Reflejos de Shalott Noticia Crítica Reseña
Portada de "Reflejos de Shalott" de Gema Bonnín. | Fuente: Nocturna Ediciones.
Reflejos de Shalott Noticia Crítica Reseña
Portada de «Reflejos de Shalott» de Gema Bonnín. | Fuente: Nocturna Ediciones.

La tristeza, la soledad y la melancolía pueden tener una belleza inherente. Son dolorosas como una cicatriz antigua que se nos retuercen por los recuerdos. Son hermosas porque traen consigo una cara de la humanidad que muchas veces se oculta. A través de Reflejos de Shalott, una obra de ficción que profundiza en los mitos y leyendas de la literatura artúrica, Gema Bonnín desenreda esos sentimientos y los transforma en algo bello, etéreo y contradictoriamente humano. La novela ha sido publicada por Nocturna Ediciones, parte de la colección Literatura Mágica (n.° 117). Las primeras páginas están disponibles online.

Tiempo atrás, una historia cobró vida de boca en boca, de palabra en palabra, y una vida pasó a ser un mito. En una torre con las mejores vistas de todo Camelot, residía la dama de Shalott. Elaine, maldecida desde sus primeros años de adolescencia, se vio obligada a vivir encerrada alejada de todo y de todos. Solo contaba con la compañía de su telar, su laúd y de un espejo mágico. Uno que la invitaba a recorrer un mundo que no la había invitado. Hasta el día en que, por primera vez, ve al caballero Lanzarote y el deseo de traspasar el espejo se transforma en necesidad.

Reflejos de Shalott reinterpreta el mito de la dama de Shalott e incluye el poema de Alfred Tennyson La dama de Shalott.

Bonnín escribe de una forma muy pictórica. Es difícil no pasar las páginas y no imaginar las escenas como cuadros llenos de pinceladas complejas, entremezcladas y con múltiples capas. Solo por la manera que tiene de escribir, el libro es una experiencia. Es breve y está bien dividido. Quizás podría tener más páginas, desarrollar algo más algunos acontecimientos que a lo mejor quedan un poco en el aire, pero no es algo que necesite la novela con urgencia. De base, la historia no necesita más nudos de los que ya están entrelazados. Como mucho algo más de contexto para solidificar a los personajes y los acontecimientos que ocurren.

La autora se sumerge en la literatura artúrica, pero trata de aportar su propio granito de arena. Aunque está metida de lleno en la materia y en el trabajo de otros escritores, Bonnín busca la manera de darle un giro refrescante. Por ello usa como foco la figura espectral de la dama de Shallot.

Cada vez que veo una obra de arte sobre la dama de Shallot siento que la veo reflejada como un ser de otro mundo, una criatura de vida inmortal en su belleza etérea e inmóvil cual estatua. Como si hubiera nacido para encontrarse envuelta por el agua del río. Bonnín la aleja del mito y la humaniza, la devuelve a aquel corazón adolescente que tuvo que lidiar con una vida amurallada y solitaria. Aprovecha la situación del encierro de la protagonista para hilar otros acontecimientos relacionados con la historia artúrica y consigue que quede bien. Que todo encaje donde debe. Hay personajes muy potentes aunque apenas aparecen en algunas páginas.

Reflejos de Shalott Noticia Crítica Reseña
Pintura «La dama de Shalott» de John William Waterhouse. | Fuente: Google Art.

Pese al constante recordatorio de que hay fuerzas mágicas y sobrenaturales, totalmente alejadas de lo que se concibe como mortalidad y moralidad comunes, es una obra poderosamente humana. Hay un buen desarrollo de los ritmos, cosa que puede sorprender sabiendo que la protagonista está encerrada en una torre cual Rapunzel. La diferencia está en que Elaine no sabe quién diantres le ha echado la maldición por la que se ve obligada a huir a una torre. Al menos Rapunzel sabía quién era la bruja de su cuento.

Pese a que Bonnin profundiza en el amor cortés y el amor trágico, me sorprendió darme cuenta del poco desarrollo que tienen esos sentimientos en Elaine, aunque el personaje los añore, desee e incluso idolatre. Surge un personaje que se convierte en un rayo de luz en medio de la oscuridad para Elaine, pero apenas tenemos detalles de qué ocurrió para que su corazón se tambaleara en esa dirección más allá que algunos esbozos y adivinanzas. Mientras que los encuentros entre otros personajes nos llegan de forma más presencial, lo que sucede entre Elaine y dicho personaje es casi anecdótico en comparación.

Una vez que te entregas a las formas protocolarias y estrictas de la época, las páginas del libro vuelan y se convierten en no una, sino un cúmulo de historias llenas de pesar, desconsuelo y el encanto de dejar volar el corazón incluso cuando el destino está dispuesto a destrozarlo. Es, en resumen, un gran libro.

Carolina de León
Periodista, camarógrafa y escritora. Con muchas historias que ver, relatos que escribir y memorias que vivir.

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