En esta nueva historia, la trama se centra en Sydney, una joven de dieciséis años que es el ejemplo de la moderación y la responsabilidad. En el lado contrario está su hermano, el apuesto e inteligente Peyton que siempre ha sido el que se ha llevado todas las atención. Sin embargo, los últimos años Peyton ha tomado caminos poco acertados. Su camino se trunca al principio del libro cuando Peyton es sentenciado a diecisiete meses de cárcel debido al atropello de un joven que iba en bicicleta.
Es en ese momento cuando Sydney cree que sus padres abrirán los ojos y descubrirán que su hijo no era la persona a la que idolatraban. Sin embargo, el encierro de su no cambia ese aspecto, aunque Sydney se ve arrastrada por las consecuencias de que su hermano este en prisión.
Las cosas se vuelven más difíciles para la joven, quien siempre se ha sentido invisible y poco valorada comparada con su hermanoPara evitar que la historia de su hermano le siga durante su nuevo año escolar, decide cambiarse a la escuela pública más cercana. Allí conocerá a Layla y Mac, dos de los hermanos de la familia Clatham, que regentan una pizzería familiar. Ellos serán los encargados de abrirle un nuevo mundo a Sydney, un ambiente y unos lugares en los que el nombre de su hermano no significa nada. En el que puede ser ella misma sin que la gente la miré y la prejuzgue por ser la hermana de Peyton.
Ese es el punto de inflexión y evolución del personaje. Sydney comprobará que estaba encerrada en su pequeño mundo y que aquello que se le negaba era aquello a lo que tenía derecho. Que tenía derecho a que no la comparasen con su hermano mayor, tenía derecho a que sus padres, a quienes nunca había fallado, confiasen en ella. Y otra cosa más, también arrastraba la culpa de lo que su hermano hizo, aunque ella no tuviera nada que ver. Ese proceso de comenzar en otro lugar es lo que hará crecer a Sydney e intentar hacerse notar y valer por sí misma, dejar de ser ese patito feo y de estar a la sombra de su hermano para luchar por su lugar en la familia y por hacerse entender con sus padres. Es el que le hará tomar las riendas de su vida y de sus actores y le dará el valor suficiente para enfrentarse a sus padres a su círculo cercano.
En general, el ritmo de la trama ha sido lento y es lo que más la lastra. La acción final, la disputa y la charla con sus padres ocurren al final del libro, en una par de páginas todo se arregla para todos los personajes y ese es el aspecto menos acertado de la novela de Dessen.
En conclusión, "Primero pide perdón" es un libro ligero y rápido, divertido y fresco, como a los que Sarah Dessen nos tiene acostumbrados. Un libro hecho para desconectar y pasar un buen rato.
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