Tres años después de su lanzamiento en tierras niponas, tenemos por fin entre nuestras manos Puyo Puyo Tetris, la última genialidad de la franquicia que sabe combinar de maravilla ambos conceptos basados en el género puzle en un solo blu-ray o cartucho (PS4 y Nintendo Switch) y que nos mantendrá pegados a la pantalla durante horas gracias a que su jugabilidad, por separado, nunca pasa de moda.
Puyo Puyo Tetris está desarrollado por el ya legendario Sonic Team, equipo que lleva las riendas de la saga desde el cierre de Compile en 2002, el estudio que dio vida a los puyos y sus personajes originales. Y podemos dar palmas de alegría porque hacía mucho tiempo que no recibíamos un título de la marca en condiciones y en esta ocasión ha traspasado las fronteras con un crossover de lo más simpático y que de seguro atraerá a más de un jugador aficionado al videojuego creado por Alexey Pajitnov, Tetris.
Por si alguien ha estado en una isla desierta introduciendo números sin motivo alguno durante unos cuantos años —guiño, guiño—, vamos a repasar la mecánica de Puyo Puyo. De estilo similar a los clásicos juegos de puzle de unir piezas o colores como Tetris o Columns respectivamente, Puyo Puyo utiliza esta misma fórmula pero con colores y algunas variaciones. Aquí debemos de unir cuatro piezas de un mismo color y podemos hacerlo tanto en horizontal, vertical, en forma de L o de cruz. Lo interesante de la mecánica es llegar a dominar este sistema para colocar los puyos (así se llaman las piezas de colores que caen del techo) y llegar a realizar diversas cadenas con las que lograremos una mayor puntuación. Las reglas del Tetris a estas alturas todos nos las sabemos, así que creemos que no es necesario explicarlas. Acumula figuras una encima de otra sin dejar huecos libres y completa líneas horizontales con las mismas para ganar puntos.
Sea como fuere, Sega ha tenido la genial idea de combinar estos dos títulos de diferentes maneras con un montón de modos de juego que harán las delicias a los seguidores de ambas franquicias. Salvo el modo que vamos a contaros primero. Y es que si hay que tirar de las orejas al Sonic Team es por el aburrido, con todas sus letras, modo Aventura. La variedad de retos que debemos superar en la misma es bastante loable e incluso son divertidos, pero lo que no hay derecho es que tengamos que leer miles de líneas (sin exagerar) por el solo hecho de añadir una historia a dos juegos de puzle. Se hace realmente aburrido tener que pasar el diálogo (porque no es nada interesante lo que nos cuentan) cada pantalla que completamos para poder pasar a la siguiente fase. Hace que el ritmo de juego decaiga y termine cansando al jugador.
Más allá de este anecdótico modo Aventura, tenemos la opción de entrar al modo Arcade donde se encuentra el grueso de este juego. Aquí podemos encontrar desde el modo BigBang que obliga al jugador a realizar líneas con un mismo tetriminio constante, un modo desafío que pondrá a prueba nuestras habilidades, el modo Party que añade ítems a Puyo Puyo como ataques de fuego o piezas que caen rápidamente sin control, un modo Versus donde jugar con hasta tres amigos más o contra la CPU, modo Swap donde jugaremos a ambos títulos a la vez y que se alternan cada cierto tiempo (este modo es genial) o el modo Fusión, donde la locura llega en forma de gelatinas y piezas. Es decir, igual caen piezas puyo que tetriminios y podemos asegurar que cabrea bastante crear una estrategia para que de repente caiga una pieza de otro juego. Además el juego contra la máquina es bastante desafiante. Nosotros no hemos podido realizar partidas al más alto nivel porque incluso el más bajo puede darnos una buena tunda en cuestión de segundos. Por si fuera poco, en el modo online (y como ocurre con la mayoría de títulos que utilizan la red de redes) podemos encontrarnos a auténticos cracks que consiguen quitarnos las ganas de jugar en cuestión de un par de piezas. Sobre todo si estas personas son procedentes de Japón, el país más acostumbrado al videojuego Puyo Puyo. Por supuesto, aún en el online, podemos decidir si jugar a Puyo Puyo o Tetris si el modo seleccionado lo permite.
Una de las bondades con las que cuenta este título es que todas las opciones jugables descritas anteriormente pueden ser disfrutadas tanto en modo local como en su vertiente online. Además, al ganar partidas conseguiremos monedas con las que comprar objetos que no influyen demasiado en el devenir del juego pero ahí están, un añadido extra que supondrá un incentivo para los jugadores «completistas».
Puyo Puyo tiene sus orígenes en Japón como ya habréis podido deducir. Es allí donde cuenta con más adeptos a esta marca y el país que ha recibido todas las entregas y vertientes posibles del mismo. Por estos lares no hemos tenido la oportunidad de disfrutar más que de unos pocos, pero por si os lo preguntabais —aquellos que conozcan su larga trayectoria— , sí, Puyo Puyo Tetris cuenta con personajes de la franquicia como personajes jugables. Ringo Ando, Schezo, Sig y compañía estarán en el plantel compuesto por hasta 24 avatares seleccionables.
Gráficamente pensamos que no es un juego que haya que analizar mucho. Los gráficos son los que son y sinceramente, no necesita de grandes virguerías para su cometido. Los diseños son simpáticos, cuenta con una gama de colores bastante viva y el juego nunca ve mermado su rendimiento incluso cuando cuatro jugadores se encuentran en pantalla. La música acompaña perfectamente al tono al que está enfocado el juego (y cuenta con guiños a otras entregas) y tanto las voces como el texto están en inglés.
Conclusión
Puyo Puyo Tetris es un gran juego para cualquier momento del día. La fórmula de ambos títulos por separado nunca pasa de moda y si además se unen para crear tantos modos de juego como esta entrega, la diversión está asegurada. Nosotros hemos probado la versión para PS4, pero creemos que la más cómoda de jugar, por su portabilidad, es la destinada a Switch. Sin embargo la edición para la consola de Nintendo cuesta unos pocos euros de más. En este sentido la decisión es vuestra, pero tenéis que tener claro que diversión hay a raudales.
