Recordamos nuestra experiencia con Teenage Mutant Ninja Turtles: Shredder’s Revenge.
Cada viaje al Video Club en los años 80/90 era una alegría, casi se podría decir que era motivo de celebración.
Estar allí con todas esas cintas de VHS y esos videojuegos. Sabías que, por lo general, ibas a pasar un gran fin de semana viendo algún estreno o tu serie o película favorita. Pero aun era un motivo de celebración mayor cuando ibas a alquilar un videojuego.
En esa época, Las Tortugas Ninja gozaban de una popularidad enorme y claro, esa popularidad llegó al mundo de los videojuegos. Pero no todos los videojuegos de Las Tortugas Ninja llegaron a todas las ciudades ni, por supuesto, a todas las tiendas…
Serían principios de los años 90’ cuando mi hermano y yo fuimos al videoclub de mi barrio, queriendo alquilar “el juego de las tortugas ninja”, (el juego que queríamos alquilar realmente era Teenage Mutant Ninja II The Arcade Game), pero por aquel entonces desconocíamos su nombre completo.
Teenage Mutant Ninja Turtles: qué gran fin de semana
El dependiente, cuando le dijimos que queríamos “el juego de las tortugas ninja”, nos dio un juego de Las Tortugas Ninja (el único que tenía); sí, era un juego de las Tortugas Ninja, pero no era lo que buscábamos…
Así es como descubrí el que fue el primer videojuego de las Tortugas Ninja. Teenage Mutant Ninja Turtles, publicado por Ultra-Games (nombre que usó Konami para saltarse la normativa de la propia Nintendo que no le permitía publicar más videojuegos que sus competidores).
Aunque aquí en Europa llegó bajo el nombre de Teenage Mutant Hero Turtles (la palabra ninja estaba censurada en el Reino Unido y todo el material que nos llegaba a España nos llegaba con su censura incluida, hasta la serie de los 80), además de ser publicado por PALCOM (el Ultra-Games europeo).
Este primer juego de Las Tortugas Ninja era muy distinto al que quería alquilar y, si soy sincero, no me gustó nada de nada al principio; ya me resultó raro que las tortugas llevaran los antifaces del mismo color (como en el cómic original de Eastman y Laird, el cual no conocía).
Cuando llegué a mi casa y lo puse en mi NES, lo que más me molestó es que no llevara una opción para dos jugadores, algo esencial si compartías tu NES con tu hermano mayor (pues los hermanos pequeños hemos sido relegados a ser Luigi por los siglos de los siglos).
La dificultad era enorme, propia de los niños de los 90′
Descubriendo Teenage Mutant Hero Turtles
El juego tenía una de las mejores intros de NES (Con permiso del Batman de Ubisoft). Una vez terminaba la intro, y con cara de tonto, pulsabas START. En ese momento aparecías llevando a Leonardo en un “mundo abierto” con la cámara cenital que puso de moda el primer The Legend of Zelda, pero entonces, cuando entrabas en la primera alcantarilla, la perspectiva de visión cambiaba al 2D tipo Super Mario Bros y te dabas cuenta de que el juego que estabas jugando no era un beat ‘em up, tan de moda en los 90’, sino un juego de plataformas….y qué plataformas.
El juego se dividía en 6 fases, 5 de ellas con exploración y una última (el Tecnódromo) únicamente en 2D en la cual sudabas la gota gorda.
El juego sabía alternar muy bien la exploración por el mapeado (sobre todo en el nivel 3 que podías llevar la Party Wagon y disparar con ella, (lo cual era una auténtica gozada para un niño de los 90’) y las luchas dentro de los edificios-alcantarillas; eso sí, una de sus grandes dificultades era lo anteriormente dicho, sus plataformas…. Había sitios en los cuales era una auténtica pesadilla realizar el salto correcto; es más, cuando no lo realizabas, el juego te obligaba a repetir una zona infestada de enemigos que, aunque ya hubieras pasado previamente y los hubieras eliminado, volvían a aparecer. Eso sí, al igual que había gran cantidad de enemigos, también había un gran cantidad de pizzas.
Detalles dignos de un gran juego
Al pausar el Juego, April O´Neil o Splinter te daban alguna pista de qué tenías que realizar en ese nivel, y además de tener un mapa de la zona, te dejaba elegir entre las cuatro tortugas, las cuales tenían los mismos ataques pero cambiaba el alcance y el rango de sus armas, siendo Donatello el más utilizado ya que con su bastón Bo podías atacar sin problemas a una cierta distancia.
Si por algún caso no podías tomar las pizzas suficientes y se te acababa la vida, tu tortuga se reducía al tamaño de una tortuga común, pero no moría, si no que era capturada, y tenías que esperar a llegar a ciertos niveles donde podías recuperarla con la barra de vida al completo. En líneas generales, hay que decir que en este videojuego de Las Tortugas Ninja la curva de dificultad era enorme (sobre todo en la fase del Tecnódromo).
A diferencias de otros videojuegos de la franquicia, aquí Konami tuvo que tirar de inventiva y crear desde cero a casi todos los enemigos. Con la música ocurrió lo mismo, aunque eso nos permitió disfrutar de una BSO muy interesante. Seguramente este proyecto de juego llegó a Konami con la información esencial para crear el juego y tuvieron que aprovechar la “inspiración propia” para rellenar algunas lagunas.
Y, por último, añadir que, como en la mayoría de los juegos de NES, no se podía guardar partida, algo impensable para los jugadores de hoy. Sí, joven de hoy en día, tenías que pasarte el juego del tirón, y darle al pausa cuando tu madre te llamaba para comer, rezando que tu padre no te apagara la consola para poner el fútbol.
La experiencia con Teenage Mutant Hero Turtles
Siendo honestos, el juego no ha envejecido demasiado bien. A las personas que no lo hayan jugado nunca e intenten jugar por primera vez, les resultará tosco, lento y falto al espíritu de Las Tortugas (por la invención de personajes y la música) pero, sobre todo, lo que les resultará es muy, muy difícil.
Ahora bien, si lo jugaste en su día y tienes la oportunidad de volver a jugar, igualmente te resultará mucho más difícil que cuando te lo pasaste en los 90’ pero, sinceramente, lo disfrutarás como yo lo disfruté. Por eso lo recomiendo a todos los que fuimos niños en los 90’.
Es una pena que, a día de hoy, los jugadores nuevos que quieran descubrir el juego y hacerse con él tengan que recurrir al mercado de segunda mano de NES, pues no existe en ninguna plataforma digital que lo venda, ni ha tenido (ni creo que tenga) ningún remaster.
Como apunte final hay que añadir que este primer juego de Las Tortugas Ninja tuvo varias conversiones para los ordenadores más populares de la época (Amstrad y Spectrum), pero también hay que señalar que ambas conversiones eran infinitamente peores que la edición original de NES.
Años después salieron muchos más juegos de Las Tortugas Ninja, algunos mejores y otros peores, pero eso ya es otra historia…