Cassandre es una joven francesa que trabaja como azafata. Lleva una vida libre de ataduras en Lanzarote, empleada en una pequeña compañía aérea y se contenta con eso. Cuando no trabaja, sale de fiesta, va a la playa, liga en discotecas y mantiene una relación distante con su familia. Todo cambia cuando recibe la noticia de la muerte de su madre.
Toca entonces replantearse la vida, volver a casa y reencontrarse con un padre agobiante e inquisitivo, con su hermana y los viejos amigos y hacer planes para un futuro que parecía que no llegaría nunca. Su cambio de actitud implica promocionar para un ascenso, adquirir más responsabilidades en su trabajo y quizá aspirar a conseguir entrar en cierta exclusiva compañía aérea de Oriente Medio. A través de la película seguimos el arco vital de Cassandre y su profunda transformación como persona.
“Rien à foutre” resultará una película interesante para quienes gusten de un cine muy pegado a la cotidianidad y algo contemplativo
Julie Lecoustre y Emmanuel Marre debutan en la dirección tomando bajo sus órdenes a Adèle Exarchopoulos (“La vida de Adèle”) en una película que trata de tomar el pulso a la generación que se incorpora en este momento a la vida adulta. Adèle es la protagonista exclusiva de una historia que traza un arco de personaje bien definido, pero que quizá se antoja excesivo en su duración. La película sabe a dónde quiere llegar, pero quizá lo hace dando demasiados rodeos.
Aunque la actriz lleva a su personaje con decisión y credibilidad, el guion parece obsesionado en apuntalar cada paso del viaje con excesiva firmeza. Habrá parte del público que entre en el juego, dejándose arrastrar por este slice of life, pero personalmente no me ha seducido.
“Rien à foutre” (que se puede traducir como “me importa un bledo” o “me la suda”), estrenada en el Festival Internacional de Cine de Gijón en la Sección Oficial / Retueyos, resultará por tanto una película interesante para quienes gusten de un cine muy pegado a la cotidianidad y algo contemplativo. No es mi caso, pero como siempre, el veredicto está en vuestras manos.