definitivo en atmósferas y narración, es ella la que hace esa oscuridad tan vivida y efectista, la que pone los toques justos de sangre y enfatiza las emociones de los personajes en su bajada a los infiernos).

Paria 3: Esa pequeña luz

Kirkman firma en esta ocasión un tomo más dinámico en el que de nuevo deja más preguntas con las pocas respuestas que da, la impaciencia del lector por entender qué es Paria y a dónde va a esta serie se mantiene alta, sólo esperemos que como suele ser habitual en él, Kirkman no sobreestire esta historia alargando innecesariamente los acontecimientos de ese teórico final desde el cual empezó a escribir el resto de la serie. Nos vemos en el próximo viaje a las tinieblas, el señor Sydney nos invita a la gran reunión con la oscuridad primigenia, no faltéis.

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