Resident Evil: Village llega aprovechando y mejorando los mejores elementos vistos en Resident Evil 4 y Resident Evil 7
Una saga en constante evolución
Con el paso de los años, la saga Resident Evil ha evolucionado hasta transformarse en algo muy distinto a lo que conocimos hace ya más de 20 años. Las entregas clásicas han quedado atrás junto a los puzles y las cámaras fijas y, con el paso del tiempo, la saga ha ido mezclando entregas más centradas en la acción o en el terror, pero sin dejar de innovar en ninguno de los dos casos.
Si echamos la vista atrás, encontramos juegos como Resident Evil 4, 5 y 6 que han abrazado la acción sin renunciar a ciertos momentos de tensión mientras que otros como la subsaga Revelations o Resident Evil 2: Remake y Resident Evil 7 se han centrado más en el terror sin que eso les haya impedido dar nuevos pasos y añadir nuevos elementos y mecánicas a la jugabilidad.
Se ha hablado mucho sobre en cuál de estos dos grupos se sitúa Resident Evil: Village debido a sus similitudes con Resident Evil 4 y Resident Evil 7 y, en nuestra opinión, es un juego mucho más enfocado a la acción con ciertos toques de terror y tensión. Además, cuenta con un ritmo muy bien medido que nos invitará a continuar avanzando sin descanso a lo largo de las diez horas que durará nuestra primera partida. Luego vendrán más.
Bienvenidos a Rumanía
Resident Evil: Village se sitúa tres años después de los sucesos ocurridos en Luisiana durante Resident Evil 7. Tras rescatar a Mia de la casa de los Baker, Chris Redfield la traslada junto a Ethan a una casa perdida en las montañas de Rumanía con la intención de mantenerlos escondidos y a salvo mientras continúan investigando más sobre el origen del hongo que provocó el incidente visto en la anterior entrega.
Durante estos tres años Mia y Ethan han sido padres y, cuando ambos empiezan a disfrutar de su hija Rose, Chris aparece en escena asesinando a Mia y secuestrando a Ethan y Rose. Durante el trayecto, el furgón en el que iban secuestrados sufre un ataque e Ethan despierta solo y perdido en un bosque cercano a una aldea que parece haber sido atacada por algo terrible.
Poco después descubriremos que Madre Miranda y sus “hijos” – entre los que se encuentra la famosa Lady Dimitrescu – están sometiendo a los aldeanos y extendiendo su mal sobre todo el territorio.
No podemos contar nada más sobre el argumento de Resident Evil: Village para evitar spoilers, pero sí podemos adelantar que nos ha parecido una entrega con un guion muy mal medido. Una vez que superemos la primera hora y media de juego no recibiremos más información hasta los últimos compases del mismo, dejando un enorme vacío durante varias horas. Es cierto que la historia de Village es interesante y que, aunque por los pelos, conecta con el resto de entregas de la saga, pero creemos que habría estado mejor dosificar la información a lo largo de toda la aventura para sentir que realmente nos están contando algo trascendente.
La Aldea de las Sombras
Una vez que nos ponemos en la piel de Ethan, descubriremos que Resident Evil: Village utiliza la aldea que hemos visto en innumerables ocasiones como zona central de un mapa dividido en cuatro partes a las que iremos accediendo poco a poco según vayamos encontrando las llaves apropiadas.
Esta aldea de tamaño medio está repleta de puertas cerradas y de otros elementos con los que no podremos interactuar en un primer momento, invitándonos a explorar e investigar cada recoveco en varias ocasiones hasta descubrir hasta el último secreto que se esconde en ella. Explorar la aldea nos ha parecido muy satisfactorio gracias a su diseño bien pensado en el que los escombros y las puertas cerradas nos obligarán a dar un par de vueltas para poder llegar a explorarla por completo.
Hay que tener en cuenta que, como decíamos, cada vez que superemos una de las zonas del juego volveremos a esta aldea, por lo que, con el tiempo, será como nuestra base de operaciones desde la que nos moveremos casi con familiaridad.
Sorpresa tras sorpresa
Si algo ha caracterizado siempre a la saga Resident Evil es su manía absurda de meter con calzador una zona final en un laboratorio en la mayor parte de sus entregas. Esto provocaba que el jugador veterano se acostumbrase rápidamente a la formula de: zona inicial con pocos enemigos, pero con varios sustos y una zona final en la que teníamos munición de sobra para acabar con decenas de enemigos que salían al paso constantemente.
En Resident Evil Village se ha renovado por completo la formula para sorprender al jugador cada pocas horas. Así, pasaremos por zonas que nos recordarán a la Mansión Spencer y a la Comisaría de Racoon City, visitaremos zonas muy similares a los bosques y lagunas de Resident Evil 4 e, incluso, pasaremos un tiempo en una zona que nos ha recordado mucho a juegos como Amnesia, Outlast o PT.
El cambio constante de ambientación es uno de los puntos fuertes del juego y, aunque seguimos echando en falta un par de puntos extra de terror, lo cierto es que el juego se las ingenia para mantenernos en tensión constantemente al no saber que nos vamos a encontrar a continuación.
Tiro al lobo
Pero, sin duda, lo que caracteriza a Resident Evil: Village son sus muchos y constantes tiroteos. A diferencia de Resident Evil VII, aquí estaremos constantemente enfrentándonos a multitud de enemigos entre los que encontraremos a los ya famosos lycans, zombies, monstruos mutantes y otras muchas criaturas que completan un abanico de enemigo muy amplio que podrán complicarnos mucho las cosas si no tenemos cuidado.
Para hacerles frente, Capcom ha puesto a nuestra disposición una selección de armas entre las que encontramos varios tipos de pistolas y escopetas, ametralladoras, rifles de francotirador, lanzagranadas y algunas sorpresas más que no queremos desvelaros antes de que lo descubráis por vosotros mismos.
Como ya ocurría en el juego protagonizado por Leon, en Village nunca nos faltará la munición. Es cierto que, en algunos momentos puntuales, tendremos que apuntar muy bien para aprovechar las últimas balas disponibles, pero rápidamente encontraremos más en las cajas y barriles que hay repartidos por todo el mapa. Además, el juego mantiene el sistema visto en Resident Evil VII con el que podemos combinar diversos materiales para fabricar nuestros propios objetos de curación y munición, lo que nos permitirá ir gastando los recursos en los objetos que se adapten a nuestro estilo de juego.
Si, pese a todo, los enemigos logran alcanzarnos, Ethan cuenta con la posibilidad de protegerse para reducir el daño y, si lo activamos en el momento correcto, podemos hacer un parry con el que contraatacar al enemigo y dejarlo desestabilizado para pegarle un tiro en plena cara. En nuestro caso no hemos terminado de hacernos con este sistema, pero quien lo domine tiene aquí una mecánica nueva muy interesante.
El Duque
Pero no sólo podremos ir encontrando las armas repartidas por todos los rincones del juego si no que, en ciertos puntos de la aventura, tendremos que tratar con un buhonero llamado Duque – con referencias al buhonero de Resident Evil 4 incluidas – al que podremos comprarle armas, accesorios y munición para cada una de ellas. También podremos pagar grandes sumas de dinero para ir mejorando poco a poco las características de cada una de las armas como su potencia, velocidad de recarga o capacidad de cargador.
El dinero, al igual que ocurría en Resident Evil 4, lo conseguiremos acabando con los enemigos que se crucen en nuestro camino y que siempre dejarán caer una cantidad aleatoria de Lei – la moneda del juego – o pequeños tesoros que podremos vender al Duque para conseguir más dinero por ellos. Si decidimos explorar todos los rincones del juego podremos encontrar tesoros de mayor valor e, incluso, en algunos casos, piezas de tesoros que podremos combinar entre sí para crear otros de un valor muchísimo mayor, lo que nos permitirá acceder a objetos especialmente caros y eficaces.
Por último, Resident Evil: Village nos permite cazar y recoger la carne de algunos animales que encontraremos en puntos muy concretos del mapa para crear recetas junto al Duque que nos ofrecen mejoras pasivas como un aumento de la velocidad de movimiento, más vida o resistencia ampliada a los golpes enemigos.
Luces y sombras
A nivel técnico, Resident Evil: Village nos ha sorprendido para bien. En nuestro caso, lo hemos jugado en una Xbox Series X y el resultado sorprende sobre todo en lo que respecta a los momentos que pasamos en entornos cerrados. El nivel de detalle que vemos en zonas como el castillo son dignas de admirar y, aunque las nuevas consolas pueden dar mucho más de sí, cada uno de los mapas juega muy bien con la atmósfera y el diseño para crear niveles que sorprenden constantemente.
Dónde si hemos tenido problemas ha sido en algunas zonas especialmente oscuras, donde nos ha costado ver algo más allá de nuestra arma y nos ha hecho tener que subir el brillo un par de puntos más de lo habitual, pero salvo eso no hemos tenido ningún problema.
El juego cuenta con la opción de activar Ray Tracing para mejorar el sistema de iluminación, pero creemos que la mejora no es lo suficientemente interesante para las caídas puntuales en la tasa de fps que provoca en los momentos de acción. Con el trazado de rayos desactivados el juego se mueve con absoluta fluidez en todo momento y creemos que eso merece la pena.
Antes de acabar, hay que destacar como Resident Evil: Village ha eliminado por completo los tiempos de carga en las consolas de nueva generación. Es asombroso comprobar como, una vez que el juego carga durante un par de segundos después de iniciar el juego, éste no necesita cargar absolutamente nada más en ningún momento de la aventura. De hecho, si no morimos en ningún momento podremos completar el juego sin ver la pantalla de carga en toda la partida.
Terror en castellano
Como viene siendo habitual en las últimas entregas de la serie, Resident Evil: Village ha llegado a España en perfecto castellano. El juego cuenta con los mismos dobladores que ya vimos en Resident Evil VII para todos los personajes principales, y los secundarios cuentan con actores y actrices profesionales que mantienen un nivel de lujo en todo momento.
La banda sonora está formada por temas instrumentales ambientales que encajan a la perfección con la temática del juego y que van variando en función de lo que va ocurriendo en pantalla. Además, el sonido aprovecha al máximo la tridimensionalidad para indicarnos por dónde se están moviendo nuestros enemigos o por dónde van a atacarnos a continuación.
Conclusiones de Resident Evil: Village
Sin ser la mejor entrega de la serie, Resident Evil: Village ha demostrado mantener el nivel tras los magníficos Resident Evil VII y Resident Evil 2: Remake. Sus principales carencias residen en un guion que no sabe dosificarse en ningún momento, pero lo entretenido de los tiroteos y de la exploración de los escenarios lo convierten en una entrega imprescindible para los fans de la franquicia.