La sonrisa de Charlotte, novela de Isabel Collazo González publicada por Roomie Ediciones, puede resumirse fácilmente en: Charlotte es la Heidi del siglo XXI y más te vale abrocharte el cinturón porque se vienen curvas.
La historia nos presenta las aventuras de Charlotte, una pequeña heroína que acaba llegando a la vida de su hermana, la aclamada actriz Jane Brown, porque el destino es una diva dramática a la que le gusta jugar.
La labor titánica que tiene Charlotte entre manos está tan llena de emociones, de contrastes y de magia que el abanico emocional que vive el lector es, cuanto mínimo, intenso y muy variado. Y si crees que puedes escapar de eso, si no te has abrochado el cinturón antes de abrir la primera página, espero que alguien cercano te socorra con una buena caja de pañuelos. Si no lloras de pena, lloras de alegría, en ese drama pone Collazo al lector.
Si hablamos de la novela hay que resaltar su pieza clave, lo que hace que sea una historia única: sus personajes. Se podría hablar de todos ellos sin parar, todos tienen algo singular que los hace fascinantes, pero por resumir, tenemos a dos personas que hay que destacar por la puerta grande. En primer lugar, Charlotte. Nuestra protagonista y nuestra Heidi 2.0 es puro amor. No hay mejor descripción más que la de que es una niña con una sonrisa mágica. Es encantadora, muy fiel a sí misma y toda una luchadora. Según pasan las páginas es imposible no quererla y cuando llegas al final, Charlotte se te ha metido tan dentro en el corazón que sabes que formas parte de su familia. Esto se consigue porque Charlotte es un personaje muy completo, con múltiples facetas, y, pese a lo difícil que es retratar de forma creíble la mente de una niña de siete años, Collazo lo logra con estrella de honor.
Por otro lado tenemos a Jane, un personaje tan sumido en las sombras que es doloroso leer sobre ella. Verla tan ahogada en sí misma, tan envuelta en su armadura se siente como pisar sobre suelo quebradizo. En cualquier momento todo va a ceder y se va a ir al infierno. Jane es dura, llena de cicatrices escondidas y difícil de comprender al estar tan escondida en su agujero. No es hasta que Charlotte se lanza a la aventura que es posible darse cuenta que quizás lo que está en las sombras también puede crear un arcoíris si sabes los secretos correctos.
La novela está tan cuidada, tan mimada por la editorial, que basta tener el libro en las manos para comprenderlo. No solo la portada de Raquel Travé, que es preciosa, es que las ilustraciones a color que se esconden en el interior por obra de Stefani Grahu también son una gozada. Por no hablar de otros pequeños detalles escondidos como el recorte que puedes encontrar nada más abrir el libro junto al precioso marcapáginas de cristal para que tú también pudieras atrapar el arcoíris.
La sonrisa de Charlotte es una aventura conmovedora, fascinante y heróica; una hazaña de una pequeña caballero dentro de lo cotidiano. Es un espacio donde todos los personajes tropiezan, ríen, lloran, crecen, aprenden de sus errores y siguen caminando. Y todo empieza con la sonrisa de una niña que es tan mágica que puede cambiarlo todo. Tu corazón también.