Precuela de Road 96 que, dejando atrás el componente procedimental, narra la historia de dos adolescentes en una aventura narrativa con secciones musicales que olvida por el camino todo lo bueno del original.
Digixart, el estudio que nos sorprendió hace algo más de un año con Road 96, nos presenta una nueva entrega ambientada en el mismo universo. Road 96: Mile 0 sirve como precuela de su aclamado título, siendo esta vez una aventura más tradicional y lineal, dejando el componente procedimental a un lado para poner bajo el foco una historia entre dos amigos que sirve como precuela del primer juego.
En esta ocasión el título trae de vuelta a Zoe, uno de los personajes que ya vimos en Road 96, pero también nos presenta a Kaito, el mejor amigo de esta. Como curiosidad, este personaje proviene de otro título de la compañía, llamado Lost in Harmony, título para móviles en el que Kaito debía recorrer escenarios al estilo infinite runner al ritmo de la música. Y como si se hubiese traído parte de su videojuego a este, en Road 96: Mile 0 también tenemos fases de ese estilo, en el que saltaremos y esquivaremos obstáculos al ritmo de la música. Sin duda una curiosa combinación para una aventura narrativa.
Rebeldes con causa
La historia vuelve a asentarse en Petria, la nación ficticia en la que el petróleo lo es todo. Zoe y Kaito son dos adolescentes rebeldes con un trasfondo muy diferente. Zoe es hija de un alto miembro del gobierno, y vive en la parte rica de la ciudad. En cambio, Kaito cuenta con una familia más humilde que vive en el barrio obrero de la ciudad. Aunque en un principio su amistad es sólida, los conflictos entre ambos personajes nos harán reflexionar sobre diversos temas, siendo el tema principal la opresión por parte de los mandamases del estado.
Ambos personajes son controlables a lo largo del juego, y según que decisiones tomemos podremos posicionar su ideología hacia un lado más rebelde o más alineados con el gobierno. Esto por supuesto hará que cambie la historia de diversas maneras, así como que desembocará en finales alternativos.
Pero, ¿cómo se juega a esta aventura? Por un lado tenemos la parte narrativa, en la que controlamos en primera persona a uno de los protagonistas. Podremos interactuar con el entorno y otros personajes, y tendremos que ir completando las tareas que se nos marquen. Bastante básico y lineal, no tiene mucho misterio. La cosa es que dependiendo de las decisiones, la narrativa tomará un rumbo u otro, como ya ocurre en otras aventuras narrativas similares como los juegos de Telltale Games o los de Dontnod.
Al ritmo de la música
Por otro lado tenemos los minijuegos de ritmo, que como ya adelantamos, vienen siendo similar a un infinite runner de móvil en el que, dependiendo del contexto, habrá que sortear diferentes obstáculos con los protagonistas mientras patinan o corren a toda velocidad por un camino lineal. Nos ha recordado mucho a Sayonara Wild Hearts, aunque a un nivel inferior, todo sea dicho. Son secciones sencillas que no suponen prácticamente un reto. Parece que se han añadido más para dar algo de acción a la narrativa que para otra cosa.
También encontraremos algún que otro minijuego en mitad de la narrativa, como repartir periódicos o hacer grafitis, que al igual que las secciones de ritmo, aportan algo de variedad al conjunto… eso sí, pecan de simplones. Son divertidos y nos sacan más de una sonrisa. Sin duda este título es mucho más disfrutable si conoces la entrega original. Cuenta con muchos guiños, aparecen personajes clave del primer juego, y en definitiva, conoceremos mejor el mundo de Petria.
Estéticamente idéntico a su predecesor
La dirección artística no ha cambiado respecto al juego original. Su estética estilizada le da ese rollo cómic que funciona muy bien con el tono de la historia, aunque hay que reconocer que ciertas animaciones se sienten algo rígidas. Algo normal tratándose de un indie, por supuesto, y que en el fondo no perjudica la experiencia global. El diseño de entornos es bueno, sacando todo su potencial en las secciones de ritmo, siendo muchas de ellas totalmente oníricas. Por su puesto la música que acompaña a estas secciones encaja muy bien, y aunque no es necesario seguir el ritmo a la perfección, la música nos sirve de apoyo sonoro para entender cómo moverse en estas fases.
Road 96: Mile 0 – Conclusiones
Road 96: Mile 0 amplia el trasfondo de la primera entrega con una aventura algo pobre, que no llega a destacar ni en la narrativa ni en las secciones musicales. Gran parte de lo que hacía interesante a Road 96 se ha diluido en esta entrega, dejándonos un título simple y fácil aunque bastante vistoso. Parece estar dirigido casi exclusivamente para los que hayan jugado a la entrega original, por lo que si os gustó y os interesa su mundo, podéis darle un tiento.