El anterior capítulo de la segunda temporada de ¿Por qué matan las mujeres? nos presentó cómo los planes de Alma tomaban un cariz impensable si pensamos en la mujer pacífica y modesta que conocimos en el primer episodio y estos chocan fuertemente con los de Rita, aunque no de la manera que ninguna de las dos espera. El nuevo capítulo se encuentra ya disponible en HBO España.
Para los nuevos abejorros, primero, les recomiendo ir directos a la crítica del primer capítulo, porque por aquí, aunque una se censura para que no haya destripes, pues tampoco hace milagros. Segundo, les resumo un poco por dónde va la historia. Alma, interpretada por Allison Tolman, una ama de casa cuyas únicas amigas son las petunias de su jardín, y Rita, interpretada por Lana Parrilla, una actriz retirada y diva y centro de su comunidad; enfrentadas, pero con sonrisas en los labios, nos llevarán por un laberíntico jardín con secretos mortales y mucha utilería de jardín oxidada.
Parece que han sido años, pero apenas hemos pasado siete semanas, siete horas, en compañía de los personajes. Han pasado tantas cosas y han habido tantísimos cambios que es una sorpresa que la temporada sea tan corta. Pero ya estamos dentro de la recta final y eso el cuerpo lo nota.
Bertram empieza a comprender las verdaderas intenciones de su esposa
La más cambiada es, como decía antes, Alma. Poco queda de aquella austera y recatada mujer que pasaba su tiempo cultivando y cuidando su jardín, sin hacer discriminaciones ni juicios por cuales serían un reto elegante y cuáles la catalogarían a los ojos de sus vecinos como simple. De apática y tranquila, un poco sumida en sí misma, hemos pasado a una mujer apasionada, feroz y de mente intrigante.
Una de las mejores claves para comprender el cambio de Alma es apreciar su actitud hacia el secreto de Bertram, pasando del horror y la desaprobación al interés y la manipulación. Bertram, que la quiere, pero no es idiota, empieza a olerse la tostada sobre las verdaderas intenciones de su recién descubierta malvada esposa.
Tenemos poco tiempo en pantalla a Rita, pero es el suficiente para saber que está en problemas y que sus relaciones, todas basadas en el interés y el poder, no le servirán de nada cuando realmente lo necesitas. La alta sociedad puede ser un lugar realmente inhóspito y frío. Pero eso no quiere decir que vaya a quedarse quieta, Isabel y su querida hijastra muchísimo menos.
La cosa se complica aún más cuando, al plantarse Dee y Vern en casa, las difusas relaciones entre todos son cada vez más obvias. Las madejas de hilo que parecían ir separadas se han ido cruzando cada vez más hasta formar nudos completos, de esos que nada más verlos quieres llorar porque no sabes bien cómo lo vas a deshacer o si vas a poder. La pregunta ahora es, ¿quién pondrá la trampa y cuál de todos caerá en ella?