Prueba de ello es el enorme catálogo que la editorial está sacando sobre el gran maestro del terror japonés, Junji Ito. Y no es cosa de un mes o dos, pues entre otras novedades gozamos de Relatos Terroríficos, donde se compilarán mensualmente una gran variedad de historias aterradoras de este autor y que nos asegurarán de que cada mes pasemos un par de malas noches. Cosa que un servidor no podría agradecer más.
En el primer número de esta colección mensual podemos disfrutar de cuatro historias cortas e independientes.
Las dos primeras, aunque tratan sobre la escalofriante familia Hikizuri, son totalmente independientes la una de la otra, conservando como único elemento común a sus protagonistas, los hermanos Hikizuri, una familia de seis hermanos, cada cual más siniestro que el anterior y con una mente completamente cruel, oscura y egoísta, que no dudarán en amargar la vida de Kotani, un joven que tuvo la desgracia de ir a clase con ellos y enamorarse de Narumi Hikizuri.
Las ideas suicidas de esta, sumada a la crueldad y los celos del resto de los hermanos, harán que Kotani viva una verdadera pesadilla en una casa que… ¿está plagada de espíritus? O bueno, eso es lo que parecen decir las fotografías espiritistas de Sachiyo, la segunda persona que tiene la desgracia de cruzar su camino con el de los hermanos.
En la tercera historia de este tomo , titulada “La Mansión del Dolor Fantasma” dejamos atrás a los hermanos y nos vemos inmersos en la especialidad de Ito: Crear historias siniestras con conceptos simples pero retorcidos, llevados a grandes extremos y con una fuerza tremenda, como es este caso.
Kozeki es un joven en paro que accede a trabajar en una mansión para ayudar a cuidar del hijo de un millonario, que siente dolor “en lugares imposibles”. Ito usa esa frase y la lleva a un extremo imposible, haciendo que esos lugares sean puntos concretos de la mansión, pues el dolor del niño se ha expandido tanto que ha llegado a ocupar toda la mansión, y necesita que le hagan masajes para aliviar su terrible malestar.
Para cerrar la compilación llegamos a la historia que ilustra la portada del tomo: "La mujer de las costillas sueltas", donde una misteriosa mujer toca melodías terribles con costillas humanas, y que pueden llegar a causar la locura de algunas personas que la escuchan. Mientras tanto, nuestra protagonista se pregunta si debería operarse las costillas flotantes para tener mejor tipo…
Como toda experiencia con Ito, puedes acabar pensando dos cosas: Que no quieres volver a saber nada de ese loco perturbado, y que nadie que tenga ese tipo de ideas debería tener permiso para mostrar públicamente lo que pasa por su cabeza; o puedes acabar loco, delirando y pensando que, de alguna manera, te apetece repetir la experiencia, conocer más de Ito y ver qué otras barbaridades nos deparan en septiembre con el segundo número de sus relatos terroríficos.