Rétame

Megan Abbott (USA, 1971), escritora especializada en thrillers protagonizados por mujeres adolescentes, adapta y produce una de sus novelas en el nuevo estreno de Netflix, ‘Rétame’ (Dare me). Esta adaptación, que primero iba a ser para el cine y después HBO quiso desarrollar como serie de televisión (aunque HBO acabaría produciendo en su lugar ‘Euphoria’), la recogió finalmente USA Network, donde se estrenó en Estados Unidos el pasado 29 de diciembre. Ahora, este 20 de marzo, llegó a España a través de Netflix. Y, ojo, te aviso ya, puede que esta sea una de las mejores novedades que podrás ver en Netflix durante este mes.

Te aviso porque la premisa principal podría hacer que se la minusvalorases. Y es que ‘Rétame’, a partir del retrato de la exigencia y el esfuerzo de la vida de un grupo de animadoras en el instituto de la ficticia localidad Sutter Crow (Ohio), desarrolla una trama ambiciosa con numerosos hilos subterráneos que, muy bien llevados prácticamente durante toda la serie (excepto los tres últimos capítulos, donde el thriller clásico toma el mando del conjunto), consigue hacer de ella algo mucho más complejo de lo que pudieras pensar.

Para conseguirlo, la dirección toma una decisión inteligentísima: conseguir que el entorno “de instituto” típico se diluya, sea más un ruido de fondo que la ambientación principal. Para ello, durante la primera parte de la serie, se centra exclusivamente en los personajes y su mundo de gimnasio y entrenamiento. El resto de universo desaparece casi por completo, de forma que los personajes y la trama toman el control desde el principio. Y en el centro de todo, las dos ¿amigas? y animadoras con mayor potencial del equipo de “Las águilas de Sutter”, Addy Hanlon (interpretada por Herizen Guardiola) y Beth Cassidy (Marlo Kelly), junto con su nueva e intrigante entrenadora Colette French (Willa Fitzgerald). A partir de este trío protagonista, todas las demás subtramas surgirán y se desarrollarán con mejor o peor fortuna.

La primera línea argumental es también la más obvia. Pues para las animadoras, su esfuerzo es también, de alguna forma, una vía de escape. Addy sueña con destacar lo suficiente como para que alguna universidad de prestigio la saque de una vida en la que no se encuentra a gusto. Mientras que Beth, un personaje siempre misterioso y ambiguo, utiliza sus capacidades físicas para sobresalir lo suficiente como para recuperar un apoyo familiar que considera perdido tras el divorcio de sus padres. Pero, además, la serie nos muestra el contrapunto a estos sueños. Mientras la entrenadora French sí es una animadora de éxito que destacó y estudió en la universidad, todas las madres de esta serie lo intentaron también en su día sin conseguirlo. Las chicas tienen en casa el recuerdo material y permanente de que, muchas veces, y como escribió Calderón, “los sueños, sueños son”.

Por tanto, triunfar es para ellas una necesidad, una vía para conseguir algo, un deseo lo suficientemente fuerte como para que los personajes hagan cualquier cosa con tal de conseguir lo que quieren o necesitan en cada momento.

RétameEste fortísimo deseo es el motor narrativo que abre las puertas a los demás hilos dramáticos: el de la entrenadora French con su amor de la adolescencia Will Mosley (Zach Roerig) que, ahora que su carrera como animadora y estudiante universitaria ha acabado, reencuentra en el instituto trabajando como sargento reclutador de los marines; el de Beth con sus padres y su hermanastra, alcohólica ella, constructor corrupto él y competidora en el equipo de animadoras su hermanastra; y la dependencia que Addy acaba desarrollando respecto de la entrenadora French, la mujer que ve capaz de ayudarla en su objetivo de escapar de Sutter Crow y por la que acaba sintiendo una fuerte atracción.

