Hemos pasado al verano del año 2000 que apenas empezaba en el final del tomo anterior, Sophie tras ser instruida en la magia varonil por Fausto ha tomado la determinación de hacer el viaje por las esferas de la cabala. Pero para ello primero debe despedirse de la incordio de su amiga Stacia, que va a tener una labor muy importante, volver a fundirse con Grace, la Promethea de los años 20 para sustituir a Sophie, mientras ella hace su viaje simbólico y de transformación. Así que este segundo libro va a tener dos lineas, por un lado las delirantes aventuras “superheróicas” de la nueva Promethea en el Maljut del Nueva York del año 2000 y por otra la transformación y búsqueda de Promethea/ Sophie y Barbara.
Os aviso que si el primer tomo de esta obra fue duro de reseñar por lo simbólico de la misma, éste lo es a la enésima potencia, buscad un buen sitio para leer y tened a mano internet para poder pararos y consultar, Moore va a aprovechar este texto para hacer todo un estudio místico de cómo se relacionan distintos tópicos culturales, la relación de los símbolos en la historia, el Tarot y los planetas. En este viaje podemos encontrar que Caronte nos lleve hasta una casa flotante en la Luna, que Toth esté jugando al ajedrez con Hermes en el Sol, muerte, renacimiento, y un estudio pormenorizado de los sentimientos y emociones que se vinculan con los planetas que va a suponer que nosotros mismos hagamos este extraño viaje con Sophie como siempre pretendió Moore.
J.H. Williams III va a demostrar el gran artista que siempre fue, cada número va a ser un desafío visual y de composición que va a llevar al limite su creatividad, y también nuestra comprensión como lectores, ya os aviso de que en muchas ocasiones sus páginas os van a perder y vais a tener que intentar encontrar el orden de lectura. Preparaos para unos diálogos llenos de metáforas y explicaciones cabalísticas que van a hacer que la lectura sea muy densa pero rica en matices y estad atentos a todos los guiños y pistas visuales sembrados durante todo el camino, admirar cada una de las páginas de Williams III, va a suponer más disfrute y trabajo que la lectura de muchos de los cómics mainstream que estamos acostumbrados a leer “para pasar el rato”.
Voy a intentar resumir qué os vais a encontrar en este genial viaje a través de las esferas, pero ya os aviso de que habrá mucho más de lo que os cuente aquí. Lo primero de todo es que este cómic sólo se disfruta si te sumas al juego de Moore de aprender sobre la unión de misticismo, emociones y planetas, de no ser así casi todos los textos te van a parecer un galimatías sin sentido entre dos mujeres que van andando por los paisajes más surrealistas y recargados visualmente que puedas imaginar. Repito éste no es un cómic fácil de leer, debes dedicarle el mimo y el cuidado que Williams le dedicó a dibujarlo y Moore a escribirlo.
No tengas prisa y déjate llevar por él, tranquilo de vez en cuando la buena de Stacia vendrá a relajar el ambiente a golpe de espada y socarronería. Tened en cuenta que aquí todo vale y a parte de encontrarnos con muchos de los panteones desde el Egipcio o el babilonico pasando por el griego o el romano hasta el mismo Jesucristo aparecerán en este viaje, pues muchos van a ser los guías y encuentros que Sophie va a tener en el mismo, que pueden ir desde la representación de un grabado alegórico del siglo XV, al gran Alistair Crowley, al que de nuevo Moore vuelve a rendir homenaje en lo personal y profesional como una de sus más admiradas figuras.
Todo viaje debe tener un motivo, el primer motivo de Sophie fue encontrar a Barbara, cosa que hace en una casa flotante de la Luna donde descubre a los espíritus de la ficción como al gran Sherlock Holmes o el barón de Muchaussen. Un ejemplo de las reflexiones a las que nos va a llevar Moore, es la Luna, es ella Barbara convive con su gran amor Steve, sólo que resulta que Steve no es más que la idea ilusoria de lo que era Steve. Y con ello comienza el segundo motivo del viaje, encontrar el alma de Steve que dado que es un mago, ha decidido seguir la senda del relámpago, es decir cruzar en zigzag todas las esferas de la creación hasta llegar a la primera, la idea primordial de dios y creación.
