Así empieza el trailer de «Predestination» (2014), una película de hora y media de duración dirigida por los hermanos Spierig (Michael y Peter Spierig) y basada en “–All You Zombies–”, relato corto del gran escritor estadounidense Robert A. Heinlein y que, contrariamente a su nombre, no trata precisamente de no muertos. Ganadora en 2015 de cuatro AACTA y dos premios especiales del Toronto After Dark Film Festival, «Predestination» no llegó a los cines españoles pero sí que se comercializó en DVD/Blu-Ray y desde su estreno se ha convertido en una de las películas que más han dado que hablar entre los aficionados a los viajes en el tiempo.
En esta película seguimos a El camarero, un agente encubierto de una agencia secreta en los años 80 que usa los viajes en el tiempo como medio para evitar desastres. Su misión anterior, detener al llamado “Terrorista fallido”, acabó en un accidente en el que quedó totalmente desfigurado. Ahora con otra cara y otra misión, El camarero deberá convencer al joven John para que tome su lugar y persiga al terrorista hasta detenerle. Como jugoso incentivo, la herramienta que le permitirá vengarse del hombre que le destrozó la vida.
Con esta puesta en escena El camarero y John nos van guiando a través de un laberinto de sucesos en los que la historia de ambos se entrelaza de tal modo que probablemente haga que el público se pierda alguna que otra vez. La narración recurre también a numerosos flashbacks y no todo el mundo está acostumbrado a realizar tales conexiones en la sala de un cine. Todo está calculado, sin embargo, para que al final de la historia el sentido de este viaje se desvele como si de una bomba se tratase.
Entre los actores de este largometraje encontramos a Ethan Hawke («El club de los poetas muertos», «Training Day», «Boyhood»), Sarah Snook («Sisters of War») y Noah Taylor («Lara Croft», «Charlie y la Fábrica de chocolate», «Juego de Tronos»). Los tres actores principales hacen una interpretación digna de elogio de cada uno de sus personajes, Ethan Hawke muestra una actuación cruda y directa de El camarero que te deja los pelos de punta. Pero cabe destacar la de Sarah Snook como Jane, merecedora de un AACTA, como una de las maravillas de esta película. El personaje que crea va creciendo a lo largo de toda la historia hasta convertirse en una analogía de la búsqueda de la identidad y del sentido de la vida.
La ambientación de la película se sustenta en una puesta en escena sombría con un esquema de colores que va desde el negro y el gris hasta los naranjas en tonos apagados y colores sucios. Tanto el vestuario como los escenarios siguen la estética de unos años 60-80 desgarbados y pobres: una sala de máquinas, callejuelas sin salida, edificios abandonados. La banda sonora crea intriga por sí sola. Entre melancólica y misteriosa, se va adaptando a cada momento de la película como un guante bien ajustado donde realmente se puede ver esa nominación a los AACTA. Los efectos especiales pasan tan desapercibidos que parecen reales. Esto, unido a un manejo de la cámara que va cambiando lento y sopesado, hace que solo veamos aquello que los creadores quieren.
Los hermanos Spierig consiguen recrear no solo una de las paradojas más grandes jamás creadas en una serie de giros argumentales que hacen que te preguntes si realmente no estás viendo a través de una ventana a un mundo paralelo, sino la historia de amor más inesperada que se haya visto en pantalla.
Considero esta película a la altura de «Origen», otro largometraje que busca crear un mundo donde las leyes de la física y la lógica se retuercen a diario y donde nuestra propia lógica espacial y temporal pueden jugarnos una mala pasada.
Como cierre, la película nos propone una reflexión: ¿estamos atados a un destino o somos libres de elegir nuestro futuro?