Con estos mimbres, ‘Rétame’ consigue que veamos el aspecto gimnástico, deportivo y competitivo de la actividad de las animadoras desde un punto de vista totalmente libre de clichés. Lo consigue, también, acentuado el interés que otras esferas del pueblo tienen en que “las águilas de Sutter Crow” triunfen en los campeonatos regional y estatal; para proyectar a esta pequeña villa del medio oeste más allá de sus límites. E, incluso, llevándonos al interior de los sueños de los personajes, aportándoles así una profundidad y precisión suficientes como para entenderlas, empatizar con ellas y conectar con así la serie de distintas maneras.

Pero, al final, a partir del octavo capítulo (son diez, de unos cuarenta minutos cada uno), la serie debe volver al libro, respetar sus orígenes, y volver a ser lo que es: un thriller donde la falibilidad humana y los intensos deseos se combinan para dar como resultado una serie de errores catastróficos que mantendrán a los personajes, especialmente a Addy y a la entrenadora French, en el filo de la navaja, y sobre los que Beth tiene mucho que decir. El problema de tener que “volver a ser lo que es”, es que se lleva de una forma tan brusca, la transición viola de tantas formas las bases de confianza sobre las que hemos construido nuestra relación con la serie durante los capítulos anteriores, que percibimos este cambio como un increíble bajón en el nivel general hasta entonces conseguido.

RétameEl instituto, hasta entonces un telón de fondo en ‘Rétame’, vuelve a hacer acto de presencia. Los personajes secundarios, bastante contenidos durante los primeros capítulos, adquieren un protagonismo inesperado, pero llevado de una forma tan estúpida muchas veces, que nos sonroja a la par que nos distrae. Y los personajes principales, perfilados de una forma precisa durante los capítulos anteriores, comienzan a mostrar inesperadas grietas (especialmente, Addy), que destruyen en parte el perfil construido y, con ello, la personalidad con la que llegamos a empatizar. Menos mal que, por lo menos, la dirección es suficientemente hábil como para controlar los daños de un guion que, consiguiendo llevarnos a muy elevadas alturas, no es capaz de controlar después el aterrizaje, dejándose caer en la imbecilidad más exasperante.

Otro aspecto a destacar es la actuación de Marlo Kelly quien, con todavía una muy breve carrera interpretativa a sus espaldas, consigue construir un personaje apasionante. No solo aportándole la mayor de las profundidades sino también consiguiendo para ella un protagonismo que el guion no le concede. Tanto es así que, cuando no está, la echamos de menos. Y cuando acaba la serie, a pesar de que su posición no la convierte en un elemento imprescindible de la trama, no podríamos imaginarnos la serie sin ella. ‘Rétame’ es Beth, quizás porque de todos los personajes, el que de forma más clara asume la vida como un reto y la gimnasia como una necesidad es ella, más allá incluso de sus afiladas aristas y oscuras sombras.

RétameConclusión

‘Rétame’ es una serie ambiciosa e imperfecta que, a partir de un género y muchos clichés, consigue sacar petróleo. La dirección inteligente y las actuaciones del elenco protagonista (destacando entre ellas, no nos cansaremos de repetirlo, a una fantástica Marlo Kelly) consiguen que, una serie que se mueve sobre el alambre de lo insubstancial, acabe por extraer complejidad, emoción y oscuridad del abismo sobre el que se transita. Solo un final precipitado, provocado por un guion desequilibrado, y un injustificado -todavía- protagonismo del cuerpo de los Marine, la hacen una serie desequilibrada capaz de provocarnos notables bajones de tensión.

Pero, en conjunto, ‘Rétame’ (en Netflix desde el 20 de marzo) es un producto prometedor que, confiamos, debería renovar por una segunda temporada. Será entonces cuando comprobemos si se consolida como la gran serie que puede ser o sus imperfecciones acaban por devorarla. Cruzaremos los dedos si ese momento llega. Hasta entonces, solo podemos recomendarla como uno de los estrenos más refrescantes de la plataforma en este mes de marzo.

No la dejéis pasar.

Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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