Saviorless es un juego que se posiciona como el debut de unos desarrolladores cubanos que te dejará sin palabras. La historia que se narra es el viaje de Antar hacia las Islas Sonrientes, aunque no se sepa muy bien el motivo. Tobías, el narrador, transmite la historia a Len y Arimbo, fieles a la escucha activa de esta epopeya. Pero en todas las historias ocurren situaciones que lo cambian todo, convirtiendo cada uno de los acontecimientos en algo espectacular.
Una obra de arte en movimiento
El estudio Empty Head Games ha sufrido numerosos cambios a lo largo del desarrollo del juego. Debido a ciertos impedimentos que no detallaremos en este análisis, el juego comenzó financiándose por indiegogo, alcanzando la nada menos desdeñable cifra de 12.000 €. Entre algunas de las complicaciones que sufrió el desarrollo están la del cambio de nombre (antes conocido como Savior), un exilio de Cuba o la remodelación casi por completo del proyecto, obligando a invertir más tiempo y esfuerzo para salir adelante.
Con la obra finalmente terminada y lanzada bajo el nombre de Saviorless, estamos frente a un juego de plataformas en 2D. Con un protagonista en principio frágil y desvalido, tendremos que hacer frente a las amenazas de un mundo escalofriantemente hostil. Antar deberá tener cuidado con sus pasos, ya que el plataformeo a lo Prince of Persia nos puede jugar una mala pasada en cualquier momento. Sin embargo, este aspecto está bastante bien medido y es justo con el jugador, aunque estricto en ciertas partes.
En nuestro viaje hay tiempo para todo
Durante nuestro camino entran en juego muchas vertientes, tales como la resolución de puzles y la recolección de coleccionables. Estos objetos aportarán cierta información a la historia, enriqueciéndola según los vayamos descubriendo. Además de Antar, tendremos otro protagonista disponible bajo el nombre de Nanto.
Mediante la invención de los dos pequeños oyentes, Nanto es totalmente opuesto a lo que nos ofrece Antar. Su principal cometido es el de luchar contra enemigos, descifrando sus patrones para usarlos a nuestro favor. Esta vertiente puede ser un poco chocante de primeras, pero una evolución lenta y unos combates breves hacen que sea fácil de aprender, y por tanto disfrutable a pesar del poco tiempo de reacción.
Conforme vayamos avanzando y cogiendo práctica a estos enfrentamientos, Saviorless continuará poniéndonos a prueba. La curva de aprendizaje es bastante buena, y nos colocará frente a combates complejos una vez estemos hecho a las mecánicas. Ya sea frente a grupo de enemigos o jefazos, el combate es satisfactorio y se deja jugar de una manera muy adictiva.
Una dualidad que consigue enganchar
Está claro que Saviorless no es un juego largo, aunque tampoco puede decirse que se quede corto. Sin embargo, uno de los aspectos que más engancha es la dualidad entre la exploración y plataformeo de Antar y la espectacularidad de los combates de Nanto. Esta doble forma de juego hace que estemos atentos en todo momento, y ambas partes se disfrutan, cada una a su manera.
Poniendo alguna pega en concreto, uno de los aspectos que podría mejorar es el de la selección de nivel, ya que el juego tiene un progreso lineal que impide repevisitar fases. Esto puede ser un impedimento si nos hemos saltado algún coleccionable, teniendo que reiniciar por completo el nivel antes de pasar al siguiente si queremos completar la recolección. Sin duda es una queja de poca importancia, pero reseñable.
Un apartado artístico difícilmente mejorable
Continuando con las alabanzas al título, después de los impedimentos que ha sufrido para su lanzamiento, Saviorless es una delicia tanto en lo visual como en lo jugable. Los entornos están mimados y cuidados, con un nivel de detalle espectacular. Sus paisajes se diferencian entre sí gracias al espléndido uso de la paleta de color, así como de los distintos escenarios. Tanto en entornos claustrofóbicamente cerrados como vastos y abiertos, no se pierde detalle incluso en los más pequeños retoques.
Los personajes también se encuentran bien detallados, con carisma y personalidad. La diferenciación de los enemigos y peligros, junto con las acciones que pueden suceder, se encuentran bien programadas. El plataformeo satisface, sin llegar a ser frustrante, pero sin duda exigente a su manera. Cuando hablamos de combate, nos encontramos frente a una fluidez muy interesante, que nos hará disfrutar de cada uno de los enfrentamientos.
El aspecto visual, dibujado carismáticamente a mano, consigue atraer nuestra curiosidad desde las primeras pinceladas de la historia. Además del magnífico apartado visual, se ha puesto especial énfasis en el apartado sonoro, cautivando al jugador quizás no con melodías memorables pero sí carismáticas mientras estamos jugando. La narración engancha y esta dualidad de personajes nos mantiene atentos a los mandos lo suficientemente atentos para no desconectar de la experiencia.
Una dificultad poco desafiante para los más curtidos
Es cierto que, una vez dominamos las mecánicas que nos ofrece, Saviorless no resulta demasiado complejo a la hora de jugarlo. El combate puede llegar a ser desafiante por momentos cortos, y su vertiente plataformera es exigente al comienzo. No estamos ante un souls, y eso es algo que la gente debe hacerse a la idea, pues en ningún momento la dificultad fue una de sus características.
Con todas las dificultades durante su desarrollo y su casi desaparición por las complicaciones, Saviorless es una obra de arte que destaca por su apartado gráfico mimado. Quizás no sea el juego más complejo, ni el más largo o el más extenso en mecánicas, pero sin duda nos ofrece una experiencia que debe ser probada, admirada y divulgada.
Conclusión
La historia que narra Saviorless es rica y atrayente, con un enfoque diferente al que estamos acostumbrados a ver. La doble vertiente de plataformas y combate hace que nos mantengamos atento a los controles. Sin duda el apartado gráfico es lo principal que nos atrapa de un simple vistazo, además de la fluidez con la que consigue moverse. Aunque no sea un juego especialmente largo, tampoco llega a quedarse corto, y su rejugabilidad para conseguir los coleccionables es de agradecer. Una obra maestra artísticamente hablando que no debes dejar pasar.