Movistar + estrenó el pasado martes los primeros dos capítulos de la miniserie británica de seis ‘Profesor T’, adaptación con idéntico título del original belga que Cosmo estrenó en España hace unos años y que, sinceramente, a nosotros nos gustó bastante más que su copia.
Lo primero que nos convenció de quedarnos con el original es que esta adaptación, al pegarse en demasía a su referencia belga y trasladar algunos de sus recursos y trazos de forma bastante mimética, pierde, para quién la ve, muchísima de su frescura.
Los personajes son meras fotocopias. El profesor Jasper Teerlinck (Koen De Bouw) es aquí Jasper Tempest (Ben Miller). Su entorno sigue siendo el universitario, pero los informales pasillos de la Universidad de Amberes, capaces de dar más juego por su ambiente realista y cotidianidad, se trasladan ahora al bastante más pomposo campus de Cambridge. La comisaría policial de Amberes pasa ahora a Londres. Y la brillante exalumna, ahora policía, pasa de ser Annelies Donckers (Ella Leyers) a Lisa Donckers (Emma Naoni). Podríamos seguir, pero poco sentido tendría. Lo relevante es que se percibe en esta adaptación una caracterización menos comprometida, más forzada, “copiona” incluso en cuanto a la reproducción de sus gestos y demás “tics” (el uso de los guantes, por ejemplo).
‘Profesor T’ apunta a ser un procedimental criminal del montón, sin la frescura ni el sentido del humor del original
Tampoco ayudan los guiones. El del piloto es, sencillamente, ridículo. Hacía meses que no veía un piloto tan malo, de hecho. La trama criminal que sirve de motor para implicar a Tempest con la policía es más simple que un botijo, la resolución del caso es precipitada y absurda, el cambio de los personajes desde sus posiciones originales a las finales no tiene sentido… En el caso de nuestro protagonista, hay un momento en el final del capítulo dónde se toman decisiones de guion que contravienen, por completo, la “lógica” del personaje (un maniaco perfeccionista jamás haría lo que él hace aquí). Por no hablar de cómo se tratan las manías o los traumas de Tempest en su vida familiar o la relación su madre.
La ambientación british nos resulta forzadísima. La aparente necesidad de dejar claro que, en esta ocasión, el ‘profesor T’ es un inglés blanco bien vestido y excéntrico empapa por completo los primeros minutos de la serie. Tanto es así que, cuando se introduce la trama criminal ya hemos pasado la mitad del capítulo y, claro, para cerrarlo todo, en vez de partir el episodio en dos se deciden a precipitarlo… aunque esto implique caer en el ridículo y el descrédito. Así, las aulas inclinadísimas, la madera noble, los ambientes solemnes y ocres, acaban aportando más a la originalidad de la serie que todo lo demás. Mal síntoma si esto pasa.
El segundo capítulo no mejora las cosas. Continúa la caracterización artificiosa, la mímesis exagerada de trazos del personaje belga que despersonalizan y convierten en artificial el trabajo de Ben Miller, y las tramas criminales simplistas y de resolución fácil. La verdad, si la policía necesita asesoramiento experto en las tramas que dibujan estos guiones, quizás deberían hacérselo mirar.
Y, con esto, el ‘Profesor T’ producido y emitido por ITV (en Movistar + desde el 20 de julio) apunta a ser un procedimental criminal del montón, sin la frescura ni el sentido del humor del original, pero que sí sirve para algo: recordarnos lo mucho que echamos de menos a Jasper Teerlinck. Si tú también lo echas de menos aquí podrás encontrar un sucedáneo, aunque sabemos que no hay (de momento) nada mejor que la versión original.