Algunas enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple, atacan los nervios de los brazos y las piernas. Los investigadores de St. Josef Hospital Bochum están buscando un nuevo enfoque para contrarrestar este daño. Investigadores del Bochum han demostrado en experimentos de laboratorio que el propionato, es decir, la sal de un ácido graso de cadena corta, puede proteger los nervios y ayudarlos a regenerarse. Los hallazgos podrían ser útiles para el tratamiento de enfermedades autoinmunes que causan daño a las células nerviosas, como la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (CIDP). El propionato se produce naturalmente en el intestino cuando se descompone la fibra dietética.
En estudios anteriores, un equipo del mismo departamento del St. Josef Hospital Bochum, clínica de la Ruhr University Bochum, Alemania, ya había demostrado que las personas con esclerosis múltiple (EM) tienen deficiencia de propionato y pueden beneficiarse tomando propionato adicional.
En consecuencia, la sustancia también podría ser útil para pacientes con CIDP.
El grupo encabezado por el Dr. Thomas Grüter y el Dr. Kalliopi Pitarokoili de la clínica neurológica del Hospital St. Josef publicó sus resultados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El propionato reduce la muerte celular en experimentos de cultivo celular
Los pacientes con CIDP sufren alteraciones sensoriales, debilidad muscular y dolor. La causa del trastorno no se entiende completamente. El sistema inmunitario ataca los nervios de los brazos y las piernas. La vaina nerviosa, una capa aislante alrededor de las células nerviosas, se descompone y finalmente las células mueren. “Los medicamentos que están actualmente disponibles en el mercado son muy caros y actúan principalmente sobre el sistema inmunológico”, comenta Thomas Grüter. «Todavía no está disponible una terapia que proteja los nervios y ayude a la regeneración«.
En el estudio actual, el equipo de Thomas Grüter ahora ha explorado el efecto protector del propionato en cultivos celulares y en experimentos con animales. El grupo aisló los dos tipos de células más importantes del sistema nervioso periférico de ratas: células nerviosas y células de Schwann; estos últimos forman la vaina de las células nerviosas.
Los hallazgos de estudios previos con pacientes con EM sugirieron a los investigadores de Bochum que el propionato podría tener un efecto beneficioso en los pacientes con polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica
Los investigadores cultivaron los dos tipos de células por separado y las expusieron al estrés oxidativo, que generalmente causa daño a las células. El equipo trató algunos cultivos celulares con propionato y comparó los efectos con cultivos no tratados. Significativamente menos células murieron en los cultivos tratados. Además, las células volvieron a crecer más rápidamente después del tratamiento que cuando no se había administrado propionato. Los experimentos con animales confirmaron estos resultados: después de administrar propionato, las células nerviosas tenían una mejor protección contra el daño oxidativo.
Los investigadores también obtuvieron nuevos conocimientos sobre el mecanismo de acción del propionato. Demostraron que la sustancia se dirige al receptor FFAR3 en la superficie de las células nerviosas y las células de Schwann y también afecta la lectura del ADN a través de moléculas de histonas. Esto produce nuevas enzimas y proteínas que protegen contra las influencias dañinas y ayudan a reparar el daño.
El propionato y la esclerosis múltiple
Los hallazgos de estudios previos con pacientes con EM sugirieron a los investigadores de Bochum que el propionato podría tener un efecto beneficioso en los pacientes con CIDP. El grupo de investigación encabezado por el profesor Aiden Haghikia demostró que tomar propionato tiene un efecto antiinflamatorio en personas con esclerosis múltiple y reduce la tasa de recaídas.
Fuente: PNAS.
