El pasado viernes (4 febrero) HBO Max estrenó la segunda temporada de ‘Raised by wolves’ y lo hizo con los dos primeros capítulos. A partir de aquí, cada viernes, podremos ir viendo los siguientes hasta un total de ocho (dos menos de los que tenía la primera), de unos cuarenta y cinco minutos de duración cada uno. La nueva temporada es más pequeña, buscando ser más sintética en sus historias. Y ya no contará en los mandos con Ridley Scott, inmerso en otros proyectos; entregando la visión general de la serie a Aaron Guzikowski, quién ya escribió muchos de los guiones de la primera temporada además de ser su cocreador y coproductor, y poniendo en la dirección de los primeros episodios al experimentado Ernest Dickerson.
Con estos mimbres, queda claro que la serie quiere caminar a ser otra cosa distinta de lo que era. Las soluciones tomadas van además en esta dirección: con nuevos escenarios, nuevas tramas y nuevos personajes que, por su naturaleza político-militar, nos llevan hacia líneas narrativas más tradicionales acorde con la CiFi distópica clásica.
Este estreno solo nos permite hablar de expectativa y esperanza de empezar a ver cómo, por fin, en ‘Raised by wolves’ comienzan a sacar algo de provecho al mucho potencial que atesora
No obstante, hasta llegar allí, en la transición entre lo que era y lo que ahora quiere ser, la serie se sigue mostrando confusa en sus mensajes, caótica en su desarrollo de las distintas líneas de acción de la trama y las subtramas, e incluso algo precipitada a la hora de dar carta de naturaleza a muchos de los nuevos personajes. Unos errores que no nos son desconocidos, pero que aquí podrían tener una explicación distinta: pues parecen más exigidos por el cambio drástico en el camino que por ser un problema estructural de la serie misma (como sí lo eran en la primera horrible temporada).
Aún con todo, la serie mantiene incólume algunos de sus pilares básicos. Siguen en pie la mitología construida, dicotómicamente definida por la lucha entre los ateos y los seguidores de Sol. También la sociedad robotizada y la Inteligencia Artificial, no comúnmente aceptada por todos y que genera no pocas desconfianzas. Como se sigue insistiendo, más si cabe, en ese toque survival que nos quiere introducir en mundo hostil, árido, ácido y lleno de peligros dónde seguir con vida es un reto diario. Las tres líneas siguen claras, e incluso se acentúan, con los nuevos espacios y personajes.
Novedades en la trama
En cuanto a las novedades, ahora estamos en Kepler 22-b, dentro de una colonia atea dirigida por una autoridad, “La confianza”, tan inteligente como esquiva. En esta colonia están Padre (interpretado por Abubakar Salim) y Madre (Amanda Collin) con un rol menos protagónico, pasando de responsables absolutos de sus destinos a piezas de un puzle más amplio; del que sigue formando, ya con un papel más propio y menos dependiente, su hijo Campion (Winta McGrath). Por otro lado, el soldado y seguidor religioso fanático de Sol que es Caleb (Travis Fimmel) sigue campando a sus anchas, reclutando a su alrededor otros personajes que deberán ayudarle en aún una imprecisa misión de tipo mitológico-religioso con un tipo de espada que, quizás, sea una enorme serpiente aparentemente difícil de ver y de cazar.
La tercera temporada
Sin entrar en espóileres, la segunda temporada de ‘Raised by wolves’ (HBO Max) se nos aparece como un intento por solventar los no pocos problemas de su primera temporada, optando para ello por pisar terrenos más probadamente fecundos. No obstante, hasta llegar allí, tenemos dos capítulos imprecisos, de transición casi, a partir de los cuales pocas conclusiones más podemos extraer.
Este estreno solo nos permite hablar de expectativa y esperanza de empezar a ver cómo, por fin, en esta serie comienzan a sacar algo de provecho al mucho potencial que atesora y que tan descaradamente malogró en sus inicios. ¿Será esta la temporada dónde la serie redima su pecado original? Aún está por ver.