Todo vale en los juegos visuales que representan las esferas de la cábala, así todo será dorado y de mercurio en el Sol, volverán las composiciones de página doble infinita que atrapen en bucle a nuestras protagonistas. Referencias culturales casi desconocidas como la del gran mago John Dee o Austin Spare. Tan de pronto nuestras protagonistas pueden coger un tren dorado a Hesod, como que pueden ahogarse en el mar de los sentimientos de Venus. Los juegos visuales de Williams van a llevar a que tengamos que leer más de 12 páginas enteramente coloreadas de rojo cuando estemos en el camino de la guerra en Marte o ver que nuestras heroínas van y vienen en un evanescente número blanco y dorado. Estad atentos a cómo el caduceo de Promethea va cambiando de color según la esfera en la que esté. O mirad como Williams puede pasar del casi retrato fotográfico de los personajes a la más excesiva de las caricaturas.
Uno de los mejores personajes paridos por Moore para esta saga es Bubu, el ángel de la guarda de Barbara, que no es si no la representación de ella de joven. Una malhablada jovenzuela latina, valiente y que casi se convierte en nuestro punto de vista a lo largo de toda esta obra, pues todo el rato anda farfullando palabras malsonantes ante todos los rollos místicos que van a rodear la historia.
Sophie cambiara será una nueva Promethea, pues al encontrarse con el padre de la primera Promethea y cruzar el abismo, será la más perfecta y completa de todas ellas, atrás queda la armadura, ahora es un ente etéreo con el triangulo de los iluminati en su frente y en permanente vuelo. Y este cambio vendrá dado por conocerse mejor a sí misma, por descubrir a su padre y su origen.
Sophie no es la única que va a cambiar, tenemos una nueva Promethea en la ciudad, y aunque los momentos psicodélicos con los 5 tipos estupendos y con los 8 malvados serán mucho menores, ahí seguirán las referencias criticas a la cultura pulp y el consumo, con Gorila Llorica, el Text, etc. Si recordáis además la ciudad está ahora gobernada por un alcalde que ya no sólo tiene personalidad múltiple si no que además ha sido poseído por el Aullido, toda la legión de demonios al completo. Y lo que va a ser una batalla genial de la Promethea más punkie contra la horda de demonios antropomórficos de Williams III, además vuelve a ser una reflexión genial del bardo de Northampton sobre que hay que aceptar nuestros propios demonios. Otra genialidad de guión como encaran a un mismo demonio Stacia, Barbara y Sophie y cómo todo cambia según la óptica que le demos.
Otra de las grandes virtudes que tiene este tomo de Promethea es como vuelve a abordar la feminidad, el hecho de lo bien construidas que están todas las mujeres de esta obra, como se enfoca la homosexualidad logrando cargar de erotismo la relación entre Stacia y Grace (salen demasiado poco en el tomo, pero cada dialogo o situación en la que se ven envueltas es mejor que la anterior).
Además Moore sabe jugar con nuestro interés así que ¿os acordáis de cierto payaso psicópata que era el terror de la ciudad en el tomo pasado? Quizás en el próximo número venga para gastar su broma final.
Este tomo cuenta con una cuidada selección de extras en los que Williams III explica el desarrollo de distintos números y las técnicas empleados en ellos, portadas, comissions, etc.
En definitiva un tomo que hará las delicias de los amantes de los experimentos visuales de Williams, y que a poco que estéis atentos os hará saltar al vacío de la realidad y encontrar la magia que se esconde en lo mundano, sin duda una de las últimas obras maestras de Moore.