Portada de "Siempre a medianoche" de Zeba Shahnaz ilustrada por Luke Lucas. | Fuente: Fandom Books.
Portada de "Siempre a medianoche" de Zeba Shahnaz ilustrada por Luke Lucas.
Portada de «Siempre a medianoche» de Zeba Shahnaz ilustrada por Luke Lucas. | Fuente: Fandom Books.

¿Cómo se te quedaría la cabeza si tuvieras que revivir tu muerte una y otra vez sin poder hacer nada para remediarlo? En esas se encuentra Anaïs en Siempre a medianoche de Zeba Shahnaz. La novela de fantasía ha sido publicada por Fandom Books y contó con la traducción de Scheherezade Surìa, la edición de Marta Álvarez y el diseño de portada de Luke Lucas.

Anaïs tiene que acudir al Baile de Aniversario en el palacio real con el objetivo de encontrar marido. Y no un marido cualquiera, uno que aprueben sus padres y, sobre todo, la sociedad aristocrática. Siendo proensana, pueblo conquistado tiempo atrás por el reino, no está bien vista como dama y pocos quieren establecer relación con ella. Mucho menos matrimonio. Pero esa preocupación pasa a segundo plano cuando un grupo armado ataca de imprevisto y arrasa con todo.

Ella es la única que sobrevive, si se le puede llamar así a morir y regresar al mismo día una y otra vez.

Anaïs cuenta con la bendición, una forma de llamar a la magia de sangre que corre por las venas de su pueblo. Aunque, para su tristeza, cada vez de menos personas. Discriminada por sus orígenes y obligada a ser una de las cartas del juego del poder, no hay ningún lugar en el que le gustaría estar menos que en ese baile. Un pensamiento que tiene desde mucho antes de verse obligada a morir sin parar. Luego, inmersa en un bucle temporal que no comprende, se ve obligada a intentar detener la catástrofe. Para salvar a los inocentes, para impedir el desastre, para que deje de correr su propia sangre por doquier. Simplemente, para que pare todo de una vez.

Anaïs revive la misma noche en tantas ocasiones que ni siquiera conocemos el número exacto. Cada una cuenta con un intento diferentes por arreglar la situación, conseguir algo de información o tratar de disipar sus propias dudas y terror. Su mente es la única que retiene los recuerdos de cada vida perdida, por lo que es lógico que su personalidad y su carácter cambien y se desarrollen a lo largo de la novela. ¿Cómo no hacerlo? Las páginas se enfrascan en las mismas horas del mismo día, pero Anaïs se enfrenta a una muerte traumática tras cada despertar y el peso de las vidas de todos los inocentes del salón de baile la presionan a encontrar una solución para poder vivir.

Sin embargo, ¿qué ocurre con el resto de personajes? En Siempre a medianoche, ellos están inmovilizados en el tiempo, contando siempre con los mismos recuerdos de su primera vida. Esta circunstancia impide que se produzca una curva de aprendizaje en ellos. Lo que también implica que Anaïs no puede profundizar su relación con ninguno de ellos de manera bilateral. Esas circunstancias ponen en riesgo la plenitud de los personajes, que podrían resultar planos al solo tener unas horas para reflejar su personalidad. Es por eso que Shahnaz toma una perspectiva diferente para desarrollar a Anaïs con respecto al resto de personajes.

Mientras que a Anaïs la contemplamos mientras recorre el camino de la trama, observando su crecimiento, a otros como el príncipe Leandro, sus padres o el resto de la familia real nos los encontramos inmovilizados en el sitio, pero iluminados bajo diferentes luces. De esta forma, siempre obtenemos rasgos de su personalidad e historia diferentes, aunque, en esencia, se trate de la misma persona tanto en su primera vida como en la quinta o la décima.

Pese a que la novela tiene componentes de romance, ese no es su foco. Es un elemento de soporte dentro del desarrollo de personajes, no de la trama, y Shahnaz tiene un método interesante de conducirlo.

Dentro de la historia tiene más importancia el plano político, aunque su resultado sea algo simple. Tampoco se puede esperar mucho más de una aventura de fantasía que apenas cuenta con unas horas del mismo día para solucionar un drama nacional.

Siempre a medianoche es una novela entretenida y fácil de leer, descriptiva respecto al peso de la vida, pero que elude entrar en detalle sobre el horror de la muerte. Shahnaz ha creado una historia que se sumerge en los «y si…» y se cuestiona su poder y consecuencias.

Carolina de León
Periodista, camarógrafa y escritora. Con muchas historias que ver, relatos que escribir y memorias que vivir.

